El uso de transporte sostenible como la bicicleta demuestra ser una herramienta efectiva contra la contaminación del aire en la Ciudad de México, pero aún falta mucho camino por recorrer para su consolidación. La Network entrevistó a Fernanda Rivera, una de las responsables de desplegar esta política, para conocer detalles del trabajo que adelantan.
La actual contingencia ambiental en Ciudad de México por la contaminación del aire, es la demostración tangible de lo urgente que se hace para esta ciudad multiplicar los medios de movilidad sostenible. Ya por ejemplo, el actual Gobierno se ha comprometido a erradicar de las calles los vehículos con diésel para 2025, pero debe acelerar las acciones, incluso en lo relacionado con la promoción del uso de la bicicleta y la construcción de nuevos kilómetros de infraestructura, para ofrecer alternativas reales en una megaciudad en la que desestimular el uso del automóvil no se ve posible en el mediano plazo, si no se asume la tarea con mayor convicción.
Justamente en el marco del Sexto Foro Mundial de la Bicicleta, realizado semanas atrás en la ciudad, la Secretaría del Medio Ambiente presentó el libro “CDMX, hacia una ciudad ciclista”. Este libro es una compilación de diez años de políticas públicas que se han desarrollado en Ciudad de México para promover el uso de la bici como modo de transporte.
Y en este caso hay razones para ser optimistas en que el sistema siga creciendo. De acuerdo con Fernanda Rivera, directora de Cultura, Diseño e Infraestructura Ciclista de la Secretaría de Medio Ambiente, en los últimos años se ha quintuplicado el número de ciclistas que diariamente recorren las calles de la Ciudad de México. “Pasamos de 26 mil a 158 mil viajes ciclistas diarios, esto nos dice que realmente cuando se invierte en infraestructura y se tiene una política pública consistente como la del Gobierno de la Ciudad de México, vas a tener resultados palpables que van a ser más ciclistas en la calle”, aseguró.
LA Network dialogó justamente con Rivera, para conocer detalles del trabajo que adelantan en la consolidación del uso de la bicicleta en la ciudad.
¿Cuál es el trabajo de su oficina para la ciudad?
La oficina de Cultura, Diseño e Infraestructura Ciclista es la dependencia de la Ciudad de México que se encarga de la planeación, diseño e incluso la supervisión y la construcción de todos los programas que impulsan la movilidad en bici en la ciudad. Tenemos tres ejes claves: el primero es infraestructura y equipamiento, que es la construcción de ciclovías y biciestacionamientos; segundo, cultura y uso de la bicicleta, que lo hacemos a través de paseo dominical en bici y las biciescuelas; y, por último, Ecobici, nuestro sistema de bicicletas compartidas. Estas tres áreas componen la Dirección y cada una se encarga de dar seguimiento a los proyectos. En los últimos cuatro años, que es la administración del doctor Miguel Ángel Mancera en el Gobierno de la Ciudad de México, hemos construido 44 kilómetros de ciclovías en la zona de Revolución, Buenavista, Patriotismo, Eje 3 Oriente, Nuevo León y Reforma hacia la Villa. Tenemos también los primeros dos biciestacionamientos masivos, uno ubicado en La Raza y otro en Pantitlán, que lo que buscan es fomentar la intermodalidad, que la gente utilice la bicicleta para el primer y último tramo de viaje. Estos biciestacionamientos alimentan la periferia. El de Pantitlán está en la zona nororiente, muy cerca del aeropuerto de la Ciudad de México y el de La Raza está en la zona norte de la ciudad en la delegación Gustavo Madero. Hasta la fecha nos hemos dado cuenta de que son una realidad, porque son servicios que son completamente gratuitos, garantizan la seguridad de tu bici porque solo puedes acceder con la tarjeta de la ciudad, tenemos policía, tenemos cámaras, y puedes dejar tu bici completamente segura y ahí combinarla con el Metro. En los últimos dos años tenemos esos dos biciestacionamientos. También construimos biciestaciones, que son postes de herramientas y un lugar para estacionar bicicletas donde justamente los ciclistas que nos desplazamos diariamente podemos darle servicio o atender cualquiera ajuste ya sea frenos, llantas, el sillín, entre otras cosas.
