Manizales, metrópoli colombiana con cerca de 450.000 habitantes, quiere ser una ciudad a escala humana y para ello tiene propuesto un ambicioso plan urbano. Dialogamos con su alcalde, Carlos Mario Marín Correa, sobre esta visión de ciudad que todavía se enfrenta, en muchos niveles, a la incomprensión ciudadana.
El alcalde de Manizales, Carlos Mario Marín, espera dejar una red de parques verdes con más de 8 zonas intervenidas en sus puntos más neurálgicos. Foto: Cortesía
Carlos Mario Marín Correa tiene 31 años. Es hijo político de la denominada “Ola Verde” en 2010, cuando el exalcalde de Bogotá, Antanas Mockus y el también exalcalde de Medellín, Sergio Fajardo, estuvieron a punto de ganar la presidencia de Colombia. Marín ingresó a la política con ellos, caminando las calles y repartiendo volantes.
Con el rótulo de alternativo llegó al Concejo de Manizales y allí un episodio lo catapultó políticamente: la defensa de la Reserva Ambiental Río Blanco, que genera el 35 % del agua para Manizales, tiene cerca de 500 especies de aves y estuvo amenazada por un proyecto inmobiliario de gran envergadura. Terminó ganando esta batalla con otros actores ciudadanos y luego fue elegido alcalde.
Manizales, la ciudad que gobierna, es una de las urbes colombianas con mayor calidad de vida. Durante varios años consecutivos ha liderado el Índice de Progreso Social, que es medido por la Red de Ciudades Cómo Vamos. Pero aún tiene muchos problemas por resolver. Justamente el viernes pasado se dieron a conocer los datos del Informe de Calidad de Vida 2021, presentado por Manizales Cómo Vamos, donde uno de los temas más inquietantes es que el 30,2 % de los habitantes está en pobreza monetaria (9,8 puntos por encima de 2019), y 6,6 % está en pobreza extrema (4,7 puntos por encima de la cifra de 2019). En materia de educación, también tiene la tasa más baja entre 23 ciudades del país en cobertura, con el 79 %.
Con muchos retos claros, Marín Correa tiene una visión anclada en el modelo de ciudad a escala humana y alineada con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. LA Network dialogó con él para conocer en detalle su propuesta de desarrollo urbano.
La Alcaldía cerró la licitación pública para la construcción de la Línea 3 del Cable Aéreo. La Unión Temporal Cable Aéreo L3, conformada por Ingecables, Leitner, Ricaurte Valencia y Diego Tamayo, es el oferente. Foto: Cortesía.
Primero, ¿cómo ha sido el proceso de reactivación económica y el trabajo con el sector empresarial durante la pandemia de COVID-19 y luego de ella?
Ha sido un proceso muy bonito, porque lo primero que hice cuando me senté en este despacho fue invitar a los gremios y empresarios a conocer un poco de mí. Habían vendido una historia que no era, pero empezaron a conocerme y a ver un mandatario joven pero preparado y que tenía una enorme visión para que creciéramos juntos, porque si a Manizales le iba bien y a la alcaldía le iba bien, a todos los ciudadanos y gremios les iría de la misma forma. Es así como establecimos políticas en común, por ejemplo, de competitividad, con todos los proyectos que hemos construido juntos y con los que hemos logrado resultados importantes.
Manizales tiene hoy una tasa de desempleo de 10,4 %. En el trabajo interinstitucional en la disminución del desempleo ¿cuáles fueron las principales estrategias para la reducción tan significativa del desempleo juvenil, que es del 15,4 %?
Hace 2 años, Manizales ocupaba la posición número 17 en la generación de empleo para jóvenes, y hoy somos la segunda ciudad del país con menor desempleo juvenil, porque aprovechamos las manifestaciones sociales, para hablar con los jóvenes. Mientras en el país había respuestas represivas, salí a la calle a pedirles que no destruyeran los bienes públicos y de los manizaleños y que nos sentáramos a hablar. Acordamos diferentes puntos, por ejemplo, en materia de empleo y oportunidades, en materia educativa, escenarios para el disfrute de todos, y con esto construimos un pacto por los jóvenes, al que le invertimos 25 mil millones de pesos (6 millones de dólares), donde creamos una agencia de empleo, lo que nos llevó rápidamente a revertir el desempleo.
¿Ahora sí hablemos de cuáles son los ejes principales del modelo de ciudad que usted está proponiendo a los manizaleños?
Ese modelo en lo primero que piensa es en la gente. Para nosotros el desarrollo humano a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible nos permite mejorar las competencias de las personas. Para mejorar ese desarrollo de las personas hemos emprendido un plan de reactivación muy potente a través de obra pública, de parques lineales, ciclorrutas, y grandes espacios urbanos, especialmente para los jóvenes. Esta red de parques verdes espera dejarle a Manizales más de 8 zonas intervenidas en sus puntos más neurálgicos y cambiar la visión de cómo se ha concebido el espacio público hasta ahora. Hoy tenemos un parque que queremos sea un símbolo, se llama “La Gotera”, al lado de la Universidad de Caldas, allá hay drogas, ha habido asesinatos, y no es solo colocarle una cámara y dos policías al parque porque nada va a cambiar; es transformarlo, colocarle nuevas herramientas de desarrollo, para que sean los jóvenes los dueños de ese parque y no la delincuencia. Vamos a mejorar también la conectividad de la ciudad, con nuestro Centro de Movilidad Sostenible, vamos a ser la cuarta ciudad que va a poder monitorear todo su tráfico a través de cámaras, y con la tercera línea del Cable Aéreo, vamos a mejorar el transporte. Queremos que la gente pueda caminar, tenga ciclorrutas, un sistema de transporte eficiente, pero además tenga parques, para así mejorar sus condiciones humanas y su competitividad.
El Centro de Manizales será escenario de las más importantes intervenciones, en la estrategia de recuperación.
El Centro de Manizales todavía tiene movimiento, pero en las noches ya se ve más solo; ¿qué se está haciendo y qué tiene usted planteado adicional a estas obras que ha mencionado para que el Centro no muera como pasa en muchas ciudades colombianas y del mundo?
Hay una iniciativa muy importante en nuestra ciudad que se llama Centro Histórico de Manizales, y si algo tiene esta ciudad distinta a las demás, es que hay una institucionalidad muy fuerte y robusta que conversa y actúa. Con ellos hay diferentes iniciativas que nos van a permitir en el futuro tener un centro más vivo, iluminado en las noches, donde sus fachadas estén bonitas. Además, desde el gobierno estamos planeando unas zonas de carbono neutro donde solo se llegue en transporte público y donde podamos tener unas ventas organizadas. ¿Por qué digo que a futuro? Porque es un plan que hay que ir tejiendo con mucho cuidado: cuando uno toca el Centro de una ciudad, que es el corazón, tiene que hacerlo de manera muy concertada, lentamente y con una proyección muy importante; usted no puede intervenirle a un ser humano el corazón, si el cuerpo o el resto del cuerpo tiene muchas enfermedades, por eso lo primero que estamos haciendo es llegar a la ciudad en sus puntos más neurálgicos para después intervenir el Centro principal de Manizales, que es un Centro muy bello, de arquitectura republicana, tiene unas fachadas que se pueden conservar de mejor manera y que tienen mucha historia y mucha riqueza.
En este sentido, hay un proyecto clave que es el de San José, que es la zona más deprimida y una de las más violentas de la ciudad. ¿Ese proyecto qué contempla en esa cirugía delicada del Centro?
10 años han pasado y ningún alcalde ha podido hacer nada, y yo espero dejar en el corazón de la ciudad, el parque público más grande, además de un Centro de Desarrollo Infantil, un Centro Integral de Desarrollo Comunitario (CISCO), una unidad de ejecución, las primeras viviendas entregadas a la gente, y un parque recreo deportivo. Toda esta reformulación de una visión nos ha llevado años, porque allí los mandatarios lo que habían visto era un negocio y nosotros lo primero que estamos introduciendo es el alma de la ciudad, los parques, los equipamientos públicos, antes de construir edificios, porque un edificio con apartamentos es vacío, pero si tiene alrededor vida, pues hay una zona más segura para que las personas que allí crezcan puedan tener otra visión sobre la ciudad.
Muchas de estas obras no las va a entregar usted, es claro. ¿Cree que habrá continuidad en esta visión de ciudad? ¿El sector privado y la academia están sintonizados?
Creo que es una las dificultades que más tiene que sortear un alcalde, la angustia de que cuando se siembra, muchas veces no se cosecharán y se podrán recoger esos frutos de manera personal sino de manera colectiva. Seguramente muchas de las obras no las voy a inaugurar. Ya he inaugurado como 50 o 60, a veces uno siente que a la gente como que no le importa tanto, pero 10 años más adelante nos vamos a dar cuenta de que eso va a ser muy importante y la gente va a recordar que fue el gobierno que protegió la plata de todos sin que se perdiera un solo peso, y cuando eso suceda, la gente va a reconocer esa visión de largo plazo que se tuvo. Fundamental el trabajo con las universidades y con los gremios, porque deben ser ellos quienes permitan y quienes ayuden a que este modelo se siga consolidando, porque definitivamente lo que nos han mostrado Medellín y Barranquilla, es que sin importar quien gobierne, se mantiene una visión que les ha generado a esas ciudades mencionadas enorme desarrollo en sus últimos 20 años. Por eso espero que para Manizales llegue una época dorada muy buena, muy abundante, que no permitan sus ciudadanos que se deje caer, no importa si la continuidad está en un mismo partido, pero sí en el corazón de la gente.
El reto que tiene la actual administración de la ciudad es consolidar entre los empresarios, la academia y los ciudadanos, el modelo de ciudad que está promoviendo y ejecutando. Foto:Cortesía
¿De esta visión que usted plantea, qué cree que no le han entendido todavía los ciudadanos? ¿Qué cree que le está haciendo falta explicar mejor para que haya un compromiso mayor sobre esta visión?
Yo creo que la forma en cómo se está moviendo el mundo. Quisiera que todos los manizaleños tuvieran la oportunidad de leer cómo y hacia dónde van las grandes y también las pequeñas ciudades del mundo. Manizales no está aislada en una montaña y nosotros tenemos que ir a la vanguardia de cómo se está desarrollando el planeta, de cómo contrarrestar el cambio climático, y lo primero que hay que hacer para eso es guardar el carro; esto no puede ser de golpe, de manera restrictiva porque eso nos genera más problemas que virtudes, pero, además, es importante que cuando la gente vaya entendiendo empiece a exigirles más a los gobiernos, este tipo de políticas. Espero que en algún momento la ciudad reconozca lo que significa una ciclorruta en su vía principal, que no le quita espacio a nadie, por ahí siguen operando los cuatro carriles para los vehículos y le sacamos un espacio pequeño a la bicicleta.