He mencionado en columnas anteriores que la red ferroviaria es muy económica para transportar carga y ello representa un factor directo de competitividad. Es claro que, si un país puede en un sistema férreo mover sus exportaciones o traer materias primas a precios bajos dentro del propio territorio, ello aumenta inevitablemente su productividad y competitividad.
Está claro también que los países latinoamericanos, en su mayoría, han menospreciado el valor estratégico de los sistemas ferroviarios para este propósito. Con algunas excepciones en Argentina, Brasil y México, que tienen hoy las redes más extensas –entre 36.000 y 26.000 kms- la realidad de los demás países es terrible.
Uno de los peores casos -lo he advertido antes- es el de Colombia. Allí, por muchísimas circunstancias, dejaron acabar el sistema ferroviario. La industria automotriz tuvo tanta influencia en su momento que debilitó el ferrocarril imponiendo la construcción de vías y promoción del carro sobre la red ferroviaria. Fue un grave error histórico.
Hoy Colombia quiere revertir esta realidad. Justamente la semana pasada el Gobierno nacional presentó el Plan Maestro Ferroviario, estrategia que establece la hoja de ruta con los lineamientos técnicos, económicos, normativos, regulatorios e institucionales, para reactivar el modo férreo y potenciar sus ventajas competitivas.
La red ferroviaria de Colombia tiene una extensión de 3.533 kilómetros. Pero hay que decirlo, de esa red hay 1.729 kilómetros inactivos. Adicionalmente, de los 1.610 kilómetros bajo el control de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) hay solo 207 kilómetros concesionados entre Chiriguaná, La Loma y Ciénaga, de Fenoco (carbón del Cesar) y 38 kilómetros del tramo Ciénaga-Santa Marta. Entre tanto, solo 189 kilómetros de la red privada en el Cerrejón y Paz del Río están en operación.
A pesar de este escenario, en 2018, de los 331 millones de toneladas de carga transportadas en el país, el modo férreo movilizó aproximadamente el 23,6 % del total, lo que evidencia el potencial de este sistema.
Y es aquí donde está la gran oportunidad para Colombia de ser más competitivos, más allá del transporte de pasajeros, que la verdad sea dicha, tienen menor capacidad de sostenibilidad. Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, al considerar los distintos países de Latinoamérica, de manera agregada, “el 90 % de las Unidades de Tráfico de la región corresponde al transporte de carga. El 9 % corresponde a trenes suburbanos o de cercanías y, por último, la conexión interurbana representa el 1 % de las unidades de tráfico”. Y aunque el Plan Maestro también tiene contemplados sistemas de pasajeros, es en el transporte de carga donde hoy debe estar el foco.
Respecto a la operación del modo férreo, en Latinoamérica y El Caribe se cuenta actualmente con 41 operadores ferroviarios de carga, 30 de los cuales son de gestión privada y 11 de gestión pública, lo que significa también la necesidad de acelerar las concesiones y las alianzas público-privadas para desplegar de nuevo este sector de transporte.
Repito: sin trenes no puede haber desarrollo. Es imperativo recuperar la red ferroviaria. Y este Plan Maestro Ferroviario parece ser una buena estrategia en esa dirección. Hay que apoyarla y hacerla realidad.
Hasta pronto y gracias por la lectura