La Alianza Colombia Libre de Fracking, un colectivo que reúne a más de 70 organizaciones sociales y ambientales, considera que el Gobierno Nacional desconoce el principio de precaución en el país. Es así como las comunidades del Magdalena Medio se oponen a que una técnica experimental y con altísimos impactos se implemente en su territorio.
La propuesta del Gobierno Nacional de realizar un proyecto piloto de fracturamiento hidráulico en yacimientos no convencionales (conocido popularmente como Fracking), es para las 70 organizaciones que conforman la Alianza Colombia libre de Fracking, un experimento irresponsable pues el riesgo resulta demasiado alto teniendo en cuenta los antecedentes científicos en torno a los impactos de esta actividad.
Además para este colectivo, los datos obtenidos no serían extrapolables a otras áreas debido a múltiples factores asociados a la misma roca a fracturar y a que las condiciones geológicas (en especial en Colombia) son altamente variables, no pueden generalizarse en términos de riesgo ni siquiera a nivel de cuenca.
Pese a este tipo de advertencias soportadas en investigaciones científicas, el piloto se encuentra en etapa de exploración y a la espera de los trámites para dar inicio a la explotación en el futuro cercano. Estas pruebas piloto han encontrado un fuerte rechazo en las comunidades del Magdalena Medio que en defensa de la vida, el agua y el territorio, se oponen a ser víctimas de una técnica experimental.
Ante el debate que suscita hoy esta técnica en el país, las posturas del Gobierno Nacional se contradicen. Mientras que por una parte el Ministerio de Ambiente reafirma que el país no está preparado, por otra el Ministerio de Minas alienta la explotación y desconoce la evidencia existente.
Para los líderes de la Alianza Colombia Libre de Fracking, es MinMinas quien está en la obligación de demostrar que el país no se enfrenta a los daños y a los riesgos ambientales demostrados por la ciencia para otros países, y en ese sentido, no puede hablarse de “fracking sostenible», pues es una actividad basada en la explotación de un recurso no renovable.
Para las organizaciones ambientales implementar esta técnica no va a resolver los problemas estructurales del país en materia de autosuficiencia energética. “La explotación de yacimientos no convencionales beneficiaría a petroleras transnacionales con antecedentes de contaminación derivada de las operaciones convencionales que han desarrollado en otras regiones del país y a las cuales se les han concedido escandalosos beneficios tributarios y económicos para realizar fracking en perjuicio de las finanzas del país. Adicionalmente, los modelos energéticos actuales y futuros, tienden a reducir la dependencia de los combustibles fósiles y a aumentar el uso de tecnologías basadas en energías renovables”, así lo plantea la Alianza.
Por otro lado, es importante resaltar las declaraciones del Ministro de Ambiente, quien basado en el completo informe publicado por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos – EPA que concluye que el fracking sí ha afectado las fuentes de agua potable en ese país, ha reconocido que en Colombia: primero no se cuenta con estudios sobre las aguas subterráneas ni un inventario de acuíferos; segundo no hay un estudio sismológico y cartográfico; no se ha realizado una evaluación estratégica integral del Valle del Magdalena Medio; no se cuenta con un sistema de registro, verificación control y vigilancia de los fluidos y químicos que se usarían: y no se cuenta con la capacidad institucional para hacer vigilancia a este tipo de proyectos.
En este sentido, al permitir la realización de una actividad con un alto grado de incertidumbre y probados impactos negativos a la salud humana y de los ecosistemas, para la Alianza “se desconoce el principio de precaución, que estipula que ante el riesgo de un daño grave o irreversible a la salud humana e incertidumbre científica sobre el daño, se deben implementar las medidas efectivas para evitar la consumación de dichas afectaciones” esto teniendo en cuenta que los impactos negativos como ha sucedido en otros países, no se evidenciarían inmediatamente sino al cabo de unos años.
Según las diferentes organizaciones que conforman la ‘Alianza Colombia Libre de Fracking’, los daños que causaría la explotación de yacimientos no convencionales mediante Fracking son impredecibles, irreparables e irreversibles. Ante esto, la Alianza señala que el Gobierno Nacional “ha desconocido las alertas que desde diversos sectores se han dado, una de ellas la carta enviada en marzo de este año al Presidente Juan Manuel Santos por parte de la Alianza, -con el respaldo de expertos y Congresistas de diversos partidos-, solicitándole declarar la moratoria al Fracking en perspectiva de la prohibición de esta técnica en todo el país.”
Por último, la Alianza Colombia Libre de Fracking afirma que estará vigilante e hizo un llamado a los diferentes actores: académicos, diferentes ONG, sector privado, autoridades territoriales, líderes religiosos, representantes oficiales de distintos organismos, empresarios, pueblos indígenas, juventudes, a la sociedad médica y científica, representantes de los trabajadores y a las comunidades en diferentes regiones del país; para que “nos movilicemos y evitemos la ejecución de cualquier proyecto de yacimientos no convencionales en el Magdalena Medio o en otra región del país.”
La Alianza Colombia Libre de Fracking, es un colectivo en defensa del agua, la vida y el territorio, y en oposición a la implementación del fracking en Colombia que reúne más de 70 organizaciones sociales, ambientalistas, sindicales, de derechos humanos, y activistas defensores del ambiente de diversas regiones del país.