Como en muchos países, el cambio cultural ha iniciado con la ciclovía recreativa. ¿Cómo ha sido la experiencia para ustedes?
El paseo dominical justo en 2017 cumple los diez años y se hace en 55 kilómetros en cuatro delegaciones diferentes de la Ciudad: Gustavo Madero, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Benito Juárez. Hemos atendido a más de nueve millones de personas en los últimos 10 años, que han ido como parte de esta estrategia de empezar a cambiar la visión que se tiene de la bicicleta en la ciudad. ¿Qué hacen los paseos dominicales o la ciclovía recreativa? Cambia la percepción de todos los que utilizamos el espacio público de una manera diferente, mucha gente le dice los cierres dominicales, nosotros creemos que es al contrario, se abren las calles para otro tipo de movilidad y lo más importante en este caso son las niñas y los niños que han crecido con este paseo y que para ellos, ahora, ya es normal ocupar las calles en su bicicleta y disfrutar del espacio público. Dentro del área de cultura y uso también tenemos biciescuelas. Actualmente tenemos siete, seis que son públicas para niños, niñas y adultos, tres los sábados en Pantitlán, La Raza y en el Bosque de San Juan de Aragón, que atienden de nueve de la mañana a una de la tarde todos los sábados. Prestamos bicicletas, cascos, chalecos y le enseñamos a las personas a andar en bici o cursos de ciclismo urbano para conocer las nuevas reglas de vialidad. Y los domingos, excepto el último del mes, tenemos tres: en Reforma, en La Villa y en Metro Zapata. Adicional a esto, no solamente se trata de enseñar a los ciclistas a ser mejores ciclistas, tenemos una biciescuela para operadores del transporte público. Esta se lleva a cabo todos los sábados y capacitamos a operadores del sistema de movilidad uno y de transportes eléctricos, para que justamente se pongan en el pedal del otro. Les enseñamos como ser ciclistas, para que ellos al momento de conducir su autobús sepan cómo cuidarnos rebasándonos pasando a metro y medio, haciendo las paradas pegados a la guarnición para que el ciclista no rebase por la derecha y pueda rebasar por la izquierda y cuidemos a los pasajeros, esto justamente es una parte teórica, un curso de ciclismo urbano y la mejor parte es una rodada de cinco kilómetros donde salen a experimentar la calle, entonces cuando tu sales a experimentar la calle en bici te cambia completamente la percepción no solo de la ciudad sino de lo que significa moverse en dos ruedas.
¿Y sobre el desarrollo de Ecobici que nos puede comentar?
Nuestro sistema de bicicletas compartidas en sus primeros siete años ya cumplió 41 millones de viajes, tenemos más de 230 mil usuarios registrados, lo cual nos dice que la gente está dispuesta a utilizar la bici cuando está disponible. ¿Para qué funciona Ecobici? para otra vez fomentar la intermodalidad, para el primero y último tramo de viaje. Uno de los mitos de la bici pública es que solo beneficia a la gente donde se encuentra el sistema -en este caso está en la zona central-, pero está en esta zona, primero porque el 40% de los 21 millones de la Zona Metropolitana llegan a esta zona; y segundo, porque sabemos que el 50% de los usuarios no vive en donde está el sistema, de hecho viven incluso en la periferia, el 15% viene de la Zona Metropolitana. Esto nos indica que la gente toma el autobús, o toma el Metro o el BRT, llega directamente a la zona central y aquí se empieza a desplazar en bicicleta y de esta manera aportamos a que no haya tanto tránsito en la zona central donde justamente se concentran todos los destinos de trabajo, oficinas, escuelas, áreas turísticas e históricas etc. Otra parte fundamental de Ecobici es cómo le ha aportado al medio ambiente. Tenemos una calculadora de CO2 que nos dice que por la cantidad de usuarios que han dejado su auto en casa se han evitado la emisión de tres mil toneladas de CO2, que es como plantar nueve mil nuevos árboles, de esta manera no es sólo aportamos en términos de movilidad con esta estrategia en bici, sino también a la calidad del aire y ayudamos a la salud pública de todos.
¿Cuál es el balance que hacen luego de haber terminado el Foro Mundial de la Bicicleta?
Para nosotros como Dirección fue enriquecedor y como Gobierno de la ciudad también, poder recibir esta retroalimentación de otras ciudades. ¿Qué ha hecho la Ciudad de México? ha roto el estigma de que la movilidad en bici no es factible en una ciudad latinoamericana y que no es factible en una ciudad tan grande. Aquí se rompen los dos estigmas de la bicicleta: que sí se puede implementar una estrategia de movilidad en bici en una ciudad grande como una megalópolis, y sí se puede implementar en una ciudad latinoamericana. Pudimos tener el intercambio con muchísimas ciudades: Rosario, Santiago, Medellín, Bogotá… y nos damos cuenta de que estamos en el camino correcto, impulsando el uso de la bici, que detrás de esto hay un gran equipo consolidado, apasionado y comprometido para seguir promoviendo una política pública y en nuestro caso, en el Gobierno de la ciudad tenemos realmente una iniciativa a través de la Ley de Movilidad y del Gobierno de la Ciudad de México para que esto sea una realidad a largo plazo, no solamente de una Administración, sino ir más allá, y también tenemos una gran cantidad de usuarios; la verdad fue enriquecedor que ellos se llevaran tan buenas experiencias de la Ciudad de México. Tuvimos la oportunidad de hacer dos visitas, una al centro de operaciones de Ecobici y otra al biciestacionamiento masivo de La Raza y todos se fueron sorprendidos: uno porque es un programa 100% del Gobierno de la ciudad; y segundo porque si es factible aquí es factible en cualquier lugar. Entonces, la verdad fue un gran cierre y como siempre, la sociedad civil que es nuestro motor no motorizado -nosotros les decimos así-, y son los que diariamente están impulsando desde la trinchera de grupos ciclistas, utilizando la bicicleta todos los días a que este política pública se vuelva más consolidada y que en conjunto la sociedad civil y el Gobierno, comiencen a visibilizar el uso de la bicicleta en nuestras ciudades.
¿Qué viene ahora para la Dirección, qué tienen pensado para la ciudad?
Lo que hemos estado trabajando en el último año ha sido la consolidación, porque no solo se trata cuando se hace política pública de crecer, crecer y crecer, sino consolidar, hacerlo cada vez mejor, entonces estamos trabajando en la consolidación del sistema de bicicletas compartidas Ecobici. Este año, por ejemplo, vamos a cambiar una gran parte del padrón de bicicletas porque justamente los primeros cuadros que salieron ya cumplieron sus años de vida y necesitamos darles mejores bicis al servicio. También estamos trabajando en una posible expansión analizando qué proyectos de ciclovías y estamos construyendo el primer bici estacionamiento semimasivo. Es que así como el modelo masivo de La Raza, es modelo más pequeño que nos permite resguardar 80 bicicletas y va a ser mucho más flexible para poder implementarlo en la ciudad, entonces seguimos trabajando en consolidar. Y el paseo dominical este año inauguramos una nueva biciescuela y trabajamos para profesionalizar a todo el equipo, tenemos alrededor de 300 personas que se encargan de garantizar la seguridad de todos los asistentes, entonces los capacitamos cada semana para que cada vez sea mejor.
¿Sobre las biciescuelas que se desarrollaron durante el Foro Mundial entre Colombia y Dinamarca, la dinámica es traer este tipo de conocimiento a la ciudad?
Como biciescuela hasta la fecha hemos capacitado a más de 105 mil personas, pero la verdad fue enriquecedor tener también la experiencia de Dinamarca y de Bellocicleta, que nos compartieron nuevas técnicas, técnicas un poco lúdicas y didácticas que podríamos incorporar a nuestras biciescuelas, sobre todo a la de verano. El próximo verano, en julio, comenzamos la biciescuela de verano en su cuarta edición y esta vez vamos a tener tres sedes en Bosque de Chapultepec, Aragón y Tlalpan, entonces va a ser muy bueno incorporar estas técnicas didácticas y lúdicas para poder enseñar, sobre todo a los niños que están aprendiendo con bicicletas de balance como empezar a ganar confianza, sin darse cuenta de que están haciendo simplemente juegos ciclistas y no necesariamente una lección para aprender a andar en bici, así que nos sirvió muchísimo también.