El trabajo diario sin importar el sector o área implica la toma de decisión constante, así como la realización de acciones encadenadas, diferenciadas o específicas, habrá ocasiones en que, ante una serie de diferentes circunstancias, estas decisiones tengan que ser más ágiles, más rápidas, inmediatas o sin margen de maniobra.
Todas y todos en la organización contamos o con la experiencia, o con el conocimiento o con el respaldo, para que nuestras decisiones o acciones satisfagan la demanda o urgencia que atienden, sin alejarse de los objetivos del trabajo y la empresa.
Pero aún en esas condiciones, hay situaciones en las que las compañeras/ros o liderazgos no apoyan, respaldan o facilitan la decisión o acción tomada o sugerida, lo que nos tiene que llevar a pensar y sobre todo responder ¿Por qué no?.
Primero necesitamos despersonalizar la situación, e identificar que verdaderamente se trata de una reacción al impacto de la decisión o acción y no de la persona. En un entorno laboral competitivo, veloz, impredecible y desgastante, lo menos que podemos permitirnos es respaldar o no algo, por el simple hecho de quien lo hace o lo plantea. Y esto es demasiado importante, y muy común.
Segundo, necesitamos evaluar si la situación ya sucedió o está por suceder, el tiempo cambia el enfoque estratégico de nuestra reacción hacia el respaldo.
Si no ha sucedido, y está por suceder y la decisión o acción planteada, tiene margen de maniobra, entonces bien vale la pena evaluar y comparar opciones, pero siempre hacernos de opciones como punto de comparación, incluso considerar que el tiempo es también una opción.
Si la situación ya sucedió, entonces es importante antes de juzgarla o tratar de desecharla o hacer un control de daños, evaluar con la persona el por que fue la mejor opción disponible y que pasos se deberán realizar a continuación para fortalecer esa decisión o acción, sin que afecte los objetivos de la empresa.
Si la situación ya sucedió y no fue la mejor opción, o lo que debería haberse hecho, estamos ante un antecedente o una réplica no atendida previamente, o de capacitación o de clarificación o de acompañamiento o de instrucción o de manejo técnico, en cualquiera de los casos, como antecedente, debe corregirse, pero también modificarse para que en el futuro no vuelva a suceder. En otras palabras, es probable que las y los compañeros, los liderazgos y la organización, no hizo lo necesario para prevenir situaciones así, y será además de injusto, poco profesional recargar la responsabilidad en la persona que al final de la cadena acción. Pero tenemos un antecedente que se debe prevenir hacía el futuro.
Salvo excepciones drásticas no previstas, consideradas o entrenadas, en la mayoría de las ocasiones nuestra poca participación o respaldo a decisiones o acciones de las y los compañeros, no serán respaldadas:
- o por la persona,
- o por que nunca nos habíamos enfrentado a una situación así
- o por que no previmos o prevemos lo importante o interesante de esa nueva propuesta, y es momento de analizarla
En cualquier caso, no podemos perder de vista que juntas y juntos podemos impulsar acciones que ante cualquier situación nos fortalezcan como cultura y empresa.
Recuerda que en ResilienciaOrganizacional.org contamos con la experiencia, recursos y mecanismos para fortalecerte en y a tu organización.
Fernando Hernández Avilés / Presidente de Resiliencia Organizacional
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