Vivir la sostenibilidad con coherencia en el día a día (un reto de las organizaciones)

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LA Network
10 marzo, 2019 - Empresas

“No basta con cambiar las estrategias, estructuras y sistemas, es indispensable cambiar nuestra forma de pensar”  

 La Quinta Disciplina (Peter M. Senge)

Para crear una cultura que potencie la incorporación de la sostenibilidad en las organizaciones, es necesario identificar y transformar las creencias potenciadoras o limitantes.

Uno de los grandes retos de las organizaciones para incorporar la sostenibilidad, es lograr que cada empleado adopte comportamientos responsables en su día a día.  Con frecuencia encontramos organizaciones con estrategias de sostenibilidad y rendición de cuentas muy estructuradas, pero que no se ven del todo reflejadas en la cultura organizacional ni coinciden con las prácticas diarias de sus directivos y equipos de trabajo, lo cual genera una gran brecha entre un deseo planeado y uno realmente vivido.

Este proceso es natural y hace parte de lo que denominamos la incorporación de una cultura de la sostenibilidad, sin embargo, es necesario trabajar en cerrar esta brecha para lograr los objetivos propuestos en lo económico, social y ambiental.  Para hacerlo, es fundamental generar cambios en la forma de SER y HACER las cosas esencialmente a nivel individual y también a nivel de equipos y organización, pues, como dice Richard Barret en su libro Liberando el alma de las empresas (p.2): “Las organizaciones no se transforman, la gente sí, la transformación organizacional emerge esencialmente de la transformación personal”.

Para que se produzcan verdaderos cambios se deben impactar las 4 dimensiones del ser humano y de la entidad como organismo vivo: espiritual, mental, emocional y física. Y este no es un proceso corto, es un proceso de largo plazo que solo tiene éxito con un compromiso decidido de la alta dirección y sus líderes, quienes finalmente imponen el ritmo y dan ejemplo.

El trabajo sobre estas 4 dimensiones es bidireccional, pues en la medida en que expandimos nuestros niveles de consciencia se modifican nuestras creencias, emociones y acciones, pero también en la medida en que modificamos nuestro lenguaje y hábitos se modifican nuestros niveles de consciencia.  No hay un orden cronológico, más bien se trata de una estrategia de fortalecimiento cultural sistémica con diversas iniciativas, que deben estar debidamente alineadas con la estrategia corporativa, los procesos y las personas.

Modelo Cultura de la Sostenibilidad – Elaborado por Trébol Consultoría

Dimensiones de la cultura de la sostenibilidad

En el nivel espiritual se encuentra la conexión consigo mismo, con el equipo, con la organización y con el entorno, está el propósito superior de las personas y de la organización como un todo, el deseo de dejar huella y trascender.  Esta dimensión es fundamental en la construcción de una cultura de la sostenibilidad porque es la que le da sentido a lo que hacemos a nivel individual y colectivo, es la que nos permite actuar por convicción y con plena conciencia.

Por su parte, en el nivel mental se encuentran las creencias y paradigmas de la organización y sus individuos, por lo general inconscientes, que se asumen como verdad, y lo más importante que determinan su forma de actuar y relacionarse.   Estas ideas pueden provenir de experiencias pasadas, del hogar, el colegio, el barrio, la religión, los amigos, la cultura, el entorno, entre otros.  Muchas veces no sabemos de dónde provienen, pero lo cierto es que tienen el poder de potenciar o limitar el logro de los objetivos individuales y colectivos.

Para crear una cultura que potencie la incorporación de la sostenibilidad en las organizaciones, es necesario identificar y transformar las creencias potenciadoras o limitantes, así como definir un marco filosófico que indique con precisión cuáles son esas ideas, valores y principios que son compartidos por todos, le dan identidad a la organización y determinan su forma de ser y hacer a la luz de la sostenibilidad.  “Para que una empresa logre el éxito a largo plazo debe primero convertirse en un organismo viviente e independiente que refleje los valores colectivos de todo el personal” (p. 3). Richard Barret

Aunque las dimensiones Espiritual y Mental son esenciales para contar con una cultura sólida de la sostenibilidad, son las menos visibles, las más intangibles y difíciles de identificar por los grupos de interés de una organización. Sin embargo, como dice el Principito “Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos”.

De otro lado, en la dimensión emocional se encuentran los sentimientos, los afectos y las relaciones.  Se determina la forma como cada individuo reconoce y gestiona sus emociones para dirigir mejor sus vidas, pero al mismo tiempo su capacidad de reconocer con empatía las emociones ajenas para construir relaciones positivas.  De igual forma, los equipos de trabajo y la organización como un todo tienen formas de sentirse a sí mismos y a los demás, que determinan su productividad, eficacia y relacionamiento consigo, con los otros y con el ambiente.

Por último, en el plano físico se plasman los comportamientos y el lenguaje, es aquí donde se refleja de forma más contundente la cultura de una organización, pero sobre todo la coherencia entre lo que se piensa, se promulga y realmente se hace, es decir, donde se gana o pierde credibilidad.  Este es el plano más visible de una organización, en el que se muestra lo que realmente ES.

En definitiva, ser sostenible va mucho más allá de contar con un modelo de gestión sistémico, con un informe de sostenibilidad bien presentado, con la alineación a los ODS – Objetivos de Desarrollo Sostenible- o con un reconocimiento del Dow Jones.   Ser sostenible, implica transformar la cultura hacia una forma de SER y HACER en el día a día, con conciencia, convicción, responsabilidad y virtud.  Y cuando llegamos a la virtud es porque tenemos algo tan interiorizado que lo hacemos sin pensar y de manera natural, algo así como manejar o bañarse. De esta forma, podemos construir organizaciones y entornos en armonía con el ambiente (vivibles), con la sociedad (equitativas) y con la economía (rentables).

Puede leer el documento académico completo en el siguiente enlace: https://lanetwork.org/wp-content/uploads/2019/03/Cultura-de-la-sostenibilidad-Paper.pdf