Las Organizaciones de siete países de la región, no se quedan indiferentes ante un fenómeno creciente: somos la región más violenta del planeta.
De cada tres personas que en el mundo mueren intencionalmente, una es latinoamericana. Puede que la proporción le parezca mínima. Pero si a este dato se suma que en nuestras ciudades y territorios solo habita el 8% de la población mundial, el fenómeno del homicidio cobra su verdadera dimensión.
Y frente a esa cruda realidad que se está llevando generalmente a la población más joven de Latinoamérica, las Organizaciones civiles de siete países: México, Honduras, El Salvador, Guatemala, Colombia, Venezuela y Brasil; se ha unido en una red que viene trabajando desde 2016 con un objetivo; reducir los homicidios en un 50% en los próximos 10 años.
“Hay una naturalización muy fuerte de la violencia. Desigualdades etarias, étnico-raciales, de género y territoriales se articulan en procesos de jerarquización del valor de la vida en la región. Además, es la única donde los homicidios están aumentando”, dice Raquel Willadino, Directora de Observatorio de Favelas, en Río de Janeiro, para aumentar la descripción del panorama regional.
Por ello, en este 2017 se lanzarán las distintas campañas bajo un mismo concepto «Instinto de Vida» y articuladas a partir del trabajo colaborativo de cerca de 24 organizaciones regionales unidas por este propósito.
Una de ellas, ‘No copio’ -algo así como ‘no le hago caso al homicidio’-, fue presentada esta semana en Medellín (Colombia) para empezar a movilizar a la ciudadanía y la institucionalidad de la ciudad en torno a acciones que conduzcan a la protección de la vida, especialmente de los jóvenes, las principales víctimas de esa violencia que naturaliza a los jóvenes de las barriadas urbanas como protagonistas de la muerte.
“El tema de proteger a jóvenes y adolescentes es una estrategia filosófica porque eso le quitará una ‘tajada’ grande al homicidio- Son muchachos sin vocería y sabemos cómo funcionan las bandas la limpieza social. Por mucho su muerte sale en una crónica roja de los medios pero la sociedad no se moviliza. Si muere un artista, un empresario, la ciudadanía se moviliza de otra manera y la justicia se mueve de otra manera”, enfatizó Lucas Jaramillo, estratega e investigador social de La Casa de las Estrategias, organización que integra la red latinoamericana y que realiza además diversas investigaciones sociales.
Estas investigaciones, que se realizan en las distintas ciudades sobre los diversos fenómenos de la violencia y cómo derivan en esa participación del 30% de los homicidios mundiales, se intercambiarán para formular estrategias de reducción.
Sin embargo, no solo ciudades con problemas graves de violencia son analizadas por los investigadores. Jaramillo explica que en la región también hay ciudades con indicadores similares o incluso más bajos que ciudades de Estados Unidos o de Europa. “Es el caso de Montevideo que tiene un tasa baja (cercana al 12%). Tenemos que estudiar los malos y los buenos ejemplos”.
Porque estas dinámicas son recurrentes en las ciudades, de allí que sean la sociedad civil y las organizaciones, las llamadas a exigir a los gobiernos locales la formulación de políticas públicas.
“La movilización ciudadana es fundamental para desnaturalizar los homicidios. Además, es muy importante para plantear el tema de la reducción de homicidios como una prioridad en la agenda pública. Esperamos que los gobiernos asuman el compromiso de implementar políticas públicas con metas concretas de reducción de los homicidios”, recalcó Willadino.
Este mes de mayo comienza el lanzamiento conjunto de diversas campañas en los países que integran la red, que además cuenta con el apoyo articulador de la organización Open Society Fundation, todo ello con el fin de evitar las violencias que tienen como protagonista a nuestras urbes: de las 50 ciudades del mundo con tasas más altas de homicidios, 47 son del continente y 22 pertenecen a Brasil (organización Seguridad, Justicia y Paz de México 2015).