El estatus social determina la decisión de movilizarse en carro como mejor medio de transporte antes que la caminata, revela una investigación sobre la movilidad en la cual se revisaron los trayectos que se hacen caminando en esta ciudad colombiana.
El estudio determinó que, aunque se invirtieron 30.000 millones de pesos en obras como iluminación, paisajismo, calidad y seguridad en los “corredores verdes o corredores de vida” para mejorar las condiciones de caminabilidad, no hubo un aumento en los viajes peatonales.
El ingeniero civil Andrés Felipe Mesa, de la Maestría en Estudios Urbano – Regionales de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, autor de la investigación, afirma que, aunque en la ciudad hay una buena percepción de los diferentes modos de transporte sostenible, el estatus social de las personas –asociado con los capitales económicos, culturales y sociales– influye en la decisión de trasladarse en carro.
El estudio evidenció que las personas de estatus social alto no consideran que el vehículo particular les dé distinción, mientras que en estratos más bajos sí consideran que este les da mucho prestigio, por ser un bien limitado. “En la medida que estas personas puedan adquirir el carro lo harán, por un gusto, por preferencia”, señala el investigador.
“Transformar desde el imaginario”
En un viaje a Valencia (España), donde observó que la mayoría de estudiantes iba a la universidad caminando o en bicicleta, el estudiante Mesa percibió que caminar es una forma de transportarse más segura, sana y beneficiosa para el medioambiente.
Al preguntarles a sus compañeros de clases por qué utilizaban estos modos de transporte sostenibles, encontró que muchos de ellos los veían como una forma más fácil de llegar a sus lugares de destino (todos vivían cerca), de cuidar el medioambiente y de hacer ejercicio.
Cuando volvió a Medellín empezó a trabajar en la obra de infraestructura del conjunto residencial Los Balsos, en el sector de El Poblado, y observó que los trabajadores de la construcción caminaban hacia su lugar de trabajo para ahorrar dinero.
Así mismo, la Encuesta Origen – Destino de 2017 (realizada por el Área Metropolitana Valle de Aburrá) muestra que las personas que más caminan son las de estratos 1, 2 y 3, y lo hacen porque no tienen otra opción.
Andrés, quien reside en el barrio Manrique, afirma que cambió su forma de transportarse, dejó la moto y se subió a la bicicleta, y eventualmente se moviliza caminando.
“Mi transición fue paulatina, primero comencé a ir en bus, luego en el Metroplús, también usé patineta eléctrica, y por último me arriesgué con la bici, llegué supercansado por las lomas hasta que ya me fui acostumbrando”, comenta el estudiante de la UNAL.
Corredores de vida
De 2012 a 2017, la Alcaldía de Medellín hizo las intervenciones de infraestructura peatonal “Corredores de vida”, por lo que Andrés basó su investigación de prueba en tres corredores principales.
El primero: la Avenida Las Vegas, en El Poblado, entre las calles 10 y 2 sur. Este tramo conecta con una estación del Metro, universidades, centros médicos y comerciales, además de zonas residenciales.
El segundo, de la misma distancia y características, es en el barrio Manrique. Específicamente la carrera 44, continúa entre las calles 77 y 86 y atraviesa los barrios Campo Valdés y Las Granjas.
El último corredor fue el del barrio Castilla, que inicia en la calle 91A entre carreras 67A y 73, y los barrios Alfonso López y La Esperanza.
En estos sectores les preguntó a 30 transeúntes qué nivel de satisfacción les daban a los distintos medios de transporte, y las respuestas fueron que el carro es el mejor modelo de transporte, seguido de la moto, los buses integrados, y por último la bicicleta y la caminata.
También tuvo en cuenta los resultados de la Encuesta Origen – Destino de 2012 y 2017, enmarcadas en el antes y después de la infraestructura. Las óptimas condiciones físicas no fueron suficientes para incentivar los desplazamientos caminando, puesto que “no se tienen en cuenta factores culturales y sociológicos tales como hábitos, costumbres, percepciones o inercias”.
El estudiante concluye que, desde los entes gubernamentales, la escuela y los medios, se debe trabajar en mejorar la imagen de los modos de transporte sostenibles, no solo en la caminabilidad, sino también, en otras formas de transporte masivo, como el bus o el Metro en Medellín.
Agencia de Noticias UN