La última vez que la capital de México intervino para la creación de un parque fue para las sedes de los juegos olímpicos de 1968. En aquel entonces se construyeron varios escenarios que en la actualidad forman parte del paisaje urbano de la ciudad.
Por Agustín Velasco – Periodista/ Colaborador LA Network (Ciudad de México)
Tuvo que pasar medio siglo para que la Ciudad de México construyera un nuevo parque urbano, y no será cualquiera, pues el parque metropolitano que llevará el nombre de La Mexicana ha roto paradigmas en muchos sentidos: medirá 28.4 hectáreas (más de tres veces la Alameda Central); los mil 500 millones de pesos (77.9 millones de dólares) de inversión se costearán con inversión privada; y es el primero de la Ciudad de México logrado tras una ardua lucha vecinal.
La Mexicana se ubicará en la zona poniente de la Ciudad de México, en Santa Fe, una de los centros con mayor poder adquisitivo de la capital del país. El costo de su construcción se financiará gracias a un modelo en el que 70 por ciento de su superficie será destinado para el parque y el otro 30 por ciento se venderá a inmobiliarias y banqueros.
“Obtener los mil 500 millones para realizar un proyecto como éste, además con las restricciones presupuestales que tiene hoy el país y, de manera señalada la Ciudad de México, había que imaginar cómo poder hacerlo”, explicó el jefe de Gobierno de la Ciudad, durante la presentación del proyecto el pasado lunes 10 de octubre.
En el diseño del proyecto elaborado por los arquitectos Víctor Márquez y Mario Schjetnan se contemplan 100 metros cuadrados de área forestal, 60 metros cuadrados de pastizales, un lago de una hectárea, un teatro, canchas, humedales, un skatepark, 4.3 kilómetros de ciclopistas y 3.4 de trotapistas.
Los cálculos que han hecho los urbanistas estiman que impactará en la vida de 130 mil personas que viven en las colonias a un radio de 10 kilómetros de distancia del parque, además de que tendrá conexión con otro proyecto de gran envergadura como el Tren Interurbano México-Toluca. La obra debe estar terminada en el primer semestre de 2017 con una condicionante: las inmobiliarias no podrán construir en el 30 por ciento del terreno si antes no está el parque.
Los antecedentes
El terreno fue expropiado en 1984 a la mina La Mexicana, mucho antes de que los corporativos internacionales convirtieran a Santa Fe en su centro neurálgico y el valor de los terrenos se disparara a las nubes. Actualmente, una de las delegaciones políticas en las que se asienta esta zona, Cuajimalpa, se encuentran en el cuarto lugar de los municipios de México con más ingresos, de acuerdo con el portal inmobiliario lamudi.com.mx.
En 2011, cuando en Santa Fe una propiedad de 304 metros cuadrados valía ya un promedio de 12.2 millones de pesos (634 mil dólares, tres de cada 10 propiedades en la zona se venden en billetes verdes) estalló el conflicto. Empresas inmobiliarias presionaron para que el predio de La Mexicana fuera puesto en venta en dos mil 500 millones de pesos (129MDD) para construir ahí cinco mil viviendas.
Con este megaproyecto inmobiliario, la población se incrementaría en 27 mil nuevos habitantes en la zona, se construirían dos estacionamientos de tres mil 200 metros cuadrados cada uno.
Desde entonces comenzó una batalla legal entre habitantes de la zona. Ese mismo año vecinos, empresarios, así como la delegación política Cuajimalpa anunciaron la conformación de un grupo que buscaría comprar el predio al Gobierno del entonces Distrito Federal –el nombre de la capital mexicana hasta enero de 2016– para convertirlo en un parque con atractivos deportivos, artísticos y culturales.
La Asamblea Legislativa del Distrito Federal realizó varios intentos por echar atrás el esfuerzo vecinal, se desincorporó al terreno de las propiedades del Gobierno de la ciudad y se pusieron las condiciones para venderlo.
En medio de la polémica por la oposición vecinal, en septiembre de 2012 el entonces alcalde de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard delegó a la siguiente administración la decisión de vender o no el predio.
“Será una decisión, yo creo, de la próxima administración, qué hacer con La Mexicana. Los que viven en el fraccionamiento de enfrente, que es uno de los más lujosos del mundo, no quieren que ahí haya vivienda ni servicios, quieren que sea un área verde. Yo les dije, perfecto, nada más páguenle a la ciudad lo que vale”, dijo el entonces mandatario capitalino.
La última parte de la disputa llevó ocho meses. Luego de que en septiembre de 2015 el actual jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, anunciara que 70% del predio sería destinado a un parque. En febrero de 2016, la administración capitalina propuso que en el 30% se construyeran diez edificios que sumarían 732 mil metros cuadrados, es decir, seis mil viviendas.
Los vecinos rechazaron esta propuesta ante el fantasma del colapso de la zona en la que diariamente circulan 220 mil personas y transitan 143 mil automóviles, y donde ya hay falta de servicios y vialidades.
El rechazo se hizo visible incluso en la plataforma change.org donde Andrea Valencia, una de las integrantes del comité vecinal, pidió al Gobierno capitalino aceptar la propuesta de que fuera 100% de parque. Aunque al final se llegó a un acuerdo intermedio.
“Es una labor que se hizo durante muchos años, cuatro, empezó con la preocupación de pocos vecinos cuando nos enteramos que se había autorizado construir seis mil viviendas en La Mexicana. El camino fue de ir sumando voluntades para lograr un proyecto que tiene un interés común, esa fue la clave”, asegura a LA Network Itziar de Luisa, una de las vecinas que pujó para realizar el proyecto.