El proyecto “Moravia florece para la Vida” de Medellín, ha recibido ya múltiples reconocimientos por su innovación ambiental y urbana. El más reciente, el primer puesto del Premio Orbe InnoVerde de la Cámara de Comercio de Infraestructura de Francia-Colombia y el diario económico colombiano Portafolio. Así ha sido la evolución de este lugar de la ciudad.
La ciudad de Medellín (Colombia) recibió en 2016 el Premio Lee Kuan Yew World City Prize, considerado el Nobel de las Ciudades, como colofón a su admirable transformación. Pasó de ser la urbe más violenta del mundo a convertirse en un referente de resiliencia y desarrollo urbano centrado en las personas. Si alguien quisiera buscar un proyecto u obra que represente esa evolución de la ciudad podría hallar muchos, pero no hay duda que el Cerro de Moravia podría ser el mayor arquetipo.
El barrio Moravia se desarrolló en terrenos ubicados en un área de extracción de materiales y tierra del río Medellín y próximos a las estaciones de buses y del ferrocarril, terrenos que en los años 60s eran una depresión aluvial.
La Alcaldía de Medellín tomó la decisión en 1977 de llevar al morro de esa zona el botadero de basura municipal a cielo abierto. Ello provocó que centenares de familias desplazadas por el conflicto armado que padecía el país o seducidas por el auge económico de la ciudad –que para ese entonces era el epicentro industrial de Colombia- se instalaran en Moravia, haciendo del reciclaje de basura su medio de subsistencia. Para 1984, 17.000 personas ya vivían en el Morro de Moravia, momento en el que la administración municipal decidió clausurar el botadero de basura.
Debieron pasar 20 años para buscar una solución a esta área urbana degradada. En 2004 se definió el “Proyecto de Intervención Integral de Moravia y su área de influencia”. Allí fueron identificadas 2.224 familias entre 1,5 millones de toneladas de desechos.
Las características de esta zona eran ambiental y humanamente imposibles para las personas: precariedad en las viviendas, inestabilidad del suelo, presencia de desechos industriales y hasta clínicos y la constante emanación de gases tóxicos y lixiviados. Ante esta realidad, el Gobierno nacional declaró la zona como de calamidad pública.
Con una mayor preocupación de las autoridades municipales en recuperar el área, la evolución en esta intervención llevó a que en 2012 la Secretaría de Medio Ambiente de la ciudad emprendiera el proyecto “Moravia florece para la Vida”, que entre esa fecha y el 2015 tuvo una inversión de 4.500 millones de pesos, generó más de 200 empleos y la siembra de 50.000 plantas ornamentales en 30.000 metros cuadrados.
Pero, además, incluyó otras acciones para la recuperación del territorio, como la consolidación de dos unidades productivas para el desarrollo económico de la comunidad y el fortalecimiento de las organizaciones sociales para su transformación. En total, con la intervención integral del cerro se han beneficiado hasta ahora más de 40.000 ciudadanos.
La Fundación Corresponsables (España) reconoció en 2015 a “Moravia florece para la Vida” como máximo ganador de los VI Premios Corresponsables, entregados a las iniciativas más innovadoras y sostenibles en el ámbito de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) de Iberoamérica.
Y esta semana el mismo proyecto obtuvo el primer puesto en el premio Orbe Innoverde, una iniciativa que cada año reconoce la labor de las empresas e instituciones públicas del país frente al compromiso que tienen con el medio ambiente y el cambio climático.
Este premio se otorgó gracias al alto impacto ambiental del proyecto que ya ha intervenido 4,4 hectáreas; ha instalado 5.168 metros cuadrados de parcelas de fito y biorremediación, que se encargan de hacer la recuperación del suelo; 30 mil metros cuadrados de jardines y parcelas con resiembra de especies vegetales, construcción y mantenimiento de plantas de tratamiento de agua residual, acompañamiento a dos cooperativas de jardinerías, entre otras acciones.
Adicionalmente en el Morro de Moravia ya se han utilizado 72 especies de plantas en su paisajismo, tiene un corredor del arte y la memoria y dos invernaderos.
Nadie duda que Medellín sea hoy referencia para el mundo como ciudad milagro. Y este proyecto representa el mayor ejemplo de cómo se puede convertir la degradación ambiental y social en vida y bienestar. Un verdadero milagro.