La desarticulación espacial y ambiental que presenta el Centro Histórico de Barranquilla y el mercado popular de Barranquillita, por el paso del ramal hídrico del canal El Mercado, inspiraron una propuesta de diseño urbano que integra lo natural con lo arquitectónico.
En este contexto, la arquitecta Diana Margarita Rocha Gil, magíster en Diseño Urbano de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, enfoco su investigación en entender las causas que originan la desarticulación urbana en piezas de ciudades localizadas contiguas a estructuras ambientales, que se relacionan especialmente con quebradas, ríos y corredores ecológicos.
Por otro lado, buscó evidenciar cómo desde el diseño urbano es importante realizar intervenciones que procuren articular todos estos sectores que se encuentran en esa condición de segregación, seguido de la configuración de una trama urbana que brinde condiciones tanto de calidad espacial como ambiental.
Dicha desarticulación se dio porque se fueron generando procesos de planeación e intervención urbana para la ciudad que no consideraron elementos naturales determinantes. Esto generó sectores deficientes, de baja calidad ambiental y espacial, con procesos de invasión e inactividad en áreas colindantes a los cuerpos de agua.
Estas condiciones influyeron en la degradación de las estructuras naturales al encontrarse barreras físicas que contribuyeron a propiciar esa discontinuidad.
El estudio, dirigido por Iván Darío Solano y codirigido por Juan Luis Rodríguez, ambos profesores de la UNAL Sede Bogotá, logró demostrar que para lograr esa articulación entre las estructuras urbanas y naturales es importante –entre otras cosas– que la estructura morfológica, como el tipo de manzanas y su disposición, entre otros aspectos, sea diversa, continua y permeable o accesible.
La diversidad consiste en generar diferentes tipologías de manzanas o de desarrollos de construcción. En el caso de estudio puede ser que aquellas manzanas que bordean el cuerpo de agua tengan unos ejes que van a comunicarse o a interceptar el paso de ese elemento natural. Entonces, se generarán unas variables para caracterizar la forma, el uso y la condición espacial del lugar, dependiendo del proceso que necesite.
La permeabilidad tiene que ver con el grado de accesibilidad. Como se habla de dos sectores que físicamente están divididos, limitan o bordean un cuerpo de agua, la idea es que esta estructura natural no genere una ruptura, sino que los sectores que se encuentran adyacentes puedan relacionarse y comunicarse.
La condición de continuidad se refiere a que el desarrollo que se encuentra sobre el borde pueda ser continuo, que permita una lectura de la zona sin ningún obstáculo. Evitar, por ejemplo, que las manzanas tengan diferencias entre sí o límites con condiciones diferentes. Se tienen que propiciar ciertas condiciones para que el espacio tenga una lectura mucho más clara.
Retos desde el diseño
Para llevar a cabo el estudio, primero se seleccionó un sitio que presentara un problema espacial y urbano relevante, que representara un reto a resolver desde el diseño urbano. En este caso, se identificó la desarticulación espacial y ambiental del canal El Mercado con su entorno. Después se identificaron conceptos que permitieron entender mejor cómo se podrían integrar aquellas barreras que generaron esa desarticulación o segregación en sectores contiguos a estructuras naturales.
Luego, los académicos se apoyaron en la revisión de estrategias de articulación en proyectos de ciudades que habían surtido algunos procesos muy similares al problema que se estaba abordando.
Con esto se definieron unos principios de diseño urbano encaminados a recuperar los elementos naturales como estructuras determinantes de ciudad en el proceso de articulación de piezas urbanas. Todo esto para, finalmente, generar un proyecto de diseño urbano cuyo objetivo es lograr la articulación de un espacio colectivo que se encuentre dividido tanto espacial como ambientalmente.
La idea de la arquitecta Rocha es que se pueda generar todo el contexto documental, conceptual y referencial que permita abordar no solo esta situación específica en Barranquilla, sino que se generen bases o parámetros para aplicarlo en otras ciudades.
Además, advierte que la articulación debe lograr una funcionabilidad a través de nuevos corredores y estructuras verdes que puedan conectarse entre sí y con los demás ecosistemas del entorno, conformando un solo sistema.
Agencia de Noticias UN