Fusionados (solo es un fragmento de mi obra) no tengo mis derechos registrados, no tengo la capacidad económica
¿Casualidades?, ir andando y tener que encontrarte, más bien es similar a un contraste, yo en un tono de melodía más bajo y tú con notas musicales con decibeles más altos, el mundo conspiraba por el no y nuestras almas apostando por un sí, anhelando en el fondo un frenesí, a pesar de cómo se nos presentaron las cartas, difusas, disímiles, contrariadas y complicadas, solo teníamos oportunidad para un solo juego… el del amor. Ese inicio tan ambiguo, donde mi instinto animal miraba con ansia devoradora a su presa y donde tú, eras el cordero que miraba con inocencia lo más sutil, delicado, lo apacible y lo más tierno de mi. Yo usando mis artimañas en tratar de conquistarte y convencerte a descubrir los torbellinos de la pasión, la lujuria, el placer, llegar a las cúspides de las montañas, adentrarse a esos lugares recónditos y maravillosos jamás descubiertos aún, en donde todo inicia y justo donde todo acaba. Una madrugada, al fin, logré quebrantar tu pudor, tu orgullo indomable y calmar tus temores inocentes, temblorosas y cálidas tus manos, se dejaron guiar para sumergirse a escuchar destellos sonoros de nuestra fantasía, que la naturaleza por sí sola no brinda, escalofríos inconclusos, emociones multicolores y palpitantes, miradas cómplices y entrelazadas, gotas delicadas que recorrían nuestros cuerpos y al compás de una melodía que solo tú y yo escuchábamos, en niveles muy sublimes, sutiles, muy tenues, casi perceptible, entonaba Tchaikovski el lago de los cisnes…
