Para erradicar estos casos de maltrato animal, el Gobierno de Guadalajara avanza en la transición de calandrias tiradas por caballo a calandrias eléctricas.
El Gobierno de Guadalajara intensificó los operativos de supervisión a carruajes y revisión a equinos que transitan en la ciudad, luego de la muerte de un caballo en plena jornada de trabajo y luego de que se registrara el parto de una yegua que, pese a su condición, fue obligada a tirar de una calandria.
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Para poner fin a los casos de maltrato animal, las autoridades instalaron puestos de revisión en distintas zonas de la ciudad, donde personal de las direcciones de Protección Animal, Movilidad e Inspección y Vigilancia, procedió a la revisión de permisos, estado de los carruajes y los caballos.
Varios carruajes fueron retenidos y llevados a las instalaciones del Parque Agua Azul. Por su parte, los caballos se observaron en buenas condiciones de salud y para no someterlos a más estrés, se les dio la opción a los choferes de resguardarlos en sus caballerizas.
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En total fueron analizados los estados de 26 calandrias de las cuales en cinco fueron detectadas irregularidades que ameritaron sanciones y el retiro de los vehículos. De su lado, en cuatro casos, el conductor no mostró el permiso para circular, y en otro, el caballo registrado en el certificado de la calandria no coincidía con el equino que en ese momento jalaba el carruaje.
La sanción por no contar con licencia y/o la certificación de la Unidad de Protección Animal – UPA para ello, es de 5 mil 678 pesos. Para recuperar el carruaje hay que pagar la infracción y tramitar la respectiva licencia de operación.
De otro lado, el Gobierno de Guadalajara interpuso una denuncia por el delito de crueldad animal ante la Fiscalía General del Estado, esto luego de que el pasado 27 de julio una yegua criolla de ocho años de edad diera a luz en pleno Parque Morelos, mientras era obligada a tirar de una calandria en la zona pese a su condición.
Las calandrias son un símbolo y una postal turística permanente de Guadalajara y de otras ciudades mexicanas, pero que cada vez recibe más presión ciudadana para su desaparición por el abuso y maltrato de los animales. En el caso del gobierno de Guadalajara, viene trabajando en una tecnología que permita pasar de los animales a la movilidad eléctrica.
