La tecnología «open» o «abierta» es un tópico que divide a los que trabajamos en el mundo de la tecnología.
Llevo abogando por el mundo «abierto» los últimos 25 años, y he de reconocer que durante los últimos años, la actitud de las personas sobre el tema ha ido cambiando.
El cambio de ángulo de la importancia que el mundo «abierto» a tenido para el desarrollo del mundo de la internet. La sigla LAMP que refiere a un esquema de tecnologías todas abiertas, está en la base de todo lo que se ha creado en el mundo digital, desde las redes sociales, los sistemas móviles y el internet de las cosas.
Mi amor por la transparencia me ha llevado a ser impulsor del uso de estas herramientas, la ventaja de poder «ver» cómo están hechas estas soluciones por dentro, además de la posibilidad de hacerles cambios, compartirlas y hacerlas crecer, según las comunidades de usuarios lo necesitan, han logrado crear herramientas muy solventes técnicamente y muy convenientes a nivel ético.
Pero la razón por la cual abogo por esta visión, no solo es técnico y ético. También son una excelente herramienta para generar riqueza y desarrollo, sobre todo local.
Cuando se tiene la posibilidad de generar comunidades de desarrolladores locales, que puedan aportar a la creación y desarrollo de soluciones abiertas y se apuesta por esa opción, el retorno suele ir más allá de lo puramente económico. Este ejercicio que crea «capital humano especializado» que luego alimenta los ecosistemas de emprendimiento, empresariales y de innovación.
Durante muchos años yo mismo he apostado a este tipo de esquemas, he firmado convenios con universidades, he apostado por la generación de proyectos, he abogado por este tipo de ecosistemas.
Luego de lo que ha pasado en este 2020, me ha quedado claro que debo seguir trabajando en esta dirección. Lo que la pandemia ha hecho evidente es la necesidad de activar estos ecosistemas, de crear ese capital humano y de hacerlo desde el punto de vista «GLOCAL» ( global local).
Escribo esta nota como compromiso personal, como punto de partida. He de trabajar con más fuerza por integrar el mundo «abierto» en lo que hago, debo ser más diligente y estratégico. Prometo compartir por los medios que tengo a disposición lo que aprenda de este proceso.