Jacobo Quessep es el alcalde de Sincelejo, ciudad finalista en la categoría de ciudades capitales.
Como personero de Sincelejo, a Jacobo Quessep Espinosa se le reconoce en esta ciudad haber realizado una veeduría en defensa de los derechos humanos y ciudadanos, como también haberle impreso un gran sentido social a sus responsabilidades.
Y, una de sus preocupaciones cuando optó por elaborar un programa de trabajo que le permitiera llegar a la Alcaldía, estuvo centrada en la inclusión de niñas, niños y adolescentes en el aporte de soluciones a los problemas de la ciudad.
¿Cuál ha sido el resultado de esa preocupación, señor alcalde?
El ejercicio de la participación efectiva de los niños en la elaboración del plan de desarrollo ha sido fundamental para que hoy los ojos del país se estén fijando en la ciudad de Sincelejo. Que los niños hayan sido convocados, que hayan sido escuchados y que se les hubiese permitido plasmar sus sueños a partir de un ejercicio de participación y a través del Gobierno Ciudadano de Niñas, Niños y Adolecentes del Municipio de Sincelejo, es algo que ellos valoran y jamás olvidarán.
¿Cómo fue el proceso para captar sus inquietudes?
A través de historias, dibujos y escritos muy sencillos pero muy concretos ellos diseñaron y trazaron la ciudad que quieren. Eso es lo que se podríamos llamar una transformación de ciudad a partir de los sueños de los niños. Eso le da un gran sentido a los planes de desarrollo porque el problema de infancia y adolescencia es transversal. En realidad, a partir de sus propuestas, inquietudes, deseos y preocupaciones pudimos trazar una planificación estratégica para la ciudad.
¿Y qué dicen esos sueños?
Quieren una ciudad con espacios para jugar, con mejores condiciones para educarse, donde exista acceso permanente a los servicios públicos, una ciudad donde se protejan de una manera muy especial sus derechos y se les permita ejercer sus responsabilidades.
¿Qué papel cumple el Consejo Consultivo?
Debo resaltar la instalación de manera permanente del Consejo Consultivo de Niñas, Niños y Adolescentes, auspiciado, fortalecido y apoyado por la administración municipal como está contemplado en nuestro plan de desarrollo. Ello lo hicimos con el fin de que dispongan de un espacio de participación y de control ciudadano muy parecido en su funcionamiento al Concejo Municipal, en el sentido de que pueden llamar al tablero y exigirle cuentas tanto al alcalde como a los secretarios de despacho en materia de cumplimiento de las obligaciones que nos asisten en la implementación del plan de desarrollo.
¿Qué tan comprometida está la población adulta en este proceso?
El compromiso de protección y de reivindicación de derechos para los niños y los jóvenes no radica solamente en el Estado sino también en la familia como núcleo fundamental de la sociedad. Desde la institucionalidad estamos trabajando para fortalecer el sentido de responsabilidad de toda la comunidad y para detectar aquellos casos, situaciones y comportamientos que estén atentando o que sean contrarios a la ley y a nuestras políticas públicas. Para eso tenemos una buena estrategia de alianzas con toda la institucionalidad pública que tiene esta clase de competencia. Sabemos que si todos vamos de la mano podemos llegar con celeridad y acierto, lo mismo que de manera integral, al núcleo de las familias y así definir escenarios que conduzcan a que los niños vivan mejor. Y en esos escenarios está, por ejemplo, el niño maltratado o el niño trabajador. Para este último caso tenemos una estrategia que claramente le está diciendo a la ciudadanía que el niño no tiene por qué trabajar ni puede ver afectados por esa circunstancia sus derechos educativos, recreativos y culturales. En síntesis, la ciudadanía sí está comprometida y nuestra administración, además de asumir la responsabilidad de orientar a la ciudadanía, está atenta a combatir cualquier abuso o irregularidad en materia de violación de los derechos humanos.
Es indudable que de esa forma el futuro de un país no se ve tan nublado.
Confío plenamente en el ejercicio de la responsabilidad pública de respetar y hacer respetar de la manera más estricta los derechos de la niñez y la juventud. Colombia debería distinguirse por ello. En Sincelejo hemos entendido que el compromiso con los niños, las niñas y los adolescentes parte de un principio fundamental y es que de la forma como actuemos en esas primeras etapas de la vida humana y como contribuyamos a cimentar bases sólidas, estaremos garantizando posibilidades de transformación social en el futuro. Con ello no estamos restándole importancia a otros grupos generacionales. Quiero invitar a toda Colombia, y de manera muy relevante a los alcaldes, a direccionar todos los esfuerzos institucionales, administrativos y presupuestales a garantizar el disfrute de los derechos de toda la población.