Cómo las abejas son claves para identificar las graves consecuencias del cambio climático

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LA Network
7 octubre, 2017 - Ecología Urbana

La disminución de las poblaciones de abejas en todo el mundo ha sido motivo de alarma entre los conservacionistas, que ven a los polinizadores como un indicador de los efectos nocivos del calentamiento global. Una reciente investigación ayuda a explicar mejor este vínculo.

Bombus Bifarius, una de las tres especies de abejas analizadas en el estudio

Una nueva investigación de un equipo de científicos de la Universidad Estatal de Florida (EE.UU.) está ayudando a explicar el nexo entre el cambio climático y el dramático declive en las poblaciones de abejas de todo el mundo.

En el estudio publicado en la revista Ecology Letters, los investigadores  examinaron tres especies de abejas subalpinas en las Montañas Rocosas de Colorado y encontraron que, para algunas abejas, un clima cambiante significa que no hay suficientes flores para posarse en ellas.

«Saber si la variación climática afecta a las abejas directa o indirectamente nos permitirá predecir mejor cómo las poblaciones de abejas se enfrentarán al cambio climático continuo», dijo la investigadora de la FSU y líder del estudio, Jane Ogilvie.

«Encontramos que la abundancia de las tres especies de abejas estudiadas se afectó principalmente por los efectos indirectos del clima en la distribución de flores dentro de una estación», añadió.

Esto se explica porque a medida que el clima global cambia, los ciclos estacionales delicadamente equilibrados comienzan también a modificarse. En las Montañas Rocosas, esto significó un derretimiento de la nieve más temprano y una prolongada temporada de floración.

Estos cambios climáticos pueden parecer una bendición para los abejorros – un tiempo más largo de floración- que podría sugerir más oportunidad para las abejas hambrientas de alimentarse. Sin embargo, Ogilvie y sus colaboradores encontraron que a medida que la nieve se derrite más temprano y la temporada de floración se extiende, el número de días con escasa disponibilidad de flores aumenta, lo que da como resultado una escasez general de alimentos, un factor inevitable de asociación con el declive de la población.

Jane Ogilvie.investigadora de la FSU y líder del estudio.

«Cuanto más días tengamos una buena disponibilidad de flores, más abejas podrán alimentarse y las colonias podrán crecer, y más grandes son sus poblaciones. Ahora tenemos estaciones de floración más largas debido al deshielo previo, pero la abundancia floral no ha cambiado en general. Esto significa que tenemos más días en una estación con poca disponibilidad de flores», explica Ogilvie.

Ogilvie aseguró que estos hallazgos recientes contribuyen a una creciente evidencia de las graves consecuencias ecológicas del cambio climático.

«Las abejas tienen ciclos anuales de vida, por lo que sus poblaciones muestran respuestas al cambio rápidamente, y muchas especies viven en áreas de mayor altitud y latitud donde el cambio climático es más dramático Los efectos del cambio climático en los abejorros deberían ayudar a detenernos”, dijo Ogilvie.

El daño infligido por el cambio climático a las poblaciones globales de polinizadores es motivo de especial preocupación para los científicos, ya que estas especies son cruciales para la productividad agrícola y la multiplicación de las comunidades vegetales naturales.

Bombus Bifarius, una de las tres especies de abejas analizadas en el estudio

«Las especies de polinizadores en todo el mundo han estado disminuyendo, pero aún estamos aprendiendo acerca de lo que podría estar causando esas disminuciones», dijo la profesora de Ciencias Biológicas de la FSU, Nora Underwood, coautora del estudio. «Aunque no todas las especies son influenciadas de la misma manera, ahora tenemos datos de largo plazo que muestran que el cambio climático está influyendo en las abejas».

Mientras que la investigación ayuda a confirmar la supuesta conexión entre el cambio climático y el declive de la población de abejas, Ogilvie dijo que los hallazgos indican un camino más difícil de lo previsto para los conservacionistas.

«Me temo que esta investigación demuestra que la conservación será aún más complicada de lo esperado», dijo. «Además de la respuesta de las especies objetivo, nuestros hallazgos sugieren que debemos considerar cómo los recursos alimentarios de una especie pueden estar respondiendo al cambio climático. Para las abejas en particular, debemos asegurarnos de que tengan suficientes flores disponibles durante toda la estación».