‘Las ciudades son los vectores para solucionar la crisis climática global’: Lamprea

‘Las ciudades son los vectores para solucionar la crisis climática global’: Lamprea

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LA Network
7 noviembre, 2019 - Ecología Urbana

El Antropoceno, la naturaleza, el ser humano y las ciudades bajo la mira de un doctor en Derecho en su libro presentado en Medellín.

‘Las ciudades son los vectores para solucionar la crisis climática global’: Lamprea
El texto presentado plantea que el derecho ambiental enfrenta el desafío de ponerse a tono con un mundo que pone en riesgo la naturaleza, que está generando la denominada ‘sexta extinción masiva’

Las ciudades no pueden ser vistas como un elemento artificial separado de la naturaleza, sino por el contrario, como parte de ella, como creación humana. En ese sentido, hay un reto: cómo debe adaptarse el Derecho a esta relación entre la naturaleza y el ser humano.

Esa es la propuesta del Doctor en Derecho de la Universidad de Stanford, autor y actualmente Director Jurídico de la entidad que asocia a las 32 ciudades colombianas que son capitales de departamento (estados), Everaldo Lamprea Montealegre, en su nuevo libro El derecho de la naturaleza. Una aproximación interdisciplinaria a los estudios ambientales que fue presentado ayer en la Universidad Eafit de Medellín.

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“Yo creo que las ciudades, las grandes ciudades de Latinoamérica están llamadas a ser los vectores para solucionar la crisis climática global y así está sucediendo y muchos lugares del mundo”, señala el abogado.

‘Las ciudades son los vectores para solucionar la crisis climática global’: Lamprea
Everaldo Lamprea Montealegre, Doctor en Derecho de la Universidad de Stanford, autor y actualmente Director Jurídico de la entidad que asocia a las 32 ciudades colombianas que son capitales de departamento (estados). Foto: Uniandes

Aunque no esconde su reproche al ser humano como especie nociva para el planeta, Lamprea Montealegre explicó a LA Network que los seres humanos también pueden ser el factor de cambio que revierta el daño infligido a la Tierra, por ejemplo, con las ciudades, consumidoras de muchos de los recursos provenientes de los ecosistemas que rodean las grandes ciudades.

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“Decisiones como la que acaba de tomar el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de sacar a su país del Acuerdo de París, refuerzan el concepto de que somos fuerzas humanas destructivas capaces de romper lo que se ha llamado la red de vida, pero al mismo tiempo, paralelamente, los seres humanos pueden -cómo se está mostrando las grandes movilizaciones ambientales en muchas partes del mundo-, convertirse en fuerzas sociológicas para conservar y preservar la biodiversidad y el derecho al goce de la naturaleza”, expone el académico para mostrar esa dualidad de los humanos en un mundo cada vez más urbanizado.

Por ello también, desde un abordaje multidisciplinario de la crisis global (incluyendo por supuesto el Derecho), pasando por diversos estudios críticos; el texto presentado plantea que el derecho ambiental enfrenta el desafío de ponerse a tono con un mundo que pone en riesgo la naturaleza, que está generando la denominada ‘sexta extinción masiva’, como lo denuncia la activista sueca Greta Thunberg.

Incluye, dice el autor, el repaso por múltiples debates contemporáneos como el calentamiento global, desde cuándo empezó el Antropoceno y una crítica al ‘principio de precaución’ (que indica que, ante nuevas tecnologías o productos que puedan amenazar el medio ambiente sin tener en la mesa las pruebas científicas de su beneficio, se tome la decisión preventiva ante el posible daño). Además, en los capítulos de El derecho de la naturaleza esa mirada se realiza a escala global, regional y claro, de las ciudades colombianas.

Las ciudades, protagonistas

“Uno podría decir que, en el Antropoceno, la diferencia entre ciudad y naturaleza es cada vez más tenue, no se puede establecer una separación entre lo rural y lo urbano tan clara”, indica Lamprea al pensar en las ciudades latinoamericanas que se espera, acojan el 80 % de su población en ciudades para el 2050.

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Y la relación de las ciudades con la naturaleza, el autor la ejemplifica con las urbes colombianas que cuentan en su territorio con considerables franjas de áreas rurales y que, a su vez, estos conglomerados urbanos fueron creados en medio de sistemas ecológicos complejos, fundamentales por sus servicios a los ciudadanos.

“Piénsese en Medellín, en Bogotá, que tienen cinturones rurales no solo sensibles y fuertemente vulnerables a la contaminación que se produce en esas ciudades, sino que las ciudades dependen de ellos, desde fuentes de agua, soberanía y seguridad alimentaria, biodiversidad y que son las zonas que le pueden dar mayor calidad de vida a los ciudadanos. No se puede desligar la naturaleza de la ciudad, son dos fenómenos relacionados”, señala el autor tras su presentación en Eafit, agregando que, ante esta relación simbiótica, las herramientas de planificación de las ciudades colombianas y latinoamericanas, como los Planes de Ordenamiento Territorial POT, no pueden dejar por fuera de sus consideraciones a la naturaleza.

De hecho, explica que, pese a la decisión de Trump frente al Acuerdo de París, ciudades estadounidenses como Chicago, San Francisco y Nueva York, se han convertido en protagonistas de importantes esfuerzos en el sentido opuesto a las del mandatario, profundizando sus agendas ambientales, promoviendo el uso de energías limpias, postulándose como promotoras de soluciones.