Hogares con energía solar, un reto para las ciudades

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René Albisser
3 diciembre, 2018 - Hábitat y Desarrollo Urbano

 

El pasado mes de mayo la Comisión de Energía de California (EE.UU.), aprobó por unanimidad, la norma que hace obligatoria la instalación y uso de paneles solares en toda casa que se construya a partir del año 2020 en ese estado, esto con la intención de ahorrar energía y así combatir el cambio climático.

Los cálculos hechos en ese momento, señalaban que el ahorro de energía a largo plazo podría ser de unos 19 mil dólares en la factura en un periodo de 30 años.

Los críticos de la medida y algunos analistas explicaban que tal ahorro no era del todo cierto, ya que la construcción de cada nueva casa pasaría a costar 9.500 dólares más, al sumar los requerimientos en materia de instalación, aislamiento y filtros del aire.

Sobre esta crítica, la propia Comisión de Energía de California calculó que la hipoteca media aumentará cerca de 40 dólares mientras que el ahorro en energía será de 80 dólares, lo que demuestra, sin duda, que los usuarios sí se verán beneficiados con la medida.

Esta norma en California, un estado que quiere ganarse el título de “Verde”, también coincide con los avances en materia tecnológica en ese lugar. Ya ha comenzado en algunos hogares la instalación de las tejas solares de Tesla, empresa del emprendedor sudafricano Elon Musk.

Las tejas Tesla generan como máximo 10kW/h en los días más soleados, suficiente para abastecer a una casa. Y combinado con la batería, la energía que no se utiliza se almacena para los días en los que se capte menos luz.

Eso sí, hay un pequeño detalle: es necesario entre un 35 y un 40 % de tejas solares para que una casa pueda generar la electricidad necesaria, lo que hace que estas sean más caras que la instalación de paneles solares. Este tipo de producto se salva porque muchos estados cuentan con subsidios o ayudas a la energía limpia, lo que abarata su costo en Estados Unidos. No así en otros lugares del mundo.

Como puede notar amigo lector, incluso en un país como Estados Unidos, que ha avanzado tanto en el uso de energías alternativas, la solar, aunque es asequible, aún no es tan barata para masificarse plenamente.

Un tema de estos, que ya es cotidiano en el país norteamericano, aún no tiene muchos espacios de conversación en América Latina. Eso sí, no hay duda que las energías limpias ya están en la agenda de los países y las ciudades latinoamericanas. De hecho la semana pasada supimos que Chile lidera por primera el ranking de energías renovables en el mundo divulgado por BloombergNEF. Pero de este tipo de energía para los hogares hoy se habla poco.

La pregunta que cabe hacernos es: ¿Qué tan difícil es para una persona poner hoy panelería solar en su casa en Latinoamérica? Eso dependerá de cada país, pero en principio la respuesta podría ser que no es difícil, siempre y cuando se defina bien qué cantidad quiere instalar y cuánta energía puede pagar por el costo de la instalación de los paneles solares.

En este caso podemos estar hablando que la recuperación de esa inversión puede estar entre 10 y 15 años. Es ahí donde entrar a jugar el costo beneficio.

Si yo consumo cerca de 200 kilovatios hora mes, el usar panelería solar, combinando tecnologías como los acumuladores de agua para generar agua caliente, podría suplir el 90 % del consumo normal que tengo en la casa. Pero, repito, todo dependerá del costo de la energía en cada país. En Colombia, por ejemplo, la energía actual (hidroeléctrica) es muy barata. Y aunque el decreto 0570 de 2018, que permite la entrada de energías renovables a la matriz energética del país, quiere facilitar aún más que los hogares –edificios, urbanizaciones, casas-, accedan a este tipo de energía, los costos aún son altos.

Ahora bien, otra pregunta que vale hacerse y esta para los alcaldes de las ciudades: ¿Es rentable desarrollar este tipo de proyectos de energía solar en los hogares? ¿Es viable si yo (alcalde) quiero poner un barrio entero a producir energía solar y autoabastecerse? Pues, debe hacerse muy bien el análisis y más aún, si esa ciudad o municipio dependen de la empresa de servicios públicos local. Muchas veces los mismos municipios se benefician de los servicios públicos pagados por sus ciudadanos y hasta son dueños de las empresas de servicios públicos, así que debe contemplar que podría dejar de percibir recursos que son muy útiles para poder adelantar otras inversiones, incluso de orden social.

Lo que queda claro es que esta es una discusión que debe darse ya al interior de los gobiernos de las ciudades y de la propia ciudadanía. Avanzar en energías limpias es un imperativo ante los devastadores efectos del cambio climático y la necesidad de erradicar los combustibles fósiles. Y todos debemos aportar. Que empiece el análisis y el debate.

¡Hasta pronto y gracias por su lectura!