Sistema alimentario debe privilegiar la agroecología

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LA Network
29 abril, 2020 - Ecología Urbana

Por medio de este sistema productivo se garantizaría la seguridad alimentaria aún en condiciones como las actuales -debido al contagio por COVID-19-, que lleva a que reducir la oferta internacional de productos alimenticios.

La inseguridad alimentaria también tiene que ver con los alimentos basados en comida que muchas veces no atienden las necesidades nutricionales.

Así lo considera Marina Sánchez de Praguer, profesora de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira y especialista en agroecología, un campo de estudio que promueve la producción agrícola conservando los recursos naturales elementales de la producción de alimentos -tales como el suelo, agua y biodiversidad.

«Esta coyuntura de crisis por el coronavirus ha afectado la parte estructural y sería un buen momento para que los gobiernos se planteen un sistema alimentario que priorice la alimentación y la nutrición, para lo cual es fundamental privilegiar el papel que cumplen los campesinos y pequeños agricultores”, explicó la docente.

La profesora Sánchez de Praguer, una de las participantes del conversatorio “Seguridad alimentaria antes y después del COVID-19”, organizado por la UNAL Sede Palmira, explicó que se debe empezar a pensar la producción de alimentos desde el buen vivir, uno de los pilares de la agroecología, que atraviesa lo ecosistémico y lo humano y que privilegia la naturaleza y la cultura.

Para la docente, la salud de los seres humanos está fuertemente ligada a la de los ecosistemas y la de los animales, tanto así que esta pandemia ya ha hecho evidente que la contaminación del aire de las ciudades puede estar relacionada con la tasa de mortalidad.

Por eso, la soberanía alimenticia cobra connotaciones importantes como su relación con la salud y la nutrición necesaria para hacer a las personas más resistentes al ataque de patógenos como este nuevo coronavirus, que ataca de manera más fuerte a personas con enfermedades crónicas relacionadas con problemas de malnutrición como la obesidad, la diabetes y la hipertensión.

En ese sentido, recordó que la inseguridad alimentaria también tiene que ver con los alimentos basados en comida que muchas veces no atienden las necesidades nutricionales. “Que estemos mejor nutridos lo puede asegurar la soberanía, que va al lado de la seguridad alimentaria”, subrayó.

Por medio de este sistema productivo se garantizaría la seguridad alimentaria aún en condiciones como las actuales -debido al contagio por COVID-19-, que lleva a que reducir la oferta internacional de productos alimenticios.

Desde su punto de vista, “somos fruto de una interacción que comienza en el suelo, en el ambiente, en la planta y en el animal, lo que nos lleva a que haya un ser humano más sano y capaz de expresar mejor sus defensas contra el COVID-19, y otras pandemias”.

Enfrentar la crisis alimentaria

La profesora Sánchez estuvo acompañada en este evento por el profesor Álvaro Parrado, de la UNAL Sede Bogotá, y por el ingeniero Henry Vanegas, gerente general de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales, Leguminosas y Soya (Fenalce).
Para el profesor Parrado, la crisis alimentaria ya existía antes de la llegada de la pandemia, si se tiene en cuenta que en datos globales la tercera parte de la humanidad tiene problemas de malnutrición: unos porque sufren de hambre y no pueden acceder a suficientes alimentos para satisfacer sus necesidades nutricionales y, otros, porque sufren de sobrepeso y obesidad.

“Cada vez nos alimentamos peor, consumimos más alimentos ultraprocesados, comidas rápidas, que algunos expertos dicen no son alimentos sino comestibles, porque realmente no están nutriendo al cuerpo”, explicó el docente y añadió que a esta problemática se suma la monopolización de la producción y distribución de alimentos por parte de multinacionales.

«En contraste está la propuesta de soberanía alimentaria, de la autonomía alimentaria, que es la agricultura familiar y campesina, de pequeña escala, pequeña distribución y circuitos cortos de comercialización, que pueden garantizar una adecuada nutrición al conjunto de la población”, señaló el docente.

Según indicó, en Colombia más del 70 % de los alimentos que se consumen provienen de los campesinos e indígenas y es precisamente por eso que, aunque en este momento el comercio internacional está cerrado por la pandemia nos podemos seguir abasteciendo de manera adecuada.

Agencia de Noticias UN