Infraestructura ciclista: La importancia de tener estacionamientos de bicicletas

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LA Network
27 agosto, 2021 - Movilidad

Que la felicidad que nos produce ver un estacionamiento de bicis en la puerta del lugar al que vamos, no sea algo extraño, sino parte de un plan sistemático de nuestras autoridades para motivar este medio de transporte que tanto bien les hace a nuestras ciudades. Foto: pexels-carlos-pernalete-tua-674735

Era lunes por la mañana, estaba camino a hacer el 4to trámite antes de ir a la oficina; el destino era el Hospital Señor del Milagro en Salta. Cuando llego, ato mi bici a un poste que estaba al lado de la puerta, pero al salir me doy cuenta de que, 20 metros más adelante había un estacionamiento para bicicletas. Esta situación me llevó a hacer una publicación en Twitter para jugar un poco y saber si la gente se daba cuenta que es lo que estaba “mal” con ese estacionamiento. Curiosamente (o no), muchas personas notaron lo mismo que yo, que estaba algo alejado entre un montón de apreciaciones más que iniciaron estas preguntas: ¿Qué tan importante es para quienes usamos la bici contar con estacionamientos adecuados? ¿Es relevante si están lejos o cerca del lugar a dónde vamos? ¿Los/as ciclistas somos vagos/as y no queremos caminar? 

Los estacionamientos de bicicleta son dispositivos que sirven para amarrar las bicicletas de forma segura. Existen de uso público y privado. Los que son de uso público son parte del mobiliario urbano de una ciudad y hacen a la comodidad y promoción del uso de este medio de transporte. 

¿Te pasó de querer ir a algún lugar con tu bici y demorar varios minutos en encontrar un lugar donde atarla?  

En Salta, según pude consultar con el sociólogo Dhan Zunino Singh, desde principios del siglo XX, estacionar tu bicicleta era tan simple como dejarla apoyada en el cordón (con el pedal trabando) del lugar a donde ibas. Eran tiempos donde la seguridad no era un problema, y absolutamente todos los viajes en bicicleta eran puerta a puerta. 

Hoy en día, con los robos que vemos a diario, sobre todo en provincias como Buenos Aires o Santa Fe, es casi inimaginable pensar en dejar la bicicleta sin un buen candado (aunque por ejemplo en Salta es una costumbre que se sigue viendo sobre todo en los barrios). Pero no todo pasa por seguridad; un buen estacionamiento, bien ubicado, te puede ahorrar tiempo y refuerza el concepto de que la ciudad que se preocupa por tener estacionamientos de calidad, se preocupa por sus usuarios/as, los/las tiene en cuenta y jerarquiza el uso de este medio de transporte. Muchas veces los estacionamientos afuera de un edificio público o en una zona de bares, se erigen como un recordatorio de que la bicicleta es un vehículo válido e interpelan a quienes aún no la usan. 

En Twitter quise hacer una encuesta para indagar un poco más en qué tan importante era para quienes usamos la bici estacionar cerca del lugar a donde íbamos. Obtuve 300 respuestas, de las cuales un 70 % respondió que prefería estacionarla en la puerta o en la misma cuadra del lugar a donde iba. Se suscitaron muchas controversias en cuanto a esto ya que no tardaron en aparecer usuarios/as que nos tildaron de “holgazanes” por no querer caminar más de una cuadra. La realidad es que, para empezar, no todas las personas usamos este vehículo de la misma manera, no hacemos el mismo tipo de viajes ni tenemos la misma percepción de seguridad. 

Contar con un estacionamiento en la puerta de una escuela, puede ser un gran alivio para un padre que lleva a su hijo y no tiene que “improvisar” cuando está con el tiempo justo para luego ir a su trabajo, o caminar una cuadra y media con el pequeño junto a sus útiles y sacar las alforjas ya que se va a tardar más tiempo. También sería un gran incentivo para una mujer que tiene que hacer varias compras para preparar el almuerzo, además pasar por la dentista a retirar un certificado y luego pasar a pagar la boleta de la luz. ¿se imaginan cuánto más fácil hacen esos estacionamientos en la puerta o en la vereda a las personas que eligen la bici? 

Algunos/as contestaron que quienes van en auto tiene que caminar mucho más para encontrar un lugar de aparcamiento, pero no tienen en cuenta el esfuerzo físico que ya están haciendo las personas que usan la bici, sumado a que justamente las medidas deben apuntar en que la opción de dos ruedas sea la más práctica, cómoda y rápida para que cada vez más gente la elija por sobre el automóvil para viajes de al menos 5 km, si lo que queremos es incentivar su uso, claro. 

Quienes respondieron la encuesta, también diferenciaron entre estacionar donde iban a permanecer algunos minutos en contraste con un lugar donde se iban a quedar algunas horas, en ese caso preferían hacerlo en la puerta si era un trámite rápido, pero si se iban a quedar más tiempo no tenían problema en caminar más de una cuadra si el estacionamiento era seguro y mejor aún, techado. 

Cuando pregunté qué tan importante es tener infraestructura para aparcar, el 84 % de quienes votaron dijeron que era muy importante. Se resaltó en conversaciones de usuarios, que la versatilidad es una condición necesaria: que el diseño admita distintos tipos de bicicleta (bicicletas cargo y adaptadas) y distintos tipos de candado (no es lo mismo atar con una U-Lock que es rígida en comparación con una cadena). También que sean seguros, bien anclados, en lugares con buena iluminación y que tengan el suficiente espacio para maniobrar son algunos de los requisitos básicos que estos dispositivos deberían tener.  

Es crucial tener en cuenta (y que quienes toman decisiones en los gobiernos consideren), que el diseño, es decir la forma que tiene un estacionamiento, es muy importante. Muchas veces se le da relevancia a que sea “original” sin considerar el rol que debe cumplir. Aquí quiero contar una anécdota, sobre una vez que estacioné mi bicicleta afuera de un museo en mi ciudad: era un estacionamiento muy bonito de caño cromado, pero por el cual sobresalía una barra. Cuando volví a buscarla, ¡mi bicicleta no estaba! entonces se acerca un chico de un café con mi bicicleta en la mano con la U-Lock aún en el cuadro. Yo la había amarrado a la barra que sobresalía gracias al diseño confuso del bicicletero. 

Por eso, en la red del pajarito, todos/as estábamos de acuerdo en que el mejor diseño es la U invertida ya que es un diseño simple, confiable, económico y que además permite atar cuadro y rueda, a diferencia de los que sólo posibilitan atar la rueda y que son (lamentablemente) los más comunes de ver. 

De todas formas, la bicicleta ha estado en nuestras sociedades por más de 200 años y ha despertado la creatividad de millones de personas en todo el mundo y los estacionamientos no han sido ajenos a esa creatividad; algo que podemos ver en estas dos cuentas de Instagram que recopilan fotos de biciestacionamientos en todo el mundo: @dieradstaenderin y @aparquesubici. 

Que la felicidad que nos produce ver un estacionamiento de bicis en la puerta del lugar al que vamos, no sea algo extraño, sino parte de un plan sistemático de nuestras autoridades para motivar este medio de transporte que tanto bien les hace a nuestras ciudades. 

Soy Alcaldesa de la Bicicleta de la Ciudad de Salta desde 2019, soy parte de una red de más de 100 alcaldes y alcaldesas de todo el mundo: Bicycle Mayor and Leaders Program, que es un proyecto promovido por BYCS, una empresa social ubicada en Ámsterdam. Tengo como objetivo acelerar el progreso del ciclismo urbano en mi ciudad. 

Columna publicada originalmente en biciclub.com/