Este compromiso evitará que se desechen 87 millones de toneladas de residuos al año antes de 2030.
21 ciudades y 2 regiones del mundo se han comprometido a rebajar de forma acelerada el volumen de residuos que generan, lo que significa un gran avance hacia el objetivo de residuo cero (Zero Waste).
Las ciudades, todas integrantes del Grupo de Liderazgo Climático C40, firmaron la declaración Advancing Towards Zero Waste, donde se comprometieron a reducir el volumen de residuos que genera cada ciudadano en un 15 % para 2030, a rebajar el volumen de residuos que se envía a vertederos e incineradoras en un 50 % y a aumentar el índice de redistribución de residuos a un 70 % para 2030.
Entre las ciudades y regiones que han firmado la declaración se encuentran Auckland, Copenhague, Dubai, Londres, Milán, Montreal, Nueva York, Newburyport, París, Filadelfia, Portland, Rotterdam, San Francisco, San José, Santa Mónica, Sídney, Tel Aviv, Tokio, Toronto, Vancouver, Washington D.C., Cataluña y Navarra.
Los 150 millones de ciudadanos que viven en estas 23 ciudades y regiones están acelerando la transición hacia un futuro de residuo cero y evitarán que se desechen 87 millones de toneladas de residuos al año antes del 2030.
Este compromiso, acordado antes de la Cumbre Global de Acción Climática de San Francisco, supone pasos fundamentales para alcanzar los objetivos más importantes del Acuerdo de París y para impedir que el calentamiento global supere los 1.5ºC.
El contaminante medioambiental que está aumentando con mayor celeridad es precisamente los residuos sólidos o basura. Tomar medidas en este tema puede tener un impacto mayor y más rápido en la lucha contra el cambio climático. Es, sin duda, un asunto estratégico.
Por ejemplo, al año se desechan en el planeta 1.3 billones de toneladas de restos de comida que, al descomponerse, generan metano. Este gas invernadero es mucho más potente que el CO2 y supone ya el 25 % del actual calentamiento global. Si se reducen los residuos sólidos y se transforman los sistemas de gestión de materiales en el mundo, se podrían reducir las emisiones globales hasta en un 20 %.
Es por esta razón, que los alcaldes y alcaldesas de zonas urbanas de todo el planeta están fomentando la transición hacia un futuro de residuo cero. Las alcaldías se han comprometido a tomar medidas importantes, medibles e inclusivas con el objetivo de reducir la generación de residuos sólidos municipales y de mejorar la gestión de los materiales en sus ciudades. Una mejor gestión de los residuos puede además crear puestos de trabajo y oportunidades económicas para empresarios sociales y comunidades vulnerables.
“Alcanzar los objetivos más ambiciosos del Acuerdo de París exige transformaciones urgentes en todos los aspectos de la vida; entre ellos, lo que tiramos a la basura”, afirmó la alcaldesa de París y presidenta de C40, Anne Hidalgo. «Este compromiso demuestra que las ciudades están haciendo lo que hay que hacer: inventar nuevas prácticas que construyan ciudades mejoradas para las generaciones venideras. Una vez más, el futuro se está decidiendo en las ciudades», añadió.
Acciones concretas de los firmantes
Las ciudades que han firmado el acuerdo implementarán acciones concretas como las siguientes:
Reducir la pérdida y desperdicio de alimentos por parte de establecimientos y consumidores mediante la reducción del deterioro de los alimentos en las cadenas de producción y distribución, la minimización de la producción de excedente de alimentos y el fomento de la donación de alimentos inocuos y de subproductos para la producción de piensos.
Implementar, por un lado, la recolección separada de sobras alimentarias y de otros residuos orgánicos y, por otro, la infraestructura de tratamiento necesaria para recuperar nutrientes y energía, y contribuir a la restauración de la capacidad de almacenamiento de carbón de la tierra.
Apoyar la implementación de medidas locales y regionales, como una mayor responsabilidad del productor y un consumo sostenible, para reducir o prohibir los plásticos y otros materiales no reciclables o de un solo uso, así como mejorar la reparabilidad y la reciclabilidad de los productos.
Fomentar la reducción, reutilización, recuperación y reciclaje de materiales de construcción y demolición.
Aumentar la accesibilidad, conciencia, escala e inclusividad de los programas y medidas a favor de la reducción, la reutilización y el reciclaje en todas las comunidades y barrios; invertir en los esfuerzos de comunicación y de concienciación de las ciudades ofreciendo recursos en diversos idiomas, etc.
Garantizar que los beneficios se distribuyen de forma equitativa a toda la población.
Elaborar un informe público cada dos años para comunicar el progreso de las ciudades con respecto a estos objetivos.