Nadie duda que el ingreso del vehículo eléctrico a nuestras ciudades es un asunto inevitable. La necesidad de que la sociedad global abandone el uso de los combustibles fósiles frente a las consecuencias cada vez más evidentes del calentamiento global, lleva al nuevo protagonismo de la movilidad eléctrica, dentro de la cual el automóvil es un elemento clave en su masificación.
Pero el vehículo eléctrico todavía tiene muchos asuntos por resolver y que quiero hacer evidentes en esta reflexión.
El primero: la falta de autonomía. No hay duda que es una de las mayores desventajas del vehículo eléctrico en la actualidad. Al auto a gasolina cuando se le acaba el combustible te acercas a una estación de gasolina, tanqueas y listo, mientras que un vehículo eléctrico tiene que buscar una estación de carga eléctrica (que aún son escasas) pero además tienes que esperar un periodo largo para que carguen las baterías. Si la autonomía es limitada, los recorridos son limitados también.
Segundo asunto por resolver: las baterías. Es el problema principal, ya que ellas no son 100% sostenibles y generan carga ambiental, pues su disposición final es un tema de enorme impacto negativo para el medio ambiente. Piense querido lector en qué hacer con unas baterías cuya vida útil es de 5, 7 años. Si tenemos problemas con la recolección y reciclaje de las pilas de batería pequeñas, la pregunta es: ¿cómo vamos a solucionar este tema para los autos?
A esto hay que sumarle que las baterías más eficientes en estos momentos son las de litio, pero su extracción también tiene unos compromisos ambientales hoy nocivos para el planeta, entre ellos el deterioro de cuencas hidrogeológicas de zonas donde está concentrado el mineral.
Pero además, según los expertos, debido a la alta demanda de baterías, el litio se está acercando a un periodo de escasez. Adicionalmente el mercado chino, que es gigante por naturaleza, también está sumándose a la producción de baterías de este tipo, lo que incrementa aún más la demanda de litio y su rápido agotamiento sin nuevas alternativas en el escenario mundial.
Esto nos lleva a un tercer elemento: el modelo de producción de los autos. Para bajar el peso los autos, por la diferencia con respecto al peso de las baterías, se utilizan materiales como el aluminio y se sabe que este para fundirlo, para soldarlo, necesita temperaturas muy altas, lo que genera un costo energético muy alto en su fabricación y también poco amigable con el medio ambiente.
Es claro que la industria automotriz ha usado los mismos materiales para los automóviles de combustión, así que algunos podrían decir –y no les faltará razón- que es difícil afirmar que generen una carga negativa adicional, pero el solo elemento de la fabricación de las baterías y su disposición final es todavía problemático.
Un cuarto reto: la infraestructura hay que adaptarla al nuevo modelo. Reemplazar la combustión por el sistema eléctrico, obliga a montar plantas y subestaciones eléctricas para satisfacer los requerimientos energéticos de esos vehículos, por lo que es imprescindible producir más fuentes de energía. Y son muchas las regiones del mundo que tienen dificultades para generar energía hidroeléctrica. Esto sin contar, que según las proyecciones, el mundo deberá producir 30% más de energía que la que produce actualmente para poder cubrir las demandas que impone un planeta cada vez más urbanizado, el nuevo modelo de movilidad eléctrica y el uso de las nuevas tecnologías.
Y el quinto y quizás más importante punto por aclarar, más que resolver: el vehículo eléctrico vuelve la movilidad urbana ambientalmente más aceptable, pero no soluciona los problemas reales, ya que podremos ver los mismos trancones y congestión en las calles de nuestras ciudades como los vemos hoy con los autos convencionales. Así que hay que dejar claro que el transporte individual sigue siendo un problema por resolver –sea a gasolina o eléctrico- y que es imperativo para nosotros cambiar del transporte individual al masivo, ojalá este último todo eléctrico.
Como puede darse cuenta amigo lector quedan aún temas por resolver con los vehículos eléctricos y mientras no se encuentre una nueva manera de generación de energía más óptima, esos asuntos pueden, con el largo plazo, convertirse en problemáticos. Que no nos nuble la razón la euforia actual por lo eléctrico.
Hasta pronto y gracias por su lectura