De los 25 países del mundo con las tasas más altas de feminicidio, 14 están en América Latina y el Caribe.
El Banco Desarrollo de América Latina – CAF y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD, pondrán en marcha una iniciativa para apoyar a los gobiernos y socios en la erradicación de la violencia contra las mujeres en Perú, Ecuador y Argentina, buscando responder al desafío urgente de reducir este flagelo en la región más violenta del mundo.
El proyecto, que inicialmente tendrá una duración de dos años, tendrá por nombre “Desarrollo de Capacidades Estatales para prevenir y responder a la Violencia contra las Mujeres y Niñas”, se llevará a cabo de la mano de los gobiernos de las tres naciones, y buscará apoyar el fortalecimiento de las capacidades institucionales para implementar medidas, programas y políticas que aporten en la prevención, atención y reparación de la violencia.
“La región aún registra las tasas más altas de violencia contra la mujer. Es inaceptable, debemos avanzar rápidamente hacia respuestas más contundentes y de carácter más integral, más inclusivas. Es muy importante ver el abordaje de la violencia contra las mujeres como un factor catalítico para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 en su conjunto”, resaltó Richard Barathe, director del Centro Regional del PNUD para América Latina y el Caribe.
Igualmente, la iniciativa promoverá el diseño de modelos integrales de atención que reduzcan la re-victimización, mapeos que identifiquen las normativas e iniciativas disponibles en los países, intercambio de experiencias y modelos para sentar las bases para la implementación de la legislación de segunda generación, o de leyes integrales que responden a las múltiples manifestaciones de violencia contra las mujeres y niñas.
En América Latina y el Caribe se estima que una en cada tres mujeres ha sido víctimas de violencia física y/o sexual por parte de su pareja íntima. Por otra parte, el feminicidio como máxima expresión de la violencia contra las mujeres, es un problema latente en la región: de los 25 países del mundo con las tasas más altas de feminicidio, 14 están en América Latina y el Caribe.
