Las movilizaciones que comenzaron en varias ciudades de Colombia el pasado 21 de noviembre se han caracterizado por no tener liderazgo de partidos políticos, sino que son más bien una expresión colectiva de la sociedad.
Para las profesoras y politólogas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) María Teresa Pinto y Carolina Jiménez, el sujeto político que está emergiendo en las manifestaciones es joven y diverso, apartado de los partidos políticos y no está relacionado con organizaciones sindicales o estudiantiles.
La profesora Pinto, del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (Iepri), manifestó que en Colombia se pasó de una generación de jóvenes activos en las redes sociales, pero con abstinencia electoral y de participación ciudadana, a una población que entiende que la ciudadanía se debe ejercer desde las calles.
“Son jóvenes que tienen un espíritu distinto, quizá los que tuvieron esperanza en el proceso de paz”, dijo la académica. No obstante, destacó que las movilizaciones ya no se dan solo en las avenidas sino también en los barrios, desde donde se promovió el “cacerolazo”.
“Esta expresión evidencia que no solo los jóvenes, sino también las familias enteras han manifestado su descontento. Los jóvenes son la energía vital que se necesita, pero igualmente existe un movimiento social que por primera vez en Colombia recoge amplios y diversos sectores”.
Por su parte, la docente Jiménez indicó que se trata de un sujeto político diverso que incluye tanto a los sectores sindicales clásicos como a las organizaciones de mujeres, campesinas y estudiantiles, y a una sociedad amplia apropiada de la realidad del país que busca reivindicar sus derechos.
“Lo que se está viendo en las calles es una indignación social colectiva, y una solidaridad generacional que está exigiendo lo justo”, manifestó la profesora de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales.
Un sujeto urbano y cosmopolita
El profesor e historiador Óscar Almario, director del Centro de Investigación e Innovación Social (CiiS) de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas de la UNAL Sede Medellín, apuntó que “este es un sujeto en configuración relacionado con los cambios demográficos que ha vivido el país, que han sido brutales y al hilo de un conflicto interno que ha desangrado al país, que cambió la estructura del campo y que urbanizó a Colombia”.
Agregó que “es la población urbana la que está expresando en esta coyuntura, dado que el conflicto armado no dejó que la población y la ciudadanía se manifestaran […], de alguna manera el proceso de paz –que se debe terminar de consolidar– está permitiendo la emergencia no solo de un sujeto juvenil sino de una ciudadanía que antes no se había expresado”.
En el mismo sentido, el profesor Fabio Zambrano, coordinador de la Maestría en Gobierno Urbano del Instituto de Estudios Urbanos (IEU) de la UNAL, afirmó que es un sujeto político diferente al de las anteriores generaciones: “es cosmopolita, habla otro idioma, está conectado a internet, disfruta de la nueva televisión, es más escolarizado, laico y urbano”.
“Son nacidos en las ciudades y sus padres también los son; son ciudadanos citadinos, urbanitas de segunda y tercera generación y esto ya crea un perfil muy diferente a lo que teníamos antes en los movimientos sociales”, puntualizó el historiador.
Las profesoras Pinto y Jiménez afirmaron que el paro nacional del 21 de noviembre y las manifestaciones que lo sucedieron reflejan el “inconformismo que viene creciendo en América Latina, producto de un fracaso cada vez más sistemático del modelo neoliberal”.
Agencia de Noticias UN