Iztapalapa: “Tierra Santa”

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LA Network
13 abril, 2017 - Cultura

Cada año más de dos millones de personas se concentran en la delegación más poblada y también la más conflictiva de la Ciudad de México para atestiguar la representación más grande del mundo de la Pasión de Cristo.

Agustín Velasco / Periodista. Colaborador LA Network Ciudad de México

Iztapalapa es la demarcación política más poblada de las 16 que conforman la gran urbe, dos millones de personas. La quinta parte de los habitantes de la capital de México vive en ella.

Para  sobreponerse a los datos oficiales –cada día se cometen un promedio de 80 delitos que van desde el robo hasta el asesinato– Iztapalapa aspira a ser, por lo menos una vez al año, Tierra Santa.

En su hoja de vida Iztapalapa tiene un acontecimiento que marca el antes y después de su historia: en 1833 una epidemia mató a la mayoría de los habitantes del entonces pueblo al oriente de la Ciudad de México y un milagro fue el antibiótico.

“La tradición oral cuenta que fue a partir de una epidemia de cólera morbus, había mucha devoción al Señor del Santo Sepulcro que está en el Santuario de la Cuevita y ante tanta mortandad la gente acudió en procesión a esta imagen para pedirle que detuviera esas muertes”, cuenta Beatriz Ramírez González, historiadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y cronista de la delegación.

El mismo relato señala que tras los ruegos de los pobladores a los pocos días esta tierra se curó del cólera.

“Entonces se dice que le prometieron, como agradecimiento, que harían una representación de la pasión y muerte de Cristo”, continúa Ramírez González.

Pero algo no cuadra en esta milagrosa historia, destaca la cronista.  Y es que la primera representación de la que se tiene registro fue hasta 1843, es decir, 10 años después del milagro del Señor de la Cuevita.

“La epidemia de cólera duró unos meses, a principios de ese año (1833) comenzó a entrar la enfermedad que vino desde Europa por el norte de América hasta que llegó a México y dejó los peores estragos en Iztapalapa. Pero se está reforzando cada vez más la idea de que la representación es mucho más antigua. Yo creo que hubo representaciones de algunas escenas de la Pasión desde mucho antes, incluso es una obviedad pensando en el teatro de evangelización durante el periodo novohispano que se realizaba justamente para evangelizar a la población indígena”, explica la historiadora.

Con esta teoría coincide Francisco Alatriste Torres, doctor por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y quien ha realizado tres tesis y un documental sobre la Semana Santa en Iztapalapa.

“Desde hace unos ocho años se tiene la idea de que la representación no tiene 174 años, sino más. Podría deberse al proceso evangelizador por parte de los españoles en América Latina, quienes hacían representaciones bíblicas”, asegura el especialista.

Pero quizá el del origen de la tradición sea la menor de las polémicas para esta representación organizada celosamente por vecinos de los ocho barrios del centro de la demarcación y que tiene como escenario de la crucifixión el Cerro de la Estrella.

En 2012, la Semana Santa en Iztapalapa fue declarada como Patrimonio Cultural  Intangible de la Ciudad de México. Es decir, se trata de un acontecimiento en el que todos los habitantes de la delegación prácticamente se juegan el prestigio, quizá por eso los recursos destinados para su organización son descomunales: al menos 10 mil policías –poco más del 10 por ciento de la fuerza policiaca de la capital mexicana– vigilarán las calles de esta demarcación.

Habrá 621 rescatistas, entre voluntarios y servidores públicos, 25 ambulancias, seis motocicletas y dos unidades de rescate. Además, 17 corporaciones, públicas y privadas, que evaluarán escenarios de riesgo y puntos críticos donde pudiera originarse alguna eventualidad. La delegación, por única vez en el año, será dividida en cinco sectores con sus respectivos mandos.

Y no es para menos, Iztapalapa es un lugar donde los números rojos contradicen cualquier aspiración religiosa pues aunque una vez al año aspira a ser Tierra Santa, los demás días tiene más parecido con Sodoma y Gomorra.

En este territorio parece que la delincuencia tiene prisa: solo en los tres primeros meses del año, se cometieron 7.398 ilícitos, un promedio diario de 82 delitos que van desde el robo, secuestro y asesinato. Esto ha hecho que Iztapalapa encabece la lista de las demarcaciones más conflictivas de la Ciudad de México.

Junto con la Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero, esta demarcación concentra el 40 por ciento de todos los delitos que se denuncian en la Ciudad de México. Quizá por esto hay vecinos que no acuden a la representación de la Pasión de Cristo, pues aquí “el calvario es todos los días”.

En una tierra donde hay más delitos que milagros, existen trasgresiones sociales en las que es campeón indiscutible, por ejemplo en el secuestro. Según las cifras oficiales registra una tasa de 1.17 secuestros por cada 100 mil habitantes. No por nada fue el hogar del considerado como el secuestrador más sanguinario de la historia de México, Daniel Arizmendi López, apodado como “El Mochaorejas” por su peculiar forma de presionar a las familias de sus víctimas, les enviaba una oreja como prueba de vida.

“Los habitantes están conscientes de esta problemática y lejos de no enfrentarlo utilizan la situación como un símbolo de identidad, para decir que si bien la delegación se caracteriza por esos elementos violentos la comunidad no es igual. Es una manera de identificarse hacia dentro y hacia fuera”, explica Francisco Alatriste Torres, doctor de la ENAH.

En una comunidad marcada históricamente por el catolicismo, los escándalos también son cosa de todos los días y por momentos han marcado la Pasión de Semana Santa. Este año por ejemplo, el Comité Organizador de Semana Santa en Iztapalapa A.C (COSSIAC), decidió cambiar al hombre que fue elegido inicialmente para representar a Jesucristo, el motivo: mintió.

Erick Eduardo Guzmán Ramírez, de 25 años de edad, fue designado el 8 de enero como quien este año tendría el honor de llevar el papel de Jesús de Nazaret, uno de los requisitos indispensables para lograrlo fue la de decir que era soltero. Sin embargo, durante los ensayos se presentó una mujer quien dijo ser su esposa desde siete años atrás.

Antes de esto, no se tenía registro de que alguno de los jóvenes seleccionados para representar al Cristo de Iztapalapa hubiera sido separado del papel por engañar al Comité Organizador. En lugar de Erick y de manera urgente, Eder Omar Arreola Ortega de 27 años, fue elegido a finales de febrero.

Vianney Domínguez, secretaria del COSSIAC acepta que la popularidad de esta representación tiene al comité en la mira pública.

“Sí, fue un poco complicado porque se hicieron las investigaciones y no se percataron de que el joven tenía pareja, de hecho el chico argumentó que ni siquiera sabía que estaba casado. Sí fue algo que nos cimbró a todos”, detalla.

Y afirma que ni este, ni otros escándalos, como los grupos antagónicos que han surgido al interior de la organización de la Semana Santa y tampoco la inseguridad en la delegación, evitarán que un año más Iztapalapa le dé gracias al Señor de la Cuevita por el milagro de erradicar el cólera.

“Todos aquí estamos por el amor a la representación, que esto no se pierda y siga muchos años más. La mayoría de quienes participan son personas de los barrios que vienen a apoyarnos, a poner la escenografía, a recaudar fondos, de manera voluntaria. Que eso no se pierda nunca”, pide Domínguez.