Las elecciones presidenciales en Estados Unidos tienen a medio mundo a la expectativa. Y no es para menos, dos personajes opuestos hacen carrera para llegar al cargo más importante del mundo y a la Casa Blanca. Aunque parezca que en nada afecta la política americana a Colombia y a América Latina, hay temas en juego y, en efecto, debería importarnos.
En primer lugar, está el tema de la inmigración. En el tiempo que Donald Trump lleva en el cargo, no ha hecho más que despotricar de quiénes llegan a su país en busca de mejores oportunidades, sean ilegales o legales. Insiste, de ser reelegido, en que se debe reducir la migración a toda costa para “hacer a América grande otra vez”. Por su parte, Joe Biden enfatiza que la cooperación internacional debe ser un medio para abordar las causas que originan la violencia y la pobreza en la región, y, de esta forma, reducir las migraciones. Igualmente, Biden quiere estrechar lazos con América Latina y fortalecer la agenda principalmente en cuestiones de derechos humanos, medio ambiente y corrupción.
En segundo lugar, la agenda entorno al medio ambiente también es disímil. Mientras Trump duda de la emergencia climática actual y de su impacto mundial a pesar de que Estados Unidos es la segunda nación más contaminante, Biden cree firmemente en que se debe actuar de inmediato. El primero sacó al país del Acuerdo Climático de París. Biden, por su parte, le apuesta a un plan progresista y ambicioso que reduzca las emisiones netas a cero y obtenga 100 % de energía limpia.
En lo que respecta a Colombia específicamente, ninguna de las dos campañas menciona al país en sus páginas webs. Lo anterior puede dar luces sobre lo que significamos para sus respectivos planes. Por un lado, Trump cambia sus discursos entorno al país con frecuencia y no mantiene una línea clara al respecto. Biden, por su parte y como antiguo partidario del Plan Colombia, ha dicho que lo fortalecerá y que el país será un tema central en su gobierno, pues “Colombia es la piedra angular de la política americana para la región”.
Finalmente, no hay que dejar de mencionar el temperamento y la forma de actuar de los aspirantes. Trump es eufórico, racista y excéntrico, quiere ser el centro de atención siempre y es oportunista. Adicionalmente, hace política diciendo que su opositor tiene un tinte socialista para asustar a los ciudadanos. Por el contrario, Biden parece ser más conciliador y flexible, sin perder la habilidad de líder. Algunos aseguran que sus múltiples tragedias familiares influyeron en su carácter calmado y empático. Por otro lado, que su candidata a la vicepresidencia sea mujer y de origen afroamericano puede ayudar a definir su victoria. ¿El temperamento podrá afectar las elecciones? Recordemos que en las últimas elecciones presidenciales de Colombia muchos afirmaron que Germán Vargas Lleras no ganó precisamente por su temperamento fuerte y, en ocasiones, grosero.
Creo que tener posiciones tan distintas y marcadas entre los candidatos ayuda a que los votantes elijan con mayor claridad y facilidad. En lo referente a Colombia, no hay muchas luces que permitan saber con cuál candidato le irá mejor al país. Colombia siempre ha sido un aliado estratégico de Estados Unidos y, al parecer, no habrá un cambio radical al respecto. ¿Será mejor malo conocido que bueno por conocer? Ya veremos.
Columna publicada originalmente en El Meridiano.