656 asentamientos informales fueron detectados y caracterizados en Uruguay

derecho_1
LA Network
26 febrero, 2019 - Hábitat y Desarrollo Urbano

La organización social TECHO presentó los resultados de su Relevamiento Nacional de Asentamientos Informales en Uruguay. Esta iniciativa se suma al trabajo de la entidad en once países de América Latina, y que ha permitido identificar y caracterizar más de 7 500 asentamientos en toda la región.

Asentamiento 3 de Octubre, en Montevideo. Foto: Techo

El estudio, de carácter cuantitativo, comprende la georreferenciación y caracterización de todos los asentamientos relevados en Uruguay, identificando las formas de organización dentro de los asentamientos y la percepción de los habitantes con respecto a diversos aspectos problemáticos del hábitat.

Según el relevamiento, llevado a cabo por 70 voluntarios, actualmente existen 656 asentamientos informales compuestos por 60 191 viviendas. De acuerdo con el estudio, la principal razón para mudarse a un asentamiento es la falta de acceso a la tierra y la vivienda. El 82 % de las viviendas contabilizadas se agrupan en los departamentos de Montevideo, Canelones y Artigas.

“A través de esta información apuntamos a contribuir a la pronta construcción de soluciones a una realidad marcada por la desigualdad que caracteriza a las ciudades de América Latina”, explica María Jesús Silva, directora del Centro de Investigación Social de TECHO Internacional.

En relación con el acceso a los servicios básicos, el estudio agrega que en el 86 % de los asentamientos detectados, la mayoría de las familias no están conectadas a la red de saneamiento, el 33 % no cuenta con conexión segura al agua potable y el 41 % no tiene acceso seguro a la energía eléctrica.

Para Silva, “estos datos revelan cómo los asentamientos son una clara manifestación de la desigualdad, con familias que ante la imposibilidad de residir en la ciudad y acceder a sus servicios, se encuentran en la situación de desplazarse a zonas sin las condiciones mínimas de habitabilidad”.

Con respecto a la percepción de riesgo, el 41 % de los censados manifiesta haber sufrido inundaciones el último año. En el 22 % han sufrido incendios y el 8,9 % de los asentamientos ha sufrido el riesgo a desalojo, ambos casos refieren al último año.

El estudio constata además el acceso amplio a educación inicial y primaria, y la amplia cobertura al transporte público. El 90 % declara acceder a una parada a menos de un kilómetro de distancia (16 % la encuentra dentro del asentamiento). En lo que refiere al acceso a centros de salud, el 89 % de los asentamientos cuenta dentro del barrio o hasta a tres kilómetros de distancia, un centro de salud.

Asentamiento Alegría, RIvera (Uruguay). Foto: Techo

En 1 de cada 3 asentamientos, los vecinos y vecinas se han organizado para mejorar su entorno. Resaltan que su rol está en participar activamente en la toma de decisiones en los procesos de mejora. En Maldonado, Paysandú, Salto y Rivera el número sube a casi 1 de cada 2.

“Este dato es muy valioso porque nos presenta cómo los vecinos y vecinas que residen en los asentamientos estudiados se organizan para gestionar por sus propios medio la satisfacción de sus necesidades más básicas. Es una base importante para el trabajo articulado entre el vecindario y actores de la sociedad, y son experiencias de las que todos y todas tenemos mucho para conocer y aprender”, señala Silva.

Propuestas para mejorar condiciones de vida

Frente a los resultados obtenidos, TECHO realiza las siguientes propuestas con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las poblaciones en este entorno: la implementación de un observatorio para el monitoreo y seguimiento de los asentamientos en Uruguay. Para esto, desarrolló la plataforma abierta monitorasentamientos.org.uy en la que se puede identificar los asentamientos con estas características, presentes en el país.

La segunda propuesta consiste en implementar una política integral para la emergencia habitacional y urbana, que comprenda un conjunto de medidas que mitiguen de forma urgente la exposición a los riesgos identificados, asegurando un módulo habitacional mínimo que contemple mejoras en la materialidad de las viviendas y conexiones seguras.

La tercera propuesta comprende la implementación de estrategias pilotos de inversión pública territorializada, que potencien la autogestión comunitaria visibilizada a partir de esta investigación.

Finalmente, los voceros de TECHO proponen poner el foco en los departamentos con densidad de viviendas crítica y alta del interior del país: Canelones, Artigas, Paysandú, Salto, Maldonado y Rivera.