El discurso de la ‘nueva normalidad’ y la transformación por la pandemia y el cambio climático quedan solo en retórica: grandes economías invierten en mantener la matriz de combustibles fósiles.
El desencadenamiento de una catástrofe climática podría estarse gestando justamente ante la mirada del mundo que está concentrado en la pandemia por COVID-19 y en la ilusión de una transformación que salve al planeta que parece no se va a cumplir según lo indican las cifras.
Hasta ahora el 52 % de los aproximadamente US$151.000 millones de recursos públicos que los países del G20 comprometieron para la recuperación del sector energético, están destinados a empresas con base en combustibles fósiles.
Estados Unidos, Rusia, Australia, Canadá, Francia, Indonesia, Arabia Saudita, Corea del Sur y Turquía; son los países del poderoso grupo que han privilegiado sus recursos para energía fósil sobre la limpia.
Así lo está revelando el Rastreador de Política Energética (energypolicytracker.org) que se ha propuesto determinar semana a semana ese nefasto porcentaje que dirige al mundo por el mismo camino del cambio climático al que parecía que la pandemia había desviado hacia la ruta de las energías limpias.
Y no resulta sorprendente que Estados Unidos que, según el Instituto de Recursos Mundiales con su explorador de datos climáticos, es el segundo país con más aporte de emisiones totales en los años recientes; lidere está contradicción económica y ambiental.
US$58.120 millones de sus recursos fueron ya comprometidos al apoyo de los combustibles fósiles como petróleo, gas y carbón, esto con corte a julio 15 y en comparación con los US$25.100 destinados en apoyo a energías limpias.
“Lo que vemos es más o menos lo que hicieron los países antes de la crisis por COVID-19 y que lo siguen haciendo. En este sentido, la crisis ha exacerbado las tendencias que teníamos antes, desafortunadamente».
Así lo indicó en una reunión virtual Ivetta Gerasimchuk, encargada del área de Suministros de Energía Sostenible en el grupo de expertos del Instituto Internacional para el Desarrollo Sostenible (IISD, por sus siglas en inglés), una de las 14 organizaciones mundiales involucradas en el esfuerzo.
Según la plataforma desde el inicio de la crisis sanitaria de la pandemia a principios de 2020, el G20 integrado por las 20 economías más representativas del mundo, ha comprometido al menos US$289.130 millones para apoyar al sector energético (limpias y fósiles) a través de políticas nuevas o modificadas y de pólizas, según información pública y fuentes gubernamentales analizadas por el Rastreador de Política Energética.
En este sentido el rastreador indica que, con las cifras actuales, el resultado de inversión per cápita sería de US$32.89 para energía fósil y de US$24.13 para energías limpias, una diferencia de 36.2 %.
Ahora, por tipo de combustible, la plataforma detalla que el G20 destinó para apoyo al petróleo y gas, un aproximado de US$126.910 millones y para el carbón y otras fuentes, de US$16.290 millones.
Sin embargo, el rastreador señala que existen otros flujos de recursos que no se alcanzarían a incluir en sus cálculos.
Los tres latinoamericanos del grupo
Dentro del tablero de datos de la plataforma se considera a Brasil, México y Argentina, este último sin registro de compromisos monetarios, lo que podría interpretarse como una muestra de la crisis económica que enfrenta el país del cono sur.
En lo que respecta a Brasil, el Rastreador de Política Energética señala que ha comprometido recursos por US$2.630 millones a ‘otras energías’ y US$770 millones a energías limpias. No se indican compromisos públicos a energía derivada de combustibles fósiles.
Por otra parte, la totalidad de los US$3.020 millones que tiene destinados México para apoyo económico en medio de la pandemia, están destinados al sector de los combustibles fósiles.
Finalmente, la experta Ivetta Gerasimchuk, advirtió que es necesario analizar muy bien las inversiones, ya que si la energía destinada para recargar un auto eléctrico, por ejemplo, proviene de una planta de carbón, la matriz no es limpia.