«Wanderlust: Una Historia del Caminar», libro de Rebecca Solnit, nos propone un viaje intelectual a través de los senderos de la historia humana, para explorar el significado y la importancia del acto aparentemente simple de caminar.
La etimología de wanderlust nos lleva a la lengua germana. Wandern significa “vagar”, mientras que lust se traduce como “pasión”. Con el paso del tiempo la expresión derivaría en el término anglosajón wanderlust: pasión por viajar.
La historiadora y escritora estadounidense Rebecca Solnit usó este término para titular su libro «Wanderlust: Una Historia del Caminar», escrito en el año 2000, para describir los distintos placeres y significados que ofrece el caminar.
Desde sus primeras páginas, Solnit invita al lector a un mundo de exploración y contemplación, donde el caminar se revela como mucho más que una forma de movilidad o un ejercicio físico. Argumenta que caminar es una práctica profundamente arraigada en la condición humana, una forma de conectar con nosotros mismos, con los demás y con el mundo que nos rodea.
En el corazón de Wanderlust yace la idea de que el caminar es un acto de liberación y descubrimiento. Solnit nos lleva a través de la historia, desde los primeros homínidos que dejaron las llanuras africanas hasta los peregrinos medievales que recorrían kilómetros de senderos en busca de redención espiritual. A lo largo del camino, la autora examina cómo el acto de caminar ha sido utilizado como una herramienta para la resistencia política, la exploración científica y la búsqueda de significado de vida personal.
Uno de los aspectos más interesantes del libro es su enfoque en la relación entre caminar y la creatividad. Solnit muestra que muchas de las mentes más brillantes de la historia, desde Aristóteles hasta Nietzsche, encontraron inspiración y claridad mientras caminaban. Esta tesis se ve reforzada por los segmentos dedicados a los peripatéticos, los situacionistas o los científicos evolucionistas. Es claro que, al despejar nuestras mentes y abrir nuestros sentidos al mundo que nos rodea, el caminar puede desencadenar un flujo de ideas y percepciones que de otra manera permanecerían ocultas.
Además de su análisis histórico y filosófico, Wanderlust también ofrece una mirada detallada a la experiencia personal de caminar. Solnit comparte sus propias experiencias como caminante en una variedad de entornos, desde las montañas de California hasta las calles de Nueva York. Estos relatos íntimos nos permiten ver el mundo a través de los ojos de una persona apasionada y nos inspiran a buscar nuestra propia conexión con el acto de caminar e incluso con la naturaleza.
Y por supuesto, Wanderlust también aborda cuestiones más amplias relacionadas con el diseño urbano y la planificación del espacio público en las ciudades. Solnit expone que las ciudades deben ser diseñadas pensando en el caminante, con calles amplias y acogedoras plazas que inviten a la exploración y la interacción social. Al fomentar una cultura del caminar, las ciudades pueden promover la salud, la felicidad y la vitalidad de sus habitantes. Porque «caminar es apenas el comienzo de la ciudadanía», afirma.
En una de las reseñas sobre este libro, escrita por la arquitecta mexicana, Ana Magdalena, se destaca que una de las definiciones más valiosas es aquella del caminar como «antítesis del poseer» y deja en claro que “esta acción es sencillísima, pero a la vez, arrebatada por el estilo de vida urbano que se ha impuesto en algunos lugares, donde pareciera que se busca impedir que se den las condiciones para cualquier tipo de caminata”.
«Wanderlust: Una Historia del Caminar» es una lectura obligada para todos aquellos interesados en la conexión entre el cuerpo, la mente y el mundo que nos rodea, y nos recuerda el poder transformador de dar un paseo por la naturaleza, de caminar, para ejercer nuestra libertad y también nuestra ciudadanía.