La ciudad de Medellín y los municipios aledaños, ya vivieron durante los días 2 y 3 de abril de 2016 una jornada de emergencia ambiental por la calidad del aire.
Este sábado, nuevamente (como el 28 de febrero, 2 y 3 de marzo), la ciudad de Medellín (Colombia) y los diez municipios del Valle del Aburrá (como se le conoce a esta zona metropolitana) permanecerán bajo declaratoria de alerta naranja, debido a los altos índices de contaminación que la ciudad ha venido presentando en los últimos días y que los medidores han advertido.
Según el reporte presentado por la Red de Monitoreo de la Calidad del Aire del Valle del Aburrá, mecanismo operado por el Sistema de Alertas Tempranas – SIATA, en las últimas 60 horas dos de las cinco estaciones de PM2.5 pertenecientes a la Red de Calidad del Aire del Valle del Aburrá, clasificadas como de Representatividad Poblacional, registran ICA Naranja – Clasificado como Dañino para grupos sensibles.
Estas mediciones, muestran una acumulación de contaminantes en las estaciones de representación poblacional (Casa de Justicia de Itagüí y Universidad Nacional núcleo El Volador) en las cuales desde la noche del 28 de febrero y durante la madrugada de miércoles primero de marzo, se viene presentando ICA-PM2.5, una medición reportada como nociva.
La contingencia atmosférica, aunque no es propiamente un estado de “emergencia ambiental”, (dicho en voz de los quienes la emiten) y las medidas en alerta naranja no son restrictivas, si poseen un grupo de recomendaciones para la ciudadanía agrupada como “sensible” y que incluye a adultos mayores, mujeres embarazadas, niños y adolescentes, personas que practican actividades al aire libre, y personas con enfermedades respiratorias y cardíacas.
Sin embargo, otra mirada del asunto tienen los activistas quienes en su día a día buscan que la ciudad tenga realmente mecanismos que eviten fatalidades y un desenlace definitivamente preocupante, como el que parece que necesitará esta región de Colombia para entender las prioridades que se deben adoptar en relación con la calidad del aire.
El doctor Carlos Cadena Gaitán, docente universitario, activista y uno de los más reconocidos luchadores por la causa ambiental en Medellín, afirma de manera vehemente que “con alertas no solucionamos nada. Los gobernantes y todos sabemos cómo se debe hacer, y es con políticas públicas que mitiguen el problema desde el origen”.
De acuerdo con Cadena, el problema de Medellín y su área metropolitana va más allá de alertas que generen algún tipo de reacción desprevenida de parte de los ciudadanos, quienes no se previenen sino hasta que la situación es realmente grave.
“La ciudad está enferma. No podemos seguir con tanta contaminación todos los días, debemos reducir las emisiones. Los ciudadanos también tenemos que aportar, si no va a llegar el momento en el que tengamos que apagar la ciudad porque ya no aguanta más”, resalta el catedrático.
La ciudad de Medellín y los municipios aledaños, ya vivieron durante los días 2 y 3 de abril de 2016 una jornada de emergencia ambiental por la calidad del aire en ese momento, que en cierta medida no dejó de ser la realidad de los días siguientes hasta la actualidad.
