Estudio de la firma Shimano señala que en Europa habría un incremento superior al 17 % pero que el costo es la principal barrera para adquirir una. ¿Qué información puede ser útil para Latinoamérica al respecto?
El 32 % de los europeos tienen en el incremento de la distancia posible a recorrer y la capacidad de afrontar las subidas, las principales razones para adquirir en el corto plazo una bicicleta eléctrica, según concluyó el segundo ‘Informe del Estado de la Nación’, que realiza la firma de componentes y accesorios Shimano y que encuestó a 13 000 personas en 13 países de Europa.
“La revolución de la bicicleta eléctrica ha cobrado impulso en los últimos años, y lo que alguna vez fue una imagen rara en las carreteras y ciclovías de Europa, ahora se está volviendo cada vez más común a medida que cambian las actitudes y la conciencia de la bicicleta eléctrica”, indica la empresa en la presentación de este segundo informe.
Lea: 100 nuevas bicicletas eléctricas para habitantes del norte de Quito
Otro de los datos de la encuesta, es que además concluyó que el 24 % de los europeos de los países consultados ya tiene una e-bike o piensa con mayor intención comprarla en este año, lo que, por supuesto resulta positivo en la crisis sanitaria que impulsa por motivos de distanciamiento físico y reducción de la capacidad de los sistemas de transporte público, este medio en las ciudades de Europa, Latinoamérica y del mundo.
Justamente, dentro de las razones que señalaron los encuestados para comprar una bici eléctrica, están en segundo lugar la salud física 30 %, menos esfuerzo 30 %, salud mental 22 %, ahorrar tiempo de viaje 21 % y 19 % ahorrar dinero.
Ciudades latinoamericanas quieren más bicis eléctricas
España, Italia, Francia, Suiza, Polonia, Alemania, Reino Unido, Holanda, Noruega, Suecia y Dinamarca fueron los países participantes de la segunda versión de la iniciativa privada, pero que suministra datos que podrían servir a ciudades como Medellín en Colombia, donde su alcalde anunció en marzo el proyecto de comprar hasta 50 000 bicicletas eléctricas para aportar en la calidad de aire en esta ciudad que vive anualmente entre dos y tres declaratorias de emergencia ambiental incluso con alerta naranja, es decir un ICA (Índice de Calidad del Aire) dañino para grupos de población sensible (adultos mayores o personas con enfermedades respiratorias).
Si bien los contextos son distintos entre Europa y Latinoamérica, a la iniciativa colombiana que les financiaría a los ciudadanos la adquisición de su e-bike, podría servirles de referencia que aun para los estándares europeos de ingreso, el costo de la bicicleta eléctrica es una de las barreras para el aumento las ventas y claro, su uso.
Recomendado: Ideas bici que se mueven en el mundo de la pandemia
“El gasto es la principal barrera para el uso de bicicletas eléctricas independientemente de la edad, el género o la nacionalidad”, indica el informe que detalla que, en promedio, para el 40.5 % de los consultados, es el precio la principal excusa para no comprar su e-bike (42 % para las mujeres y 39 % para los hombres).
En este sentido, el informe señala que, si bien esa barrera es real, el dato abre el debate europeo para generar un mayor número de esquemas de alquiler, formatos de subsidio, y un más amplio rango de métodos de compra y por supuesto, de precios.
De hecho, el experto de la industria de las bicicletas eléctricas Hannes Neupert, con cerca de 40 años de recorrido en el sector e invitado a comentar el informe, advirtió que “Esta investigación muestra que todavía estamos en las primeras etapas del mercado de bicicletas eléctricas o bicicletas de pedaleo asistido en Europa y todavía hay un camino por recorrer hasta que la e-bike se establezca como un medio de transporte normal para la mayoría de los 750 millones de europeos, pero los resultados de la encuesta son muy positivos”.
LA Network dialogó con Kenia Aguirre, cofundadora y directora Ejecutiva de bikeNcity, firma de consultoría en movilidad urbana sostenible y espacio público que promueve la sostenibilidad en el transporte entre otros temas.
Respecto al proyecto de Medellín y las consideraciones de Neupert, Aguirre señaló que “es una gran noticia para Medellín, tal vez el mercado en general (europeo y latinoamericano) está en una etapa temprana para bicicletas eléctricas, lo que no está temprano son las crisis en las que estamos. Yo priorizaría las bicicletas mecánicas y un porcentaje de bicicletas eléctricas, pero eso depende del perfil de las personas ciclistas y de las condiciones de topografía de las ciudades, en las que, si las pendientes son superiores al 6 %, lo aconsejable es la e-bike”.
Justamente sobre el impacto de la pandemia por COVID-19 el experto alemán señaló que debería impulsar a las ciudades en aspectos de infraestructura y consideración de la bici como actor esencial de la movilidad.
Lea: Conozca las tendencias de movilidad para el 2020
“Además, el impacto de la pandemia de coronavirus parece ser un catalizador para ayudar a acelerar la provisión de cicloinfraestructura dedicada, tanto para conducir con seguridad como para estacionar las bicicletas de pedaleo asistido y las e-bikes”, agregó Neupert.
Como se ve, la bicicleta eléctrica es una opción ideal para las ciudades con pendientes que son cientos en América Latina y para Aguirre, su utilidad y pertinencia requiere de mucha claridad en materia especialmente de baterías: su vida útil, su costo y disposición final una vez presten su servicio.
Por último, agregó inclinarse más por las bondades de la bici de pedaleo asistido que por la e-bike, sin embargo, recalcó que “este es el momento de habilitar el uso de todo tipo de vehículos de micromovilidad para intentar bajar del auto y de la moto a las personas”.
