Ciudadanos de la capital afirman que al problema de logística se le suma la falta de cultura ciudadana.
La campaña “Reciclaje por una vida Mejor”, fue la encargada de distribuir por las diferentes calles de La Habana, las columnas que contienen botes de basura de colores con los cuales buscan que los peatones, tanto locales como turistas, apliquen la cultura del reciclaje en la capital de la isla.
Esta opción, que se establece desde hace muchos años en la mayoría de países del mundo, llega por primera vez a Cuba y con ella esperan que las personas aprendan a distribuir de manera correcta los desechos correspondientes a papel, vidrio, plástico y orgánicos de alimentos.
Esta distribución correcta de desechos orgánicos e inorgánicos, busca evitar que las basuras sean arrojadas a las calles de la ciudad, contribuyendo además a un correcto aprovechamiento de aquellos residuos reutilizables y tratando de la forma apropiada los que contaminan, tardan en degradarse o deben ser llevados hasta rellenos sanitarios.
Hace poco, el Gobierno de la capital cubana firmó un convenio de asistencia financiera con Japón, por medio del cual se establece cooperación para trabajar en temas como agricultura, infraestructura y manejo de residuos.
Dicha cooperación, será destinada para la consecución de recolectores de residuos con los cuales se atenderá la demanda que exige la ciudadanía en las diferentes zonas de La Habana ante la falta de un sistema apropiado de reciclaje.
La crisis con las basuras de La Habana, afecta dentro de los lugares principales al Malecón de la ciudad, espacio al que las personas asisten para deleitar la mirada con el paisaje de la ciudad, pero dejan en las calles los residuos y botellas de todo lo que se consumen en su recorrido.