En 2027 se cumplirán 100 años del natalicio de García Márquez, y es el momento perfecto para rescatar la llamada «Ruta Garciamarqueana» en el departamento de Sucre.
No hay duda de que Gabriel García Márquez, nuestro único Nobel de Literatura hasta la fecha, es uno de los más insignes representantes de Colombia ante el mundo. Y no solo es orgullo nacional, sino también de la región Caribe, en particular del departamento de Sucre, cuya influencia sobre la vida y obra del escritor se proclama con orgullo. La región, su comida, entorno y su gente, dejaron una huella imborrable en el realismo mágico que caracterizó su obra.
Frank Acuña, investigador cultural sucreño, mencionó en una entrega pasada la importancia de resaltar el grupo de «Los de Sucre,» cinco personajes locales que de una u otra forma influyeron en la vida y obra de García Márquez. Así como el Grupo de Barranquilla tuvo un impacto crucial en su desarrollo literario, también lo tuvo Sucre, con su particular realidad, sus personajes y su magia que inspiran el universo narrativo del Nobel.
Aunque García Márquez nació en Aracataca, Magdalena, parte de su infancia, 11 años para ser exactos, transcurrió en los municipios de Sincé y Sucre, en el departamento de Sucre. Estos años fueron cruciales para su formación, recorriendo distintos municipios sucreños y absorbiendo detalles que más tarde incluiría en sus historias. En las paredes, casas, parques y plazas, historias y personajes de estos pueblos se pueden aún rastrear las huellas del novelista.
Los paisajes de Sucre, especialmente la región de La Mojana, se convierten en escenarios clave de varias de sus historias. Además, el ambiente, las costumbres y los personajes locales se reflejan en las tramas, relaciones y figuras de poder en sus novelas. De hecho, en los municipios sucreños aún se pueden encontrar vestigios de la vida y el entorno que inspiraron a García Márquez. Se conoce que varias de las figuras familiares y amistosas que influyeron a García Márquez provenían de esta región. Su bisabuela materna era de Sincelejo, su bisabuelo paterno de Caimito, su padre era de Sincé, y uno de sus grandes mentores, Héctor Rojas Herazo, de Tolú.
Es innegable que Sucre y sus personajes influyeron, sobre todo, en la obra más famosa de García Márquez, Cien Años de Soledad, cuyo realismo mágico es una representación literaria de la vida que el escritor observó durante sus años en la región. Así como en Macondo, la frontera entre lo real y lo fantástico se diluye en Sucre, donde la historia, la leyenda y la vida cotidiana convergen. «Todo es real, nada es inventado», dice el profesor sucreño Isidro Álvarez, aludiendo a la profunda conexión entre el mundo literario de Gabo y la realidad de Sucre.
En 2027 se cumplirán 100 años del natalicio de García Márquez, y es el momento perfecto para rescatar la llamada «Ruta Garciamarqueana.» Esta iniciativa busca seguir los pasos del Nobel por la Costa Caribe colombiana, destacando las historias y los lugares que fueron esenciales para su vida y obra. Estamos a tiempo para rescatar la memoria del escritor y visibilizar la influencia que personajes locales como «Los de Sucre» tuvieron en su obra. Queremos explorar y reflejar la influencia sucreña en la obra de Gabriel García Márquez, especialmente la de esos personajes locales que impactaron su vida y su proceso creativo. Cada historia será una invitación para propios y visitantes a conocer más sobre los pueblos y personas que dieron origen a Macondo y contribuyeron a la formación del universo literario de Gabo.
Si todo es real, como mencionó el historiador Álvarez, imaginen lo atractivo que puede ser para quienes visiten estas tierras, fortaleciendo la cultura y el turismo regional mientras recorren los pasos del más grande novelista colombiano.