El Índice de Transición Energética del Foro Económico Mundial, señala que a nivel mundial solo los 10 primeros países muestran grandes avances. Haití, Venezuela y Nicaragua, los más atrasados en América latina y El Caribe.
La enorme necesidad de las economías por retornar al curso normal alterado por la pandemia de COVID-19 durante nueve meses, podría llevar al fracaso de la transición energética en el mundo.
Así lo advertía el reporte ‘Fomento eficaz de la transición energética 2020’ o Índice de Transición Energética 2020 que se hizo público por el Foro Económico Mundial (WEF) con evaluación a 115 países, el 18.2 % de ellos América latina y El Caribe.
“Con la presión para que las economías inactivas vuelvan a la ‘normalidad’, el cambio a corto plazo hacia un sector energético más sostenible podría estar en duda”, indicó el Foro Económico sobre la actual situación a la que también le otorgó la forma de “oportunidad” para repensar el sector energético mundial y su impacto en el largo plazo.
Por ello, a dos meses de cerrar un año dramáticamente histórico para el planeta, ¿cómo cierran los países Latinoamericanos el 2020 en materia de transición energética?
El más completo panorama lo podría presentar el Índice de Transición Energética 2020 (ETI, por sus siglas en inglés) gracias a su amplio rango de variables analizadas.
Para activistas y expertos, la transición energética es fundamental en las transformaciones necesarias para enfrentar el cambio climático y sus impactos: es el consumo de energía el principal acusado en el banquillo del calentamiento global.
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En la región, el estudio destacó a Uruguay que ocupó, en mayo cuando se publicó el reporte, el lugar 11 en el mundo, una posición muy destacada frente al grupo de liderazgo, integrado por países y economías desarrollados, todos europeos: Suecia, Suiza, Finlandia, Dinamarca, Noruega, Austria, Reino Unido, Francia, Holanda e Islandia son el ‘Top Ten’ del Índice que se realiza anualmente en el marco de la iniciativa Fostering Effective Energy Transition del Foro Económico Mundial
De la misma manera y a pesar de tener por delante a otros países de la región en mejores posiciones en el ranking, Argentina resaltó dentro del ejercicio, según la investigación por integrar un grupo junto a China, India e Italia “que han mostrado fuertes y consistentes mejoras cada año”.
Ahora, distintas voces expertas y en distintos espacios, han expresado que los impactos de la pandemia -en cualquier campo- solo podrán ser evaluadas con mayor certeza en uno o tal vez dos años. De allí que aspectos como las economías locales puedan alterar los procesos como el argentino.
Otro de los latinoamericanos que el Índice de Transición Energética 2020 puso de relieve fue a Colombia. Para el estudio, junto a la República Checa, Hungría, Kenia, Marruecos, Tailandia y Emiratos Árabes Unidos, este país suramericano y los otros seis “han logrado avances sustanciales en su preparación para la transición, dirigiendo las mejoras a lo largo de múltiples facilitadores”.
Sin embargo, en Colombia ámbitos como el de los proyectos de energía solar fotovoltaica menores a 100 kw no alcanzan números destacados en el contexto internacional y los empresarios piden más posibilidades y esquemas de financiación en esta escala.
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El Índice de Transición Energética asigna un porcentaje entre 0 y 100, siendo este último el que representa una mayor eficacia hacia la meta de mayor eficacia y considera dos grandes bloques de calificación: el Rendimiento del Sistema y la Preparación para la Transición, asignándoles un 50 % del puntaje a cada uno.
A su vez, estos dos componentes consideran nueve dimensiones para asignar su calificación. Dentro del Rendimiento, se incluyen desarrollo y crecimiento económico; sostenibilidad medioambiental y acceso y seguridad energética.
Dentro del segundo componente, la Preparación, el estudio considera el capital e inversión; la regulación y el compromiso político; las instituciones y la gobernanza; la infraestructura e innovación dentro del sector ambiental; la estructura del sector energético y el capital humano.
Estas dos dimensiones se determinan a través de 31 variables entre las que se incluyen la contaminación del aire, intensidad en el consumo de carbón, subsidios a los combustibles fósiles, empleos en el sector de las energías renovables, calidad de la educación y la logística en el comercio.
En este orden de ideas, Uruguay en el puesto 11 del reporte, es el país latinoamericano con mejor porcentaje (67 %) al promediar su puntaje de 75 % en el componente Rendimiento del Sistema y 59 % en Preparación para la Transición.
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En la segunda posición se ubicó Colombia (puesto 25 a nivel mundial); le siguen Costa Rica (27); Chile (29); Perú (39); Panamá (40); Paraguay (43); Ecuador (45); Brasil (47) y México (50) en el décimo lugar entre los países de la región.
Argentina, El Salvador, Bolivia, República Dominicana, Jamaica, Guatemala, Trinidad y Tobago, Honduras, Nicaragua, Venezuela y Haití; ocuparon los últimos lugares para la región. Haití fue el último en todo el mundo y advierte de la necesidad de acelerar la transición en Centroamérica y las Antillas.
Finalmente, al gigante latinoamericano, Brasil, el Foro Económico Mundial le advirtió de su rezago en la transición. Considerado uno de los países grandes consumidores de energía (entre los 10 primeros), el WEF señala que, junto a Canadá y Estados Unidos, han hecho “poco o ningún progreso hacia una transición energética”.
El informe concluye que, respecto a las economías emergentes -entre las que se encuentra Latinoamérica-, son necesarios un mayor compromiso político y un mejor acceso a capital para la inversión en la transición energética.