Medellín: de la ciudad más violenta del mundo a una ciudad para sus habitantes

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Valentina Muriel Tamayo

No es un secreto para nadie que Medellín a finales de los años 80 y a principio de los años 90, vivió una época llena de violencia, marcada en gran parte por el narcotráfico. Sin embargo, la ciudad se las ha arreglado para salir del “hueco” en el que se encontraba, y elevar sus alas hacia la innovación y la transformación social. Fueron necesarios diversos planes de desarrollo para insertar el tema internacional en la agenda de la ciudad, y varios años para que se reconociera por aspectos positivos, que no tuvieran relación con el narcotráfico o el crimen. Cambiar su nombre basado en la violencia, al reconocimiento de una ciudad para el servicio de su comunidad, fue un trabajo de todos.

La ciudad de la eterna primavera, sin lugar a dudas ha evolucionado en diversos aspectos desde aquellos tiempos en donde las balas regían y el miedo gobernaba. No solo la infraestructura ha impactado en el cambio, también el progreso social y cultural se ha hecho protagonista de la transformación. El impacto de los territorios donde han tenido injerencia los proyectos de ciudad ha sido alto, lo que le da a la ciudad una nueva oportunidad: un reconocimiento internacional positivo, llevado a la reconstrucción de su comunidad. Medellín ha sido premiada por más de 15 programas y reconocida desde diversos ámbitos como: “Medellín la ciudad más innovadora”, tras el proyecto de la reducción de las emisiones de dióxido de carbono, el desarrollo social de las zonas marginadas y la población pobre, la considerable reducción de los índices de criminalidad y la construcción de espacios culturales y sociales. Medellín ha generado su propio cambio a través de proyectos.

La ciudad del las flores esta llena de cultura e historia. Son muchas las acciones que se han implantado en ella para bajar sus altos índices de criminalidad, y para generar en el mundo la visión de Medellín como una ciudad constructiva en vez de criminal. El plan urbanístico que se ha puesto en marcha, ha tenido como objetivo integrar las zonas marginadas y pobres al resto del espacio urbano, interviniendo con el mejoramiento de los medios de transporte, la salud y la educación para lograr compensar las demandas de la comunidad. Son muchos los parques, museos y nuevas zonas verdes que se han integrado a la infraestructura paisa. Medellín está intentando generar una buena habitabilidad a través del progreso.

No solo se trata de la construcción ideal de Medellín, los pensamientos deben ser llevados a acciones para un verdadero cambio, por eso la ciudad se ha encargado de hacer el sentimiento físico a través de los proyectos de ciudad, como la técnica del grafiti realizados en la entrada a la comuna de San Javier más conocida como la comuna 13, y la construcción de la biblioteca Parque España, generando ambas, un sentido de pertinencia en estos territorios, consiguiendo que la ciudad se extienda hacia la periferia, extremos que estaban parcialmente aislados del centro de la ciudad. En definitiva, Medellín es una ciudad que ha vuelto a surgir entre balas, muertes, drogas y desapariciones, reconstruyéndose entre la cultura, para ser una ciudad en función de sus habitantes.