Latinoamérica puede y debe ‘aprender mejor’

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LA Network
29 octubre, 2017 - Educación

El Informe insignia del Banco Interamericano de Desarrollo BID abordó con profundidad cómo se desarrollan las habilidades en la región.

¿Cuáles son las habilidades que deben tener los latinoamericanos de cara la Cuarta Revolución Tecnológica? ¿Están impartiendo las universidades y escuelas en la región los contenidos y mejor aun formando en las habilidades necesarias para responder a los vertiginosos cambios que impone esa revolución? ¿Cómo aprovechar las oportunidades que están brindando esas nuevas tecnologías?

Las respuestas a estos interrogantes tan importantes para el desarrollo y la competitividad de la región buscó darlas el libro ‘Aprender Mejor’ del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, que este año publicó su informe insignia a través de este texto, el mismo que presentó para la región en la Universidad Eafit de Medellín (Colombia) en presencia de distintos invitados relacionados con el tema de la educación en esta ciudad y el país.

“La respuesta es invirtiendo en habilidades”, indicó el investigador Julián Cristia, Líder del Departamento de Investigación del BID quien en conjunto con otros expertos de la entidad abordaron en profundidad la situación de la región en este aspecto y las políticas públicas existentes para el desarrollo de las mismas.

Pero, ¿qué son las habilidades?

“Nuestro reporte las define como las capacidades innatas o adquiridas que incrementan la productividad de las personas”, indicó el doctor en  Economía quien explicó con un ejemplo reciente el desafío que está planteando la revolución tecnológica.

Recordó que hace poco Google presentó su más reciente versión de traductor, mucho más potente y actualizado lo que preocupó a gran parte del gremio de traductores latinoamericanos pues se habló de la pérdida de empleos. Sin embargo, advirtió Cristia, “otros lo vieron como una oportunidad y usan el traductor para hacer más rápido y preciso su trabajo. La naturaleza de su trabajo está cambiando y las habilidades requeridas también pero ahora pueden ser más productivos. Necesitamos una fuerza de trabajo preparada para aprovechar las oportunidades de la tecnología”.

Desde ese punto de vista queda claro que el reto para la región es fomentar el desarrollo de las habilidades que permitan a su gente responder al cambio.

Presentación de ‘Aprender Mejor’ del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, en la Universidad Eafit de Medellín.

En la actualidad, explicó el experto del BID, América Latina puede decir que ha mejorado su nivel educativo frente a los países desarrollados aunque no lo suficiente: en los países desarrollados dos de cada tres niños alcanzan un estándar en matemáticas y lenguaje que en Latinoamérica solo alcanza uno de cada tres.

Frente a esa realidad, lo primero que podría inferirse es que en la región no se invierte lo suficiente en la educación y el desarrollo de habilidades, pero lo cierto, según el economista es que en la actualidad se está invirtiendo en los países desarrollados, cerca de un 5% del PIB, mientras que los más desarrollados de la región están invirtiendo el 4%. Incluso más allá “las familias promedio están invirtiendo en Educación un porcentaje mayor que en Estados Unidos”, recalcó Cristia.

Por otra parte, el informe concluye que la brecha no se trata tampoco de la falta de incentivos a la educación ya que un año de educación tiene un retorno económico del 10% y un año de educación terciaria, tiene un retorno del 17% de la inversión.

Teniendo en cuenta que las habilidades se desarrollan de forma acumulativa a lo largo de la vida,  es decir en el hogar, la escuela y el trabajo, es importante que las políticas públicas apoyen a padres, maestros y empresarios en esa tarea.

En ese sentido el informe ‘Aprender mejor’ señala que la estructuración  de programas para el desarrollo de habilidades requiere de mejores evidencias que le permitan a los tomadores de decisiones tomar las más acertadas en cuanto a políticas costoefectivas: todo ello con el propósito de invertir en lo más efectivo y cerrar las brechas actuales.

“Programas de mejoramiento de habilidades como por ejemplo ‘Reducción de tamaño de clase’ que ha demostrado tener resultados positivos es muy caro: requiere más maestros, más salones. Ello da como resultado un aumento de costo de USD$50 por alumno”, indicó el investigador líder.

Por el contrario, programas como el peruano Minedulab, mejoró las metodologías con el ‘Expande tu mente’ con resultados similares  a los de reducción de clase y solo a un costo de USD$0,5. De allí que la evaluación de los programas sea clave en desarrollo de la toma de decisiones de los gobiernos en la destinación de las inversiones.

Diana Hincapié, doctora en Políticas Públicas y Administración Pública.

Ahora, conjuntamente con el informe, los investigadores crearon skillsbank, una herramienta para explorar programas efectivos de desarrollo de habilidades para el que se recopilaron cerca de 300 evaluaciones de todos los países. Esto con el fin de mejorar habilidades e indicadores y metodologías.

Ahora, teniendo en cuenta que las habilidades se desarrollan de forma acumulativa durante toda la vida, el informe también estudió, en cabeza de la doctora en Políticas Públicas y Administración Pública, Diana Hincapié, cuáles son los retos para ese desarrollo en la infancia, la adolescencia y la adultez.

Economista de la división de educación, Hincapié investiga  sobre calidad de la educación y desarrollo de habilidades y políticas de educación como jornada extendida y el impacto de programas de educación en América Latina y el Caribe.

“Formar las habilidades para la vida empieza desde que nacemos y sino no se empieza bien se crean brechas muy amplias como en el número de palabras que pronuncia un niño al que sus padres le leen frente al que no”, advirtió la investigadora.

En programas de desarrollo de habilidades para la infancia, destacó un programa adelantado en Jamaica donde funcionarios visitaban las madres de bajo ingreso económico para ayudarles a construir juguetes para sus hijos y que aportaran interacción y desarrollo de habilidades. El resultado fue que varios  años después, estos muchachos tenían ingresos un 25% superiores que quienes no habían recibido los mimos estímulos.

Sobre los adolescentes, la experta explicó que hay que intervenir en los factores de riesgo que afectan a esta población, entre ellos la deserción escolar que señala que en Latinoamérica, uno de cada cuatro jóvenes que ingresan a la secundaria, no se gradúa.

Con esta población, dice la investigadora, “en muchas de las intervenciones que revisamos se trabajó el tipo de conductas de riesgo en los jóvenes y también otras como autocontrol y planificación; la comunicación, la persistencia y estabilidad emocional que son importantes para mitigar las conductas de riesgo y que además las firmas valoran estas habilidades  que después serán valoradas en el mercado laboral”.

Finalmente indicó que para la adultez, es necesario aplicar metodologías como las alianzas con empresarios para que el adulto joven experimente el ambiente laboral.