La exposición prolongada a la contaminación del aire y la falta de espacios verdes aumentan el riesgo de hospitalización por afecciones respiratorias

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LA Network
8 septiembre, 2024 - Derecho a la ciudad

La mayor exposición a la contaminación del aire relacionada con el tráfico también está claramente relacionada con el desarrollo de EPOC en pacientes asmáticos.

La exposición prolongada a la contaminación del aire y la falta de acceso a espacios públicos verdes aumentan el riesgo de hospitalización por afecciones respiratorias, según un estudio presentado este domingo en el Congreso de la Sociedad Respiratoria Europea (ERS) en Viena, Austria.

La contaminación del aire relacionada con el tráfico de vehículos también está fuertemente relacionada con la progresión del asma al asma-EPOC, de acuerdo con un segundo estudio también presentado en este Congreso.

El primer estudio, los resultados del proyecto Life-GAP, fueron presentados por Shanshan Xu, del Departamento de Salud Pública Global y Atención Primaria de la Universidad de Bergen (Noruega).

Su equipo utilizó los resultados de la Encuesta de Salud Respiratoria de la Comunidad Europea en el norte de Europa, que abarcó las hospitalizaciones por problemas respiratorios entre 2000 y 2010. El estudio examinó a 1.644 personas de cinco países y evaluó la asociación entre la salud respiratoria y la exposición a largo plazo (entre 1990 y 2000) a partículas en suspensión, carbono, dióxido de nitrógeno, ozono y vegetación (la cantidad y la salud de la vegetación que rodea la casa de una persona).

Aunque el norte de Europa tiene niveles de contaminación del aire relativamente bajos, descubrieron que las partículas en suspensión, el carbono y el dióxido de nitrógeno aumentaban el riesgo de ser hospitalizados por enfermedades respiratorias en esta población.

La investigadora Xu explicó que “observamos que por cada aumento del rango intercuartil de estos contaminantes, el riesgo de hospitalización aumenta aproximadamente entre un 30 y un 45 %, dependiendo del contaminante. El verdor, por otro lado, contribuyó a reducir el riesgo de hospitalización por problemas respiratorios”.

Xu añadió que “la contaminación del aire provoca una inflamación persistente y estrés oxidativo en el sistema respiratorio. Estos procesos nocivos contribuyen al desarrollo y la exacerbación de enfermedades respiratorias crónicas, que pueden derivar en episodios de salud graves que requieran atención hospitalaria. También es probable que la exposición prolongada a la contaminación del aire pueda provocar una menor tolerancia o una mayor sensibilidad a estos contaminantes, lo que explica por qué incluso niveles moderados o bajos pueden causar efectos graves en la salud en ciertas poblaciones”.

El segundo estudio fue presentado por el investigador Samuel Cai, del Centro de Salud Ambiental y Sostenibilidad de la Universidad de Leicester (Reino Unido). Este estudio analizó a 46.832 participantes con asma que fueron reclutados en la cohorte del Biobanco del Reino Unido durante los años 2006 y 2010.

Se estimaron los niveles de dos contaminantes atmosféricos principales (partículas y dióxido de nitrógeno) en el domicilio de cada participante, y se calculó una puntuación de riesgo genético (basada en la composición genética de cada individuo para el potencial de desarrollar tanto asma como EPOC) para cada participante. A continuación, el equipo cuantificó el impacto tanto de la contaminación atmosférica como de las puntuaciones genéticas en la incidencia de EPOC entre los asmáticos.

“Hemos descubierto que por cada 10 microgramos por metro cúbico más de exposición a partículas en suspensión, el riesgo de desarrollar EPOC era un 56 % mayor entre los pacientes asmáticos; también hemos descubierto que una mayor exposición al dióxido de nitrógeno aumenta el riesgo. Además, si las personas tienen un índice de riesgo genético medio o alto, el riesgo de que una mayor exposición al dióxido de nitrógeno provoque que el asma progrese a EPOC es aún mayor”, explicó Cai.

Zorana Andersen, presidenta del Comité de Salud y Medio Ambiente del ERS y profesora de Epidemiología Ambiental en el Departamento de Salud Pública de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) comentó sobre estas investigaciones que “estos hallazgos ponen de relieve el impacto crítico de la exposición prolongada a la contaminación del aire en la salud respiratoria y resaltan la necesidad de iniciativas y regulaciones eficaces para el aire limpio”.

“La contaminación del aire afecta a todo el mundo, pero la mayoría de las personas tienen muy pocas posibilidades de adoptar medidas para proteger su salud. Los responsables políticos tienen la responsabilidad de proponer medidas audaces para abordar la contaminación del aire en nuestras ciudades y ayudar a todos, incluidos los ya asmáticos. Esto incluye iniciativas para reducir la contaminación y promover la vegetación urbana, así como una planificación urbana meditada que evite plantar vegetación alergénica”, añadió Andersen.