Los reunió el Instituto de Investigaciones Doctor José María Luis Mora para el II Coloquio Cooperación en Acción Climática: no creen en los gobiernos y buscan un cambio mundial más impactante.
La diversidad de grupos y colectivos juveniles mexicanos que trabajan activamente contra el cambio climático evidencia una toma de conciencia de esta población sobre la crisis -ella es la heredera de los problemas del pasado y el presente-, pero sobre todo la esperanza de que están fuertes, con mayor conocimiento, organizados y con metas claras y ambiciosas ante la terrible realidad climática y la desconfianza de que los gobiernos por sí solos, no harán los cambios de rumbo necesarios.
Así lo evidenció la reunión que convocó el Instituto de Investigaciones Doctor José María Luis Mora de México con el objetivo de conocer a algunos de los grupos organizados más importantes del país, su filosofía, sus formas de cooperación y sobre todo sus objetivos ante el gran desafío de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2°C y así contrarrestar, evitar, mitigar y adaptarse a sus más graves consecuencias.
Partiendo de los dos hitos del año 2015, la promulgación de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la firma del acuerdo de París, espacios en los que los jóvenes empezaron a tener más participación y protagonismo; y de las realidades mexicanas y globales, representantes de Fridays for The Future; Extinction Rebellion; la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible México – Capítulo Juvenil (SDSN Youth); Eco Maxei Querétaro; la Asociación de Mujeres Indígenas Mayas y la Red Universitaria de Cambio Climático (Reduc), compartieron sus maneras de hacer su lucha.
“La falta de acción ante el cambio climático nos obliga a pensar que ya no podemos confiar en los gobiernos u organismos internacionales como se hacía antes. Tenemos que tomar acciones mucho más drásticas como promover iniciativas de mitigación y adaptación al cambio climático”, indicó Rogelio Barrios Rosas, uno de los coordinadores de SDSN Youth en México.
El activista señaló que pese a los esfuerzos las políticas actuales no son suficientes para procurar el bienestar. “Hace falta más ambición y acción” ya que México es un país altamente vulnerable al cambio climático.
Y esa ambición pasa por distintos aspectos, entre ellos ir más allá de las protestas (siempre necesarias) pero a las que adicionalmente se deben sumar la cooperación, la unión de los colectivos y organizaciones en un frente común (latinoamericano) e incluso la realización de acciones conjuntas y la construcción de propuestas concretas para incidir en escenarios como la próxima COP26.
“En México nos hace falta más justicia climática, equidad intergeneracional y dejar de pensar el tema como algo individual”, recalcó Barrios Rosas, estudiante de Física Biomédica.
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Sin embargo, para Fridays for The Future (FFF), el movimiento internacional surgido alrededor de la voz de la activista sueca Greta Thunberg en agosto de 2018, la protesta es un enfoque fundamental en su lucha y en el objetivo de incidir en el cambio de políticas relacionadas al cambio climático
Aunque ahora de manera virtual, cada viernes la idea es salir de las escuelas y levantar su voz de reclamo ya que son ellos, los jóvenes quienes van a sentir más los impactos del cambio climático.
“¿Para qué tantos datos y estudiar en la escuela si lo adultos nos ignoran?”, manifestó Erick Díaz Rivas, estudiante de Ingeniería Biológica y representante de FFF, quien reiteró que la #ClimateStrike de su organización tiene como principio fundamental que esa protesta sea “pacífica y sin violencia”.
Y justamente en ese enfoque contestatario trabaja la organización Extinction Rebellion México (XR), que tiene su origen en el Reino Unido y en la protesta de más de 1.500 personas como reclamo al gobierno de ese país luego del pesimista informe de 2018 del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).
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“Se dieron cuenta que no eran suficientes los programas de los diferentes gobiernos para actuar en la velocidad a la que se necesitaba y por ello se dieron cuenta que, para incidir, era necesario que la sociedad se rebelara contra algo que violenta nuestros derechos humanos, nuestra vida”, indicó la joven Ingeniera Industrial Roxana Gutiérrez Bolaños sobre esta organización que cuenta con 1.000 grupos locales en 60 países.
Si bien cada una de estas organizaciones tiene sus particularidades y énfasis como la equidad de género, la defensa del territorio, destacan que cada vez sus integrantes están más preparados académica y políticamente como ciudadanía activa; que cada vez depuran mucho más sus estrategias de acción e incidencia; que incluso se piensan como organizaciones que sin tener ánimo de lucro, generen una sostenibilidad económica para llevar a cabo un activismo más profesional e incidente en sus sociedades, ya sea a través de la protesta en las calles, la intervención en territorios y comunidades o la participación activa en foros de discusión y decisión internacional como la COP.
“Quienes enfrentarían las mayores consecuencias del cambio climático serán los niños y los jóvenes y el concepto del liderazgo juvenil los jóvenes ya tienen el conocimiento y habilidades para liderar el compromiso ciudadano, ellos son agentes de cambio y multiplicadores del cambio social”, destacó la profesora Antonina Ivanova Boncheva, del Departamento de Economía de la Universidad de Baja California Sur.
La académica, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, ha representado a su país en el buró del Panel Intergubernamental de Cambio Climático en la ONU entre 2008 y 2016; participó del coloquio en el que puso de relevancia la importancia de los jóvenes mexicanos en la lucha frente al cambio climático.
“Ellos pueden pedirles cuenta a los gobiernos y realizar acciones como parte de la participación, de la participación internacional”, recalcó Ivanova.