Los científicos siguen alertando al mundo de las consecuencias derivadas del aumento de temperatura de la Tierra. A pesar de las buenas intenciones suscritas en el Acuerdo de París, no se ven señales de mejora. Y varias especies de animales son ya las perjudicadas.
Según un nuevo análisis, para el año 2100 la cantidad de plantas y especies vertebradas que perderán más de la mitad de sus áreas de distribución geográfica será del doble si el calentamiento global llega a 2 grados centígrados, en lugar de 1,5 grados; se cree que los insectos serán los más afectados, dado que, en dichas condiciones, perderían dos tercios de sus áreas de distribución.
El Acuerdo de París suscrito por los países en 2015 apunta a mantener el calentamiento global por debajo de los 2 grados respecto de los valores preindustriales y a procurar que este no supere los 1,5 grados centígrados. Sin embargo, se cree que los compromisos actuales suscritos por los países participantes en el Acuerdo superarán este límite, pudiendo alcanzarse los 3,2 grados Celsius.
En este estudio, la investigadora británica Rachel Warren y sus colegas buscaron comprender la manera cómo estas diferentes situaciones posibles de alteración de la temperatura afectarían a las áreas geográficas en las que se puede encontrar especies determinadas (llamadas “áreas biogeográficas”), mediante el análisis de un total de más de 115 000 especies terrestres.
En su estudio, se incluyeron gran variedad de organismos, entre ellos muchos insectos, que no se habían tenido en cuenta en análisis anteriores relacionados con la biodiversidad global. En particular, observaron qué especies se espera que pierdan más de la mitad de sus áreas biogeográficas para 2100.
Los autores informaron que el 49 % de los insectos, el 44 % de las plantas y el 26 % de los vertebrados incluidos en su estudio sufrirán una dramática reducción en sus áreas biogeográficas si el calentamiento global nos lleva a 3,2 º C, frente al 6 % de los insectos, el 8 % de las plantas y el 4 % de los vertebrados si se aspira a limitar el calentamiento al objetivo ideal de 1,5 grados.
Se destaca el hecho de que existen importantes beneficios en caso de alcanzarse el más ambicioso objetivo de 1,5 º C en lugar del de 2 º C, dado que se reduciría a la mitad la cantidad de especies que sufrirían graves reducciones en sus áreas biogeográficas.
Los autores mencionan que hay especies que tienen más riesgos de verse afectadas que otras, incluidas algunas especies polinizadoras.