La tenencia o el cuidado de animales de compañía ha aumentado en todos los países del mundo a niveles muy por encima del promedio histórico, tanto, que, en Estados Unidos, por ejemplo, hay más perros y gatos que niños.
Los perros y los gatos se han convertido en importantes miembros de la familia y de la vida de las personas, especialmente en el contexto urbano.
Myriam Acero Aguilar es profesora de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y autora del libro La familia multiespecie, perros y gatos compañeros, presentado en la Feria Internacional del Libro en Bogotá (FILBo), en el cual describe los significados, cuidados y relaciones entre humanos y animales de compañía.
Por ejemplo, cerca del 40 % de los hogares colombianos reporta tener al menos un animal de compañía, un dato que refleja los cambios demográficos y los significados sociales, y que también se relaciona con la publicidad de la “industria para mascotas” para incentivar esta práctica, siendo este uno de los renglones económicos más prósperos. En Estados Unidos, el gasto anual para mascotas en el periodo 2019-2020 llegó a cerca de los 100.000 millones de dólares.
En el libro, la experta recoge uno de los productos de su investigación “La relación humano-animal de compañía como fenómeno sociocultural, perspectivas para la salud pública”, y además propone una mirada muy particular en la que se advierte lo que las personas piensan y sienten en su vida cotidiana acerca de perros y gatos, a los que prefiere identificar como “animales de compañía”, antes que como “mascotas”.
El libro La familia multiespecie, perros y gatos compañeros, presentado en la Feria Internacional del Libro en Bogotá (FILBo),
“Tradicionalmente los problemas de salud pública relacionados con los animales –como las zoonosis, mordeduras o contaminación ambiental– se estudian e intervienen desde la epidemiología clásica, cuyo centro de interés es medir y reducir el riesgo que los animales representan para los humanos”, señala la autora.
Agrega que “desde una perspectiva tan limitante como la del riesgo es difícil preguntarse por los cambios en los significados sobre los animales y su relación, por ejemplo, con el hábito de tener animales de compañía como un fenómeno de relevancia no solo individual, sino social”.
Aunque el riesgo epidemiológico es importante, resulta insuficiente para entender la relación entre naturaleza, sociedad y salud, lo que ha llevado a enfrentamientos con la sociedad, que le reclama a la salud pública prácticas más acordes con las configuraciones sociales que han tomado los animales de compañía.
En su libro, la docente muestra la necesidad de complejizar esta mirada exclusiva del riesgo, pues para las personas los animales tienen significados muy profundos y afectivos, más allá del peligro potencial que representen.
En el libro, la experta recoge uno de los productos de su investigación “La relación humano-animal de compañía como fenómeno sociocultural, perspectivas para la salud pública”
Por esto realizó un trabajo de investigación cualitativa de corte etnográfico, para entender –a partir del acompañamiento a familias, visitas a consultorios médico-veterinarios, pet shop y entrevistas con animalistas y salubristas– cómo las personas y las instituciones significan y representan los animales, y desde allí instar a la salud pública por una mirada más amplia y menos antropocéntrica que dé cuenta de los significados que los animales tienen en las sociedades contemporáneas.
Al respecto, pone en consideración cómo los perros y los gatos se han convertido en importantes miembros de la familia y de la vida de las personas, especialmente en el contexto urbano.
“El concepto tradicional de la familia humana ha cambiado: ahora, además de las familias conyugales, hay muchas otras formas de unión que también son categorizadas como familia. Teniendo en cuenta que también se establecen vínculos afectivos con otras especies, se viene reconociendo a los animales de compañía como parte de la denominada familia multiespecie”.
“Este reconocimiento se da especialmente en el terreno social y cultural, pero poco a poco también en el campo de la jurisprudencia, y de allí a algunas decisiones de administrativas relacionadas, por ejemplo, con la custodia de los animales de compañía en casos de disolución de la sociedad conyugal”.
Acero Aguilar destaca la importancia de entender que perros y gatos no pueden ser otro miembro más de la familia –como lo incentiva la industria para mascotas– sino que merecen un trato diferencial no humanizado que reconozca las características y necesidades de cada especie, es decir, un trato “animalizado”. Es por esto que el concepto de familia multiespecie puede ser interesante, ya que hace énfasis en el reconocimiento de la naturaleza animal.
Con información de la Agencia de Noticias UN