El asesinato de Chiara Páez, una niña de 14 años con dos meses de embarazo, a manos de su novio de 16, fue el detonante de este potente multiplicador del reclamo de las mujeres argentinas.
Han pasado ya cinco años desde la muerte de Chiara Páez, residente del poblado de Rufino, en la provincia de Santa Fe (al norte de Buenos Aires) y las cifras de femicidios, como denominan en Argentina a los feminicidios, han aumentado y en el mejor de los casos se mantienen: entre el 1 de enero y el 30 de mayo el terrible promedio de muertes de mujeres es de una cada 29 horas.
El 10 de mayo de 2015, Chiara, quien practicaba hockey y entregaba todo para atender niños en un campo de equinoterapia, fue atacada y asesinada a golpes. Dejó entre sus herencias una bicicleta blanca que su mamá usa para exorcizar los demonios de la muerte de su hija.
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Lo que sí ha cambiado es que después de la muerte de Chiara, una potente fuerza se apoderó de las mujeres argentinas que desde ese momento ya no callaron sus voces, sus muertes no quedaron en el silencio y su reclamo ha llegado a cada rincón del país e incluso más allá, logrando modificar y crear leyes y avances en la lucha contra la violencia de género, la que en la coyuntura actual de la pandemia y sus medidas de confinamiento aumentó en agresiones y la vulnerabilidad hacia ellas.
Un 3 de junio nació un multiplicador
Así le gusta a la periodista Marcela Ojeda que se denomine al movimiento #NiUnaMenos que comenzó a partir de un trino suyo en aquel mayo de 2015 en el que la comunicadora y activista llamaba, con una tristeza mezclada con indignación, a levantar la voz. “Nos están matando”.
Ese llamado creció, se sumaron periodistas, mujeres destacadas de la sociedad argentina y los medios anunciaban, en medio de los reportes por el femicidio de Chiara, que se convocaba a una marcha nacional.
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Pero ese llamado creció tanto que esa manifestación del 3 de junio de 2015 en contra del femicidio y la violencia de género, realizada al frente del Congreso y que congregó a miles de argentinas, cambió la historia de esta lucha con un movimiento que ahora integran múltiples organizaciones más que impulsan un potente: no más a la violencia.
“Pero lo del 3 de junio de 2015 no fue solamente hacer visible los femicidios, a partir de ese momento empezó todo un proceso de quitar el velo a muchísimas situaciones de violencia que vivimos en el ámbito del deporte, de la cultura, del empleo, de la educación, de la política, y se hizo raíz en nuestras luchas. El ‘no nos callamos más’ es verdad, tuvimos un montón de casos de artistas, un movimiento de actrices que se movilizó como tal para hacer visible la situación que se vivía”, relata a LA Network Silvia Ferreyra, integrante del Observatorio MuMaLá – Mujeres de la Matria Latinoamericana ‘Mujeres, Disidencia, Derechos’, a su vez parte de #NiUnaMenos.
Pese a las cifras, 124 femicidios con un 41 % cometidos por la pareja; 112 intentos de femicidio; que el 68 % de los femicidios en tiempos de cuarentena se produjeron en la vivienda de la víctima o la que se compartía con el agresor; o la terrible cifra de 1.440 femicidios desde aquel mayo de 2015, entre otros; Ferreyra cree que han tenido muchos logros positivos como la sanción de la Ley de Paridad en el ámbito legislativo, el que a través de su voz se hayan creado o reforzado oficinas de atención de la fiscalía, por mencionar un par de “coletazos” de #NiUnaMenos, como dice la integrante del Observatorio.
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Sin embargo, el reto continúa, manifiesta y con más fuerza ante una situación de crisis sanitaria que ha aumentado no solo en Argentina sino en los países latinoamericanos, las denuncias por violencia intrafamiliar con números superiores en muchos casos al 40 %, lo que, sumado a la crítica situación de vulnerabilidad económica durante el confinamiento, han hecho que se declare por parte del movimiento una #EmergenciaNiUnaMenos
“Hoy vemos cómo en todos estos años, a pesar de las históricas demandas y reivindicaciones, de retrocesos y avances en el abordaje de los derechos de las mujeres y disidencias, siguen sin desplegarse presupuestos y políticas acordes con la dimensión de la #EmergenciaNiUnaMenos. El 2020 nos encuentra en un contexto de crisis inédito y complejo que opera sobre la base de desigualdades cotidianas que transitamos mujeres, trans, lesbianas, maricas, +; profundizando las violencias y peligros sobre nuestra salud y nuestras vidas. Hoy, igual que en aquel 3 de junio de 2015, exigimos al Estado que priorice recursos para la atención integral de mujeres e integrantes del colectivo LGBTIQ+ y promoción de políticas públicas para prevenir, sancionar y erradicar las violencias”, expresa Ferreyra en diálogo con LA Network.
Para la jornada de este miércoles 3 de junio, bajo las condiciones de la pandemia, están convocadas expresiones como un “ruidazo” dice la activista, desde cada hogar a las 19:00 horas (local Argentina).
Además, cada organización integrante del movimiento realizará acciones independientes, para conmemorar la fecha, insistir y persistir en las exigencias, a lo que se suma la esperada lectura de un documento que fue construido y acordado por todas las organizaciones parte de #NiUnaMenos que será leído en este marco del quinto aniversario.