En Medellín perdimos 23 personas por el homicidio durante los primeros 15 días del mes de julio, personas que nos harán falta en los barrios Santo Domingo Savio, Betania, Área de Expansión Pajarito, Corazón de Jesús, Las Independencias, El Morro, Los Alcázares, Veinte de Julio, San José del Manzanillo, La Loma de los Bernal, Santander y Estación Villa
Carlos, Estiven, Gustavo, César, Enrique, Juan, Jairo, Manuel, Alejandro, John, Mateo, Luis, Guillermo, Rober, Alexander, Arley, Esteban… de 16, 17, 18, 20, 22, y algunos mayores de 30 años; ya no están hoy aquí.
La ciudadanía manifiesta haber escuchado varias detonaciones, el miedo los paraliza, cuando acuden, rogando que todo esté bien, encuentran en el piso, tendidos, los cuerpos de los seres amados.
“Cabello negro, tez trigueña, 1.70 de estatura y contextura delgada, vestía sudadera, camiseta color negro y tenis color gris.”
“Tatuaje de un lobo en la mano izquierda, en el antebrazo una escritura, en tórax lado izquierdo letras, vestía buso rojo, sudadera negra y tenis color negro
Las familias Gil, González, Castillo, Villa, Zuluaga, Gómez, Agudelo, Durango, Galeano, Paniagua, Álvarez, Mosquera, Córdoba, Estrada, Restrepo, Echeverri, Pulgarín, Sánchez, Ramírez y Holguín han quedado fracturadas y como muchas familias de Medellín, comienzan el largo camino de aliviar el dolor que deja el homicidio en la ciudad.
Filas interminables en el Metro y los paraderos de buses, caras cansadas y angustiadas, esperando que el transporte se restablezca y poder llegar a sus casas y encontrarse con que no falte ningún integrante de la familia, ningún amigo, ningún vecino, que el homicidio no se los haya arrebatado.
Hay que insistir en la piedad y el cuidado de la vida de todos y de cualquiera.
Otro barrio y otra ciudad es posible con el Partido de las Doñas (partidodelasdoñas.org) que nos enseñan sobre la memoria que resiste dignificando la vida y cómo se transforman los vecindarios con una ruta solidaria que nos una y fortalezca ante la adversidad de la violencia homicida.
Doña Margarita dice que evitar el involucramiento de jóvenes en la violencia se consigue con 1) espacios de juego para preadolescentes 2) educación histórica con verdad y 3) acceso a la universidad.
Esa sabiduría de las doñas nos muestra lo necesario que se hace en esta ciudad dar segundas oportunidades a los adolescentes que pueden encontrarse en dos situaciones: 1) en riesgo de ser asesinados por vivir en sectores periféricos de la ciudad y 2) sin encontrar la salida de un grupo criminal.
Hoy solo tenemos tiempo para la solidaridad, seguiremos abrazando a Medellín.
