Una ciudadanía activa que decidió organizarse y sacarle provecho al biogás, da ejemplo de sostenibilidad.
Santa Clara y sus habitantes están poniendo el pie en el acelerador de ciudades sostenibles en el Caribe latinoamericano gracias a una ciudadanía activa que, organizada en el Movimiento de Usuarios del Biogás que hoy impacta a cerca de 20.000 personas, le está sacando el mayor provecho a esta forma de energía limpia.
Esta población de cerca de 220.000 habitantes y una sólida producción porcícola está aprovechando desde 1983 los residuos sólidos de la crianza y reproducción de cerdos, una de sus principales vocaciones, y ya está lista para avanzar hacia una segunda fase de sustentabilidad, ahora con otras fuentes renovables de energía como la solar.
Esta experiencia de trabajo comunitario orientada hacia el cuidado del medioambiente y el aprovechamiento de material residual fue compartida en el marco del Congreso Panamericano de Ingenierías Mecánica, Eléctrica, Industrial y Ramas Afines, Copimera 2017 que se realizó en Medellín (Colombia) hace algunos días.
El encuentro giró en torno al tema ‘Futuro: energía y sostenibilidad’, donde se debatió sobre la actualidad del uso de energías en Latinoamérica y el mundo.
Allí, José Antonio Guardado Chacón, miembro de la Junta Directiva Nacional del Movimiento de Usuarios de Biogás, relató cómo se llegó al nivel actual en el que los productores porcícolas obtienen niveles de rendimiento de hasta el 40% de sus residuos sólidos y hoy están cerca de empezar a generar el 100% de la energización de sus hogares.
“En Cuba han habido muchas altas y bajas en relación al uso del biogás y en esos años 80 nos decidimos a estudiar el porqué. Descubrimos que no había un acompañamiento a los productores e incluso muchos de ellos eran ya detractores, estaban defraudados de la tecnología y nos empeñamos en esa tarea no solo de acompañarlos sino de trabajar con ellos, construir los sistema, explotarlos e inclusive crearlos donde fuera necesario”, relata el experto.
Agregó que en esa situación inicial de descontento con la tecnología también se había detectado el gran impacto que tenía el sector porcicultor en la contaminación de cuerpos de agua haciendo de esta actividad altamente negativa para la región.
Sin embargo, con la organización de la comunidad y el acompañamiento técnico y educativo del Movimiento, hoy ya productos como el bioabono es vendido a los agricultores de la provincia de Villa Clara que tiene por capital a Santa Clara, una de las despensas alimenticias de Cuba.
“En bioabono ya los agricultores lo están usando en sus tierras pues este mejora la absorción de aire y agua de los suelos. También ayuda a la regulación de la temperatura, entre otro beneficios y eso nos repercute también en el cuidado de los cuerpos de agua, antes contaminaban inconscientemente y ahora ya no lo están haciendo como un aporte más a la sostenibilidad”, relató Guardado Chacón.
El Movimiento de Usuarios de Biogás cuenta de manera oficial ya con 3.000 productores y unas 4.000 instalaciones lo que estaría impactando a cerca de 20.000 personas en zonas rurales y urbanas de Santa Clara. “A los mejores usuarios los vamos a convertir en polígonos para que ellos puedan energizarse el 100%”.
En la actualidad, agregó el dirigente, se está realizando un censo para renovar la información y con ella dar partida en 2018 a la segunda fase consistente en el uso y aprovechamiento de otras energías renovables.
Además de ello, por acuerdo de la Junta Nacional del Movimiento, la segunda fase hará énfasis en recursos como el agua en la que cuentan con proyectos de cosecha de agua, además de energía solar.
“Se quiere llevar otras fuentes renovables de energía: es decir que ya no solamente acompañar la construcción de sus sistemas de tratamiento para producción de biogás sino pensando en implementar otras fuentes renovables de energía incluso las que tienen que ver con el recurso agua porque es muy importante, la cosecha de agua está de moda y resulta muy útil en el campo para la producción y frente a las sequías”, recalcó el dirigente comunitario.
Sumado a ello, desde el sector gubernamental y comunitario se trabaja para aprovechar que la isla cubana, con 110.000 kilómetros cuadrados de extensión y que recibe una radiación solar de 5 kilowatts por m2, podría generar por este medio,”1.800 veces la energía que necesitamos para nuestro desarrollo, es un potencial que debemos aprovechar y eso solo se logra con la población”, agregó Guardado Chacón quien además destacó que este es un aporte de la ciudadanía al propósito nacional de tener en el 2030, una producción de 27 megavatios a través de energías alternativas.