Las mujeres actúan como facilitadoras comunitarias ya que crean círculos de confianza que develan violencias naturalizadas.
La Oficina de la Mujer, Equidad y Género de la ciudad colombiana de Barranquilla, avanza en el desarrollo de la estrategia ‘Mujer, líder de tu propio desarrollo’, una apuesta móvil por medio de la cual propenden por la prevención de la violencia contra las mujeres.
“La jornada social comunitaria tiene el propósito de sensibilizar a la comunidad con los derechos de las mujeres, los ciclos de la violencia y cómo pueden llegar a constituirse en feminicidios, las rutas de acceso a derechos, entre otras acciones”, Helda Marino, jefe de la Oficina de la Mujer, Equidad y Género.
La actividad, que en esta oportunidad fue llevada a cabo en el barrio El Boque, al suroccidente de la ciudad, permitió, entre otras cosas, acercar al barrio la oferta institucional que satisface necesidades de las mujeres y contribuye a posicionar sus intereses, en la medida en que las ubica como protagonistas y gestoras activas de sus derechos al interior de su comunidad.
«En el segundo semestre de 2017 la Oficina de la Mujer continuará con la identificación y el seguimiento a casos de riesgo, a fin de generar alertas tempranas que contribuyan a evitar posibles feminicidios», agregó la secretaria Marino.
La Funcionaria, igualmente, destacó que los trabajos de su dependencia a través de la campaña ‘Mujer, líder de tu propio desarrollo’, han permitido fortalecer los procesos de atención psicosocial y jurídica, debido a que descentralizan dicha atención a los barrios donde las mujeres se encuentran en mayor riesgo de sufrir violencias y donde hoy día, a través de las jornadas sociales comunitarias, se sensibiliza con el respeto por la vida y derechos de las mujeres.
“Las líderes que conforman la Red Distrital de Mujeres Gestoras de Paz son las verdaderas protagonistas y agentes de cambios en favor de los derechos de las mujeres y niñas”, remarcó la Secretaria al destacar que ellas, al actuar como facilitadoras comunitarias, crean círculos de confianza que permiten develar violencias naturalizadas.
A su vez, brindan acompañamiento a las mujeres víctimas de violencia y son multiplicadoras de procesos de empoderamiento comunitario en sus localidades y barrios.