Los factores que más influyen en los incidentes de tránsito se asocian con comportamientos de ira o ansiedad, que tanto peatones como conductores asumen en la vía frente a otros conductores, a ciudadanos en general y a las autoridades que regulan el tráfico.
A ello se suma que el mayor número de accidentados suele reflejar inmadurez tanto en su personalidad como en su humor, además de actitud de riesgo, osadía, comportamiento arbitrario y descontento en alguna faceta de su vida familiar, laboral o personal.
Este perfil de los infractores se identificó en la caracterización realizada por Jorge Alirio Murillo Franco, magíster en Administración de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, con el fin de aportar estrategias asertivas, enfocadas en reconocer y entender los valores y las conductas ciudadanas en las vías para ayudar en la construcción de políticas públicas.
La investigación se desarrolló en Manizales, donde se analizaron tanto las infracciones cometidas al Código Nacional de Tránsito como los informes de accidentalidad entre el 1 de enero de 2014 y el 31 de diciembre 2018. En total se analizaron 180.170 comparendos.
“Aunque en esta ciudad la Secretaría de Tránsito adelanta algunas campañas relacionadas con el comportamiento de los actores viales, estas se enfocan más en el montaje de avisos, carteles y adhesivos informativos, pero no trascienden al estudio del comportamiento del individuo”, explica el magíster.
Según su punto de vista, “las nuevas dimensiones del conocimiento humano –como la psicología y la sociología– ayudan a entender cómo asumen los individuos (peatones y conductores) sus roles en la vía, de manera que ayudan a determinar actitudes como la ira o el estrés, dos condiciones que exhiben los actores viales a diario”.
En su investigación, el magíster explica que la personalidad es un aspecto determinante de su conducta en la conducción. Esto indica que los actores viales no se desprenden de los demás roles como individuo, y por lo tanto sus actitudes frente al volante –para el caso del conductor– o al cruzar una vía –como peatón– no están influenciados de manera directa con la actividad de conducir o caminar que ejerce en ese momento.
El estrés está dentro los factores que el investigador destaca como determinantes en el estado de ánimo. “Por ejemplo, los comportamientos de los conductores de vehículos públicos pueden estar asociados con las presiones de tiempo, incapacidad para atender la demanda y horarios de trabajo por turnos rotatorios que causan problemas familiares y en otras actividades sociales”.
Además, el ruido, la polución y las congestiones del tráfico son factores que también desencadenan conductas de ansiedad.
Mujeres, con menos comparendos
Al analizar la composición de las infracciones según el género, las cifras del estudio muestran que el 88 % de los comparendos impuestos en el periodo estudiado fueron imputadas a hombres y el 12% a mujeres, es decir que existe una relación hombre-mujer de 9 a 1.
También se determinó que el mayor número de infracciones son cometidas por personas de ambos sexos entre los 26 y los 35 años. Además, se evidenció que a mayor edad aumenta el respeto por las normas relacionadas con tránsito y transporte.
La infracción más recurrente de los conductores multados, con un 21,64 %, corresponde a la conducción de motocicleta sin observar las normas establecidas en el Código Nacional de Tránsito.
Le sigue con un 17,14 % estacionar un vehículo en sitios prohibidos; no realizar la revisión técnico-mecánica con 15,28 %, y la de menor incidencia es no portar la licencia de tránsito, con 1,96 %.
Un aspecto importante que muestra el estudio es el respeto a la autoridad ante la imposición de la multa de tránsito, pues en el 99,69 % de las multas imputadas en la ciudad las personas permanecieron en el sitio, y solo el 0,31 % reportó fuga.
La investigación permite establecer que la actividad de conducir un vehículo implica cambiar de manera significativa las actitudes que asumen las personas cuando se ponen al frente del volante o cuando salen a la calle.
“Un adecuado comportamiento vial se construye cuando reconocemos el derecho propio y el de los demás al hacer uso de las vías, dejando de lado el egoísmo, la ‘viveza’ y las leyes propias tan frecuentes en una sociedad que coloquialmente siempre anda corriendo”, advierte el magíster Murillo.
Agencia de Noticias UN