El mundo está siendo testigo de diversas prácticas que las comunidades han empleado para reactivarse social y económicamente. La pequeña escala ha sido una oportunidad para generar cadenas de apoyo y fortalecer a las personas que cohabitan un espacio.
A inicios de la pandemia, con el confinamiento, las personas se unían para cuidar a quienes más lo requerían, y el espacio público se comenzó a transformar para brindar mejores condiciones para quienes no podían parar.
Luego comenzamos a retomar actividades y ya hemos contado porque los espacios al aire libre como los parques siguen jugando un papel importante para los regresos seguros.
También vimos como los negocios locales, quienes se vieron fuertemente afectados, se adaptaron y utilizaron los cajones de estacionamiento para regresar a sus actividades cuidando a sus comensales. Con el Placemaking, también se propusieron y aplicaron estrategias con urbanismo táctico para regresos seguros en mercados, escuelas y el transporte público, que se pueden encontrar en nuestro Manual Para un Regreso Seguro al Espacio Público.
¿Y ahora qué sigue?
Si bien estas acciones se siguen realizando y cada vez son más las personas, comunidades, organizaciones y gobiernos, quienes se interesan en los resultados de intervenir el espacio público después de la pandemia, aún hay camino por recorrer y algunos ya lo han comenzado.
En la colonia Roma de la Ciudad de México, un grupo de personas dedicadas al negocio restaurantero se unieron con empresarios vinícolas de México para dar una experiencia única a comensales mientras se apoya y reactiva el comercio de la localidad.
Vino al Barrio, es una propuesta que reúne el aprovechamiento del espacio público, el incentivo de comercios locales y la convivencia a pequeña escala, que en conjunto, fortalecen los vínculos de la comunidad que los rodea mediante una experiencia novedosa y acogedora.
El pasado 24 de julio fue la primera presentación en la que se trazaron rutas para visitar diferentes restaurantes de la zona y catar vinos de la región mexicana del Bajío. La presentación contó con transporte en tranvía, viviendo así la ciudad desde una perspectiva que usualmente se olvida.
En los restaurantes, los participantes disfrutaron de una charla sobre el proceso de preparación de los vinos y se familiarizaron con el trabajo de más emprendedores mexicanos.
Finalmente los asistentes se llevaron un gran momento, conocieron a emprendedores locales, cataron vino mexicano y se llevaron una copa para recordar que el poder de apoyar, se encuentra en el barrio.
No dejemos de lado los lazos que ahí se tejieron.
En esta experiencia, que resultó todo un éxito, se demostró una vez más que el ingenio es la clave para comenzar a movernos, por eso, compartimos la experiencia e invitamos a más personas a unirse con ingenio para recuperar sus espacios públicos y hacer del barrio una red de apoyo en momentos difícil que ayude a buscar y aplicar soluciones.
En Fundación Placemaking México estamos convencidos que hay personas con grandes ideas dispuestas a ayudar. Si tú quieres aplicar tu idea y necesitas asesoría o quieres sumarte como una empresa socialmente responsable, no dudes en contactarnos.
¡Hagamos estos cambios en conjunto!
Agradecemos a las personas y negocios que hicieron realidad este encuentro:
Restaurantes:
- SI MON
- Makan
- Cabrera 7
- Marmota
- Franca
- La Fortuna
Vinícolas:
- Gonhen Wines
- Santa Elena
- Puerta de Lobo
- Cava Quintanilla
- Bodegas Origen
- Tres Raíces
- Trinergia
También agradecemos a:
- Factor urbano
- Aguas de Lourdes
