Mucho hemos oído hablar en este tiempo de los repartidores en bicicleta, y si bien no es algo nuevo, hoy muchas empresas, grandes y pequeñas están intentando poner sus productos y servicios a los pies de la gente de una forma más económica y eficiente.
La bicicleta, todos lo sabemos, ha sabido fortalecerse cada día demostrando su versatilidad en las calles y aquellos que han pensado en usarla como transporte de carga liviana seguramente han dado un paso importante en la carrera por la implementación de nuevas políticas sobre movilidad sustentable.
Cada bicicleta en la calle representa un paso importante en la creación de modos diferentes de movernos ante las nuevas necesidades de la sociedad moderna que desea vivir en un lugar más amigable con el medio ambiente, menos agresivo, más limpio, menos ruidoso y que brinde seguridad a la hora de moverse.
Las empresas han entendido el mensaje que baja de la sociedad y se han puesto en la cabeza un objetivo, generar conciencia ecológica desde su logística y han pensado en la bicicleta como parte fundamental de ese cambio.
La entrega y traslado de pequeñas y medianas cargas se puede hacer en bicicleta, diferentes actividades pueden llevarse a cabo en bicicleta, la diferencia con respecto a otras modalidades radica principalmente en la comodidad que brinda este noble medio de transporte dentro de una ciudad convulsionada por un tránsito automotor que colapsó el espacio público y ya no deja lugar a que la gente se mueva de forma eficiente.
¿Quieres una pizza? ¿Compraste un libro on-line? ¿Entrega de correspondencia? ¿Mandar flores a quien quieras? ¿Hiciste un pedido en el supermercado? ¿Mandas algo a reparar? Todas estas cosas, y muchas cosas más, se pueden manejar con una bici-cargo.
Las bici-cargo llegaron para quedarse en Argentina, aunque en algunos países, en Europa más precisamente, ya hace muchos años que circulan por la calle y su versatilidad te da una gama de posibilidades que solo tu imaginación puede limitar y es así que las empresas están buscando esta modalidad para su logística de entregas y traslados que resulta mucho más económico no solo para la empresa en lo que respecta al ahorro de combustible, seguro, e impuestos, sino también para el usuario de este servicio porque abarata el costo y en muchas ocasiones hasta resulta más rápido.
En Argentina el ciclismo urbano sigue creciendo progresivamente y debemos seguir fomentando el uso de la bicicleta como parte fundamental en el cambio que desde las autoridades debe darse, no solo en la creación de espacios e infraestructura para la gente, sino en la legislación y la implementación de políticas públicas que apunten a mejorar la movilidad y lograr tener ciudades para la gente.
En lo personal estoy convencido que el ciclismo urbano y la bici-logística seguirán creciendo en mi país, y espero lo mismo para la región, y será moneda corriente ver en las calles más bicicletas y bici-cargo que contribuirán significativamente a mejorar la vida de las personas en la ciudad, descongestionar el espacio público, brindar más seguridad en el tránsito y ofrecer un servicio diferente, limpio, silencioso, sustentable.
