La operación y construcción de edificios producen 38 % de todas las emisiones de CO2 relacionadas con la energía. Los gobiernos deben priorizar los edificios bajos en carbono en los paquetes de estímulo pos-COVID-19 y en la actualización de sus compromisos climáticos.
Las emisiones provenientes del funcionamiento de los edificios en el mundo alcanzaron su nivel más alto en 2019, de acuerdo con un nuevo informe publicado este jueves, el cual destaca que el sector está desaprovechando su enorme potencial para frenar el cambio climático y contribuir significativamente a los objetivos del Acuerdo de París.
Los paquetes de recuperación ante la pandemia de COVID-19 brindan la oportunidad de impulsar la renovación profunda de edificios y la creación de estándares de desempeño para las nuevas obras con el fin de reducir rápidamente las emisiones.
La próxima actualización de los compromisos climáticos en virtud del Acuerdo de París, conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC), también ofrecen una oportunidad para perfeccionar las medidas existentes e incluir metas más ambiciosas.
De acuerdo con el Informe de estado global 2020 sobre los Edificios y la Construcción, de la Alianza Global para los Edificios y la Construcción (GlobalABC), si bien el consumo global de energía de los edificios se mantuvo estable de un año a otro, las emisiones de CO2 relacionadas con la energía aumentaron a 9,95 GtCO2 en 2019. Este incremento se debió a que el uso directo de carbón, petróleo y biomasa tradicional fue mayormente reemplazado por el uso de electricidad, que tiene un mayor contenido de carbono debido a la alta proporción de combustibles fósiles utilizados en la generación.
En total, el sector produjo 38% de las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía si se consideran las emisiones de la industria de la construcción y las emisiones vinculadas a la operación de los edificios.
“El aumento de las emisiones en el sector de los edificios y la construcción enfatiza la necesidad urgente de una estrategia triple para reducir agresivamente la demanda de energía en las áreas construidas, descarbonizar el sector energético e implementar estrategias de materiales que reduzcan las emisiones de carbono del ciclo de vida”, dijo Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
“Los paquetes de recuperación verde pueden ser la chispa que nos hará avanzar rápidamente en la dirección correcta. Transitar hacia un sector de edificios y construcción bajo en carbono ralentizará el cambio climático y generará importantes beneficios para la recuperación económica, por lo que debería ser una prioridad clara para todos los gobiernos”, agregó Andersen.
Con el fin de encaminar al sector hacia la neutralidad de emisiones para 2050, la Agencia Internacional de Energía (AIE) estima que para 2030 las emisiones directas de CO2 de los edificios deben disminuir 50% – y 60% en el caso de las emisiones indirectas-. Esto equivale a una caída de las emisiones de alrededor de 6% anual hasta 2030, una proporción cercana al 7% de reducción de emisiones que experimentó el sector energético mundial a causa de la pandemia en 2020.
Según el nuevo Rastreador Climático de GlobalABC, que considera medidas como la inversión en eficiencia energética y la proporción de energía renovable en los edificios, la tasa de mejora anual está disminuyendo y, más específicamente, se redujo a la mitad entre 2016 y 2019. Para que el sector de los edificios se encamine hacia la neutralidad de emisiones para 2050, todos los actores de la cadena de valor deben aumentar hasta cinco veces las acciones de descarbonización y su impacto.
Aunque el progreso en los esfuerzos de eficiencia no se ha mantenido a la par con el crecimiento del sector, hay señales positivas y oportunidades para ponerse al día con la acción climática, según el informe.
Potencial de recuperación verde
El reciente Informe sobre la Brecha de Emisiones 2020 del PNUMA indica que las medidas de recuperación sostenible de la pandemia podrían ayudar a reducir hasta 25% las emisiones de gases de efecto invernadero previstas para 2030 y acercar al mundo al objetivo de limitar el calentamiento global en 2°C, como lo estipula el Acuerdo de París sobre cambio climático.
Los gobiernos pueden ayudar a lograr esta meta al incluir sistemáticamente medidas de descarbonización en los paquetes de recuperación: aumentar las tasas de renovación de edificios, canalizar la inversión hacia edificaciones bajas en carbono, generar empleos y aumentar el valor de los bienes raíces.
Las actividades de construcción se han reducido entre 20% y 30% en 2020 en comparación con 2019 como resultado de la pandemia y alrededor de 10% de los empleos en general se han perdido o están en riesgo en todo el sector de la construcción de edificios.
Los programas de estímulo para el sector pueden crear empleo, impulsar la actividad económica y activar cadenas de valor locales. Según su Plan de Recuperación Sostenible, la AIE estima que se crearían hasta 30 puestos de trabajo en manufactura y construcción por cada millón de dólares invertido en modernizaciones o medidas de eficiencia en nuevas construcciones.
Actualización de compromisos climáticos: una ventana para una acción más rápida
La mayoría de los países aún no han presentado la renovación de sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) bajo el Acuerdo de París. Los edificios siguen siendo un área importante que carece de políticas de mitigación específicas, a pesar de su importancia para las emisiones globales de CO2. De los que han presentado NDC, 136 mencionan los edificios, 53 mencionan la eficiencia energética de los edificios y solo 38 se refieren específicamente a los códigos de energía de los edificios.
Los gobiernos nacionales deben intensificar los compromisos en sus NDC, las estrategias climáticas a más largo plazo y el apoyo a la regulación para estimular la adopción de edificios con emisiones netas cero. Esto significa priorizar los códigos de energía de construcción obligatorios basados en el desempeño, junto con medidas de certificación generalizadas, y trabajar en estrecha colaboración con los gobiernos subnacionales para facilitar la adopción e implementación.
Aumenta la inversión en edificios energéticamente eficientes
En 2019, el gasto en edificios energéticamente eficientes aumentó por primera vez en tres años, hasta los US$ 152.000 millones, 3% más que el año anterior.
Esta es solo una pequeña proporción de los US$ 5,8 billones gastados en total en el sector de los edificios y la construcción, pero hay señales positivas de que la descarbonización y la eficiencia energética se están afianzando en las estrategias de inversión.
Por ejemplo, de los 1.005 desarrolladores, empresas inmobiliarias y fondos de inversión que reportaron al Global ESG Benchmark for Real Assets en 2019 – y que manejan más de US$ 4,1 billones en activos bajo gestión–, 90% alineó sus proyectos con estándares de calificación de edificios ecológicos para construcción y operaciones.
En la próxima década, los edificios ecológicos representarán una de las mayores oportunidades de inversión, estimada por la Corporación Financiera Internacional en US$ 24,7 billones para 2030.
Recomendaciones adicionales
El informe también recomienda que los propietarios y las empresas utilicen objetivos basados en la ciencia para guiar sus acciones y comprometerse con otros actores en todo el diseño, la construcción, la operación de los edificios para desarrollar alianzas y construir capacidad.
Los inversores deben reevaluar sus decisiones través del lente de la eficiencia energética y la reducción de las emisiones carbono, y otros actores a lo largo de la cadena de valor deberían adoptar conceptos de economía circular para reducir la demanda de materiales de construcción, minimizar el carbono incorporado y adoptar soluciones basadas en la naturaleza que mejoren la resiliencia de los edificios.