La Organización Meteorológica Mundial reporta aumento de incendios a solo ocho kilómetros de la línea del hielo. Cambio climático: principal causa.
El Ártico está ardiendo. Así lo advierte la Organización Meteorológica Mundial (OMM) que reportó un pico de temperatura de 38°C, récord para la región que tuvo ocurrencia el sábado 20 de junio y que supera el registro de 37.3°C establecido el 25 de julio de 1988.
Ambos hechos sucedieron en la región de Verkhoyansk donde se halla establecida una estación meteorológica que está tomando mediciones de temperatura desde 1885.
“Las temperaturas en Siberia han sido más de 5°C por encima del promedio de enero a junio, y en junio hasta 10°C por encima del promedio. En la ciudad rusa de Verkhoyansk se registró una temperatura de 38°C el 20 de junio, mientras que las temperaturas en algunas partes de Siberia nuevamente alcanzaron los 30°C la semana que comenzó el 19 de julio.
Este peligroso pico de temperatura se registra en medio de una oleada de calor que está alimentando -por segundo año consecutivo- una angustiante temporada de incendios que podría incluso extenderse hasta septiembre.
Lea: Alerta: el planeta tiene hoy nueve puntos de inflexión climática activos
De hecho, la imagen del Observatorio Terrestre de la NASA (Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio) revelan los focos de calor que, en conjunto, serían los más altos en las dos últimas décadas, según la ONU.
“Algunas partes de Siberia han vuelto a superar los 30 grados centígrados esta semana, una temperatura más cálida que en muchas partes de Florida, en Estados Unidos”, advirtió la vocera de la OMM, Claire Nullis, quien explicó que el fenómeno tiene como causa un frente de calor extremo “imposible sin la influencia del cambio climático causado por el hombre”.
Hasta el miércoles anterior se habrían registrado cerca de 190 probables incendios, una impactante situación que también se presentó el año anterior y que este año se concentra en regiones rusas como Yakutia y Okrug, en Siberia.
Adicionalmente, la OMM señala que el antecedente son unas temperaturas excepcionales de 10°C superiores al promedio habitual de mayo, constituyendo este mes como el más cálido registrado en el hemisferio norte y “de hecho, en todo el mundo”.
Las consecuencias
Los incendios generan altas emisiones de carbono que según el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera Copérnico “son las más altas en el registro de datos de 18 años”, citó la ONU.
Además de ello, esas emisiones aportan monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y compuestos orgánicos volátiles, entre otros.
Los incendios del año anterior produjeron 53 megatones (un millón de toneladas) de dióxido de carbono en junio y los de este año alcanzaron 56 megatones, es decir un aumento del 5.7 % aproximadamente para el mismo mes.
“Los incendios liberan carbono y además reducen durante años la capacidad de los bosques para capturarlo. Se trata de un círculo vicioso”, advirtió la vocera de la Organización Meteorológica Mundial.
A ello se suma el derretimiento del permafrost lo que representa una mayor emisión de gas metano (potente gas de efecto invernadero – GEI), otro aporte más al fenómeno climático que además podría -junto al retroceso de la capa de hielo- estimular la erosión del litoral.
Estos efectos combinados tendrían la consecuencia de poner en peligro el hábitat de especies como los osos polares, ballenas y de mamíferos ungulados como los caribús.
Recomendado: La Antártida está más afectada por los humanos de lo que se pensaba
«Los osos polares, que como todos sabemos son un símbolo del cambio climático, podrían estar casi extintos para fines de siglo”, advirtió la vocera de la OMM quien agregó que “lo que sucede en el Ártico no se queda en el Ártico. Los polos influyen en el clima y las condiciones climáticas en las latitudes más bajas, donde viven cientos de millones de personas”.
Finalmente, la funcionaria hizo un llamado urgente a un mayor compromiso con el Acuerdo de París.