El martes 9 de febrero del 2010 almorzaba con un cliente, conversábamos sobre un proyecto que se venía en ciernes y justo aprovechábamos la hora del almuerzo.
Primero el sistema de telefonía IP me envió una alerta, los teléfonos de la oficina estaban fuera de línea, las llamadas comenzaron a ser redireccionadas a las otras oficinas. Luego me llamó alguien a preguntarme si estábamos bien, fue en ese momento que vi en la pantalla de televisión del restaurante la transmisión en vivo de la noticia, en el edificio donde quedaba nuestra oficina, se había presentado una explosión cuando recargaban el gas de un restaurante.
Nunca imaginamos que ese hecho nos impulsara a crear uno de los proyectos que más feliz me ha hecho y que además determinará el rumbo de muchas de las cosas que hicimos luego.
Nos acordamos de un espacio que unos amigos habían recuperado hacía muy poco en el casco antiguo de la ciudad, había sido una escuela que cuando quedó abandonada, se había convertido en el cuartel de una pandilla local.
Luego de una reunión decidimos juntar allí todas nuestras oficinas pero, sobre todo, probar varios conceptos que veníamos trabajando por separado. Hablo de cosas como el «green IT» , ambientación de espacios de trabajo usando plantas, economía circular, redes convergentes, integración de la empresa con el tejido social y espacios abiertos y colaborativos.
El espacio pasó a llamarse el «ecolaboratorio», implicó que firmáramos convenios con ONG y una universidad, además de recibir múltiples visitas de personas que se interesaron en el modelo. Nació allí nuestro proyecto «EcoAmbientes» y además fue el primer «coworking» del país, pues abrimos el uso de nuestra oficina para activistas y creadores que trabajaran temas afines a los nuestros, dejándolos usar el espacio sin costo alguno.
Casi todas las ideas que probamos en este espacio, las fuimos desarrollando con el tiempo, nuestro espacio de trabajo colaborativo nacio aqui coworkingpty, nuestro trabajo con la innovación social y con las aplicaciones tecnológicas a problemas sociales…en fin, ese espacio catalizó las ideas que teníamos en mente desde hacía tiempo y nos empujó a realizárlas.
El próximo año se cumplirá el décimo aniversario del proyecto creo que lo vamos a celebrar, pero por lo pronto hoy escribo esta nota para animar a aquellos que desean innovar en estos temas y aun no se atreven, no tienen porque esperar que a que les «explote el mundo» como nos pasó a nosotros, cualquier día es propicio para empezar, el mundo necesita de nuevas visiones y solo intentando podemos crear las soluciones que esas visiones pueden proveer